Larra: Ya soy redactor
. . . dieron en írseme los ojos tras cada periódico que veía, y era mi pío por mañana y noche: «¿Cuándo seré redactor de
. . . dieron en írseme los ojos tras cada periódico que veía, y era mi pío por mañana y noche: «¿Cuándo seré redactor de
. . . Pues, ¿y las muchachas, qué recogidas se criaban, en un santo temor de Dios, sin novelicas, ni óperas, ni zarandajas? Verdad es que eran un
«La constancia es el recurso de los feos», dice la célebre Ninón de Lenclós en sus lindas cartas . . . Aquella máxima de coqueta, al parecer
―¡Don Fulano! Ese periódico, hombre, mire usted que todos hablan de él de una manera… ―¿Qué quiere usted? ―te interrumpe― ; un redactor o dos