Larra: Ya soy redactor

. . . dieron en írseme los ojos tras cada periódico que veía, y era mi pío por mañana y noche: «¿Cuándo seré redactor de

Larra: La educación de entonces

. . . Pues, ¿y las muchachas, qué recogidas se criaban, en un santo temor de Dios, sin novelicas, ni óperas, ni zarandajas? Verdad es que eran un

Larra: «Las casas nuevas»

«La constancia es el recurso de los feos», dice la célebre Ninón de Lenclós en sus lindas cartas . . . Aquella máxima de coqueta, al parecer

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