Crónica del ascenso
Por fin la climatología nos ha dado una oportunidad. Tras muchas semanas suspendiendo las actividades programadas, la primavera parece que ha venido para quedarse y nos ha regalado un magnífico fin de semana para disfrutar plenamente de la montaña.
La sección de montañismo del Club Litera Montaña había programado para la semana anterior la ascensión al pico Posets, segunda cumbre más alta del Pirineo, pero una fuerte borrasca que dejó una nevada para la historia, nos obligó a aplazar la actividad hasta la semana siguiente. Esta vez la suerte ha estado de nuestra parte y durante toda la semana, el buen tiempo ha ido purgando las laderas más inclinadas y compactando el manto nivoso, rebajando notablemente el riesgo de aludes.
Con esta perspectiva no dudamos en preparar nuestras mochilas y partir hacia el aparcamiento de la Espigantosa, punto de partida hacia el refugio Angel Orús. La cascada está espectacular, el calor de los últimos días provoca un fuerte deshielo y gran cantidad de agua salta al vacío, estrellándose con enorme estruendo sobre las rocas. Solo por verlo ya merece la pena llegar hasta aquí, pero nuestro objetivo está 1.800 metros más arriba y cargados con nuestras mochilas comenzamos a ascender hacia el refugio Angel Orús donde pasaremos la noche.
Pronto nos encontramos con la nieve que está bastante blanda, y ralentiza nuestro avance pero podemos continuar sin calzarnos las raquetas. La senda asciende paralela al barranco que recoge agua por todas las torrenteras y la lanza por ruidosas cascadas. Rodeados de árboles, y enfrentados a enormes montañas repletas de nieve, la ruta no puede ser más bucólica. Cuando el camino se empina, toda nuestra concentración se centra en evitar hundirnos en la nieve y superar el fuerte desnivel que nos separa del refugio, al que llegamos antes de comer, con tiempo de relajarnos y prepararnos para la ascensión del día siguiente.
Empieza a clarear mientras nos alejamos del refugio, pasando bajo las agrestes Crestas del Forcau y con dirección a la Bal de Llardaneta. La nieve se ha endurecido durante la noche y el avance es cómodo, podemos progresar sin raquetas y a buen ritmo hasta la entrada de la Canal Fonda. Paramos para calzarnos los crampones y aprovechamos para un pequeño avituallamiento que nos dé fuerzas para la dura subida que tenemos por delante. En la canal la nieve está peor y el avance es más duro, casi tenemos que hacer cola para llegar al collado del Diente, parece que hoy todo el mundo se ha venido a Posets. En el collado del Diente de Llardana nos agrupamos haciendo un pequeño descanso y disfrutando de las magníficas vistas que nos rodean.
Ascendiendo por la arista sur de Posets el esfuerzo es muy grande pero está sobradamente compensado, el paisaje que nos rodea es increíble y cuando alcanzamos la cresta y caminamos por el estrecho pasillo que surca el vacio, la sensación es de estar en el mismísimo cielo. Pero el mejor momento de todos es cuando todo el grupo se abraza para celebrar la conquista de la cima e inmortalizarlo con una fotografía.
Ahora queda descender, somos muy conscientes que hasta que no volvamos al refugio no podemos cantar victoria, y con la máxima concentración comenzamos el descenso, el calor está dejando la nieve más blanda y pesada y cuesta avanzar. Cuando por fin terminamos de descender la Canal Fonda, podemos calzarnos las raquetas y continuar el regreso al refugio donde nos reagrupamos y continuamos el descenso hasta el aparcamiento de La Espigantosa.
Cansados, por fin nos quitamos las botas, nos relajamos y compartimos un mismo sentimiento de felicidad, no solo por el reto conseguido, también por los magníficos momentos que nos ha deparado la buena compañía y el maravilloso entorno en el que hemos estado.