ceronoventayuno (1984)Entre mediados de los años 80 y los 90 del pasado siglo existió una banda de rock capaz de combinar una música electrizante, actitud rocanrolera y textos dramático-filosóficos de esos que dejan el oyente pasmado mientras no puede dejar de llevar el ritmo con su cuerpo o extremidades. Se llamaban 091 (o simplemente “los Cero”), sacaron su primer disco en 1984 y se disolvieron en 1996 con un concierto épico en su ciudad, Granada, dejando huérfana a una legión de seguidores esparcidos por la geografía peninsular.

ceronoventayuno (1984)Entre mediados de los años 80 y los 90 del pasado siglo existió una banda de rock capaz de combinar una música electrizante, actitud rocanrolera y textos dramático-filosóficos de esos que dejan el oyente pasmado mientras no puede dejar de llevar el ritmo con su cuerpo o extremidades. Se llamaban 091 (o simplemente “los Cero”), sacaron su primer disco en 1984 y se disolvieron en 1996 con un concierto épico en su ciudad, Granada, dejando huérfana a una legión de seguidores esparcidos por la geografía peninsular.

Pero, milagrosamente, este 2016 dC han resucitado y están de nuevo en la carretera para celebrar el 20 aniversario de su extinción. “Maniobra de resurrección” han llamado a la idea, y parece que consiste en girar durante este año para luego desaparecer de nuevo. Y nosotros, terrícolas residentes en esta parte del planeta, vamos a tener la ocasión de poder verlos en la comarca de la Litera como plato fuerte de las fiestas de Binéfar. Una oportunidad única de ver a un grupo mítico. Bola extra. Pero, cuidado, no es la primera vez que pasan por esta comarca…Concierto en Motril, 23 de julio de 2016 (foto Javier Martín / IDEAL)

La primera vez…

Más de cien lobos (Zafiro, 1986)Fue en agosto de 1986 cuando los 091 tocaron en Esplús, el grupo estrella de las fiestas mayores de aquel año. Como nos cuenta Eduardo Bayona, que formaba parte de la comisión de fiestas mixta Peña-Ayuntamiento, en la primera reunión preparatoria de las fiestas se habló de traer a Burning, pero por lo visto ya estaban comprometidos para tocar en breve en Altorricón o en Tamarite. Entonces la alternativa más clara fue la de los 091, quienes acababan de sacar al mercado (sí, en los 80 había un mercado discográfico!) su segundo disco “Más de cien lobos” y sonaban en todas las radios enrolladas. Un disco que dio mucho que hablar en los círculos musiqueros de la época porque fue producido por Joe Strummer, el cantante de los míticos The Clash, todavía en activo pero hibernados porque Strummer se había ido a vivir a Granada. Eduardo recuerda que en Esplús se hicieron unos carteles en los que ponía: “Refréscate la noche con el cláshico rock and roll de 091”, un mensaje con guiño a los entendidos. En aquellos tiempos el rock era aún un signo de identidad entre los que entendían.

Esplús, agosto de 1986 (del libro '091', ed. Osuna, 1996)El concierto tuvo lugar en un solar al lado de la plaza de Aragón. La entrada valía 500 pesetas (3€ para los milenials). Quien esto escribe recuerda que los cuatro ‘ceros’ salieron al escenario íntegramente vestidos de negro y con unos enormes tupés. Estéticamente estaban en fase de transición de la onda siniestra de su debut hacia la moda rock americano con patillas que se extendería durante aquellos años en el país y que caló fuerte en la Litera (Proscritos, Víctimas, etc.). Como teloneros tocaron los Inusitados, aquel espídico grupo de Binéfar que llegó a rivalizar con los mismísimos Proscritos (y que algún día deberían subir sus temas al ciberespacio para que pudiéramos disfrutarlos el resto de los mortales). Los 091 desgranaron las canciones de su reciente disco y parte de su producción anterior (“Cementerio de Automóviles” y algunos singles previos), que buena parte del público conocía gracias a la inestimable labor de Radio Binéfar, entonces una emisora libre recién municipalizada y con una programación íntegramente local/comarcal, donde los 091 sonaban con (mucha) frecuencia.

El camerino se instaló en una esquina del almacén contiguo cubierto con una lona, de donde la leyenda cuenta que les desapareció una guitarra. Un duro golpe para los presupuestos que se manejaban entonces, pero aun así dejaron un buen sabor de boca entre el entregado auditorio.

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