Artículo de Julio Ollés
Que días pasamos, y son ya 45, que llevamos de cuarentena, por miedo al COVID-19. Un virus que nadie sabe porqué ha llegado a la humanidad, si realmente lo merecíamos y si semejante pandemia podrá volverse a repetir.
Estaba ilusionado al principio de éstos 43 días, e ilusamente pensaba que a raíz de ello, la humanidad se volvería más solidaria, más social, más caritativa, más participativa en una palabra, mucho más humana, desgraciadamente ahora pienso, que no, sino todo lo contrario.
Se está jugando con la vida de las personas, nos hemos acostumbrado a tocar la muerte sin ningún tipo de escrúpulo y aprovechamos todo esto para echar suciedad –verdadera o falsa- encima de los otros. Hoy las estadísticas 80,3% de todo lo que circula por las redes –facebook, washap, twiter, instagram, etc-, es falso. Los fines, creo que muy concretos, atacar a la sociedad para su enfrentamiento, por y para los colores que cada uno defiende, hoy esto no corresponde, todos deberíamos estar y trabajar juntos para levantar ésta España, que con tanto ahínco defendemos la mayoría.
No nos hemos dado cuenta que la vida es muy corta, vivimos para vivir la vida que para lo único que estamos aquí, es verdad que la economía es muy importante, pero la vida lo es mucho más, sin vida quien utilizará la economía?
Estábamos esperando la famosa curva de la pandemia, unos la mayoría para ver como la muerte se alejaba de nosotros, otros para vislumbrar la certeza de que la cosas se estaban haciendo bien, los menos y más poderosos para poder reanudar su actividad empresarial y generar muchos más beneficios para su vida, una vida por otro lado tan corta como la que poseen los más desfavorecidos o vulnerables.
Nos han dejado personajes públicos muy conocidos, empresarios, periodistas, escritores, deportistas, etc etc todos de renombre, y digo yo, han sabido vivir, han saboreado las cosas naturales, han disfrutado de los amigos y familia como tales, han estado en definitiva cumpliendo con las normas de convivencia que tanto sacrificio cuesta conseguir y mantener.
Hoy estamos inmersos en un mundo donde la vida parece que no importa, donde el ser humano es un juguete en manos de unos cuantos, lo están demostrando los hechos de estos últimos días, la economía se impone al COVID-19, empresas sin las debidas medidas de seguridad sanitarias, saltándose todas las normativas.
Pavor e impresión me causa pensar en todos los mayores que han dejado su vida luchando y trabajando para conseguir la España que ahora estamos disfrutando, su trabajo, sus familias, sus desvelos por hacer una sociedad más equitativa, intentando conseguir bienestar para todos, ahora han emprendido el definitivo viaje, con un solitario adiós en su mayor parte, sin familiares que les acompañasen en esos momentos, la vida se apaga y sin el adiós de los seres queridos, ellos se han ido sin eso.
Una situación complicada, muy complicada esta del coronavirus, una situación que como decía al principio creía que nos iba a volver más favorecedores de la sociedad, que íbamos a dejar un tanto de lado lo material, donde prevalecerían los valores sustanciales de la ayuda a los demás, la solidaridad, la compañía, en definitiva donde la importancia la tenga el ser humano y no la economía, donde la vida marque la verdadera esencia de la vida hacia los demás.
Las normas y siempre ha sido, están para cumplirlas, los niños ya han salido a la calle, ellos muchos, no han deseado hacerlo, otros si lo han hecho, y bastantes padres eso de las normas como que no. Si pasado un corto espacio de tiempo, volvemos a recaer y retroceder, a quien bendeciremos por haberlos dejado volver a la calle… debemos respetar a los demás, primero a nosotros mismos y así a nadie perjudicaremos, os parece!!!
Dejémonos de rechazos, críticas, bulos y todo que pueda a enfrentarnos a unos y otros, no merece la pena. Seamos conscientes de la importancia de la vida y no solamente cuando vemos que la pierden los demás, los demás posteriormente, seremos nosotros.
Cuidaros todos, todos somos necesarios.