Luz Wood Monzón.19 años. Binéfar. Estudia Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. Se considera emotiva y empática pero a la vez con una visión absolutamente imparcial de las cosas.
Consideras que has sido educada en principios de igualdad y feminismo? ¿Quién se encargó de hacerlo? Pienso que he tenido una suerte enorme al haberme criado en un hogar en el que tanto a mi hermano, como a mi, se nos ha criado en equidad. Pese a que se haya avanzado en esta cuestión, me da la sensación de que en muchos hogares, se siguen manteniendo una serie de roles que contribuyen a legitimar lo que es el sistema patriarcal. El problema – que veo yo- es que son pequeñas cosas que a veces pasan desapercibidas y salen de forma inconsciente. Mi madre ha sabido criar lejos de lo que es una familia convencional y con muchas dificultades, por ello no puedo dejar de decir que ha sido ella quien se ha encargado de enseñarnos qué es el feminismo: ya no solo poniéndonos a mi y a mi hermano en la misma condición, ni dándonos charlas, sino demostrándonos que ella sola ha podido hacer todo lo que ha logrado.
¿Tu madre acotó tu sentir feminista o te apoyó? ¿Ves a tu madre como una aliada, como una heroina, como una víctima…? Nunca he visto a mi madre como una víctima, la veo siempre como una luchadora. A parte de cómo nos ha educado a mi hermano y a mí, en todos los aspectos de su vida ha sabido pelear por los que quiere y por el bien, y eso para mi es admirable. Además, la relación que hemos trazado, por muy complicada que haya podido ser en algunas ocasiones, me ha demostrado que una madre puede convertirse en tu mejor amiga o confidente. Siempre que me preguntan por mujeres a las que admiro, yo pienso en mi madre siempre, porque es cierto que hay mujeres que han cambiado el curso de la historia, pero ella, diariamente, lucha y persigue todas esas cosas en las que cree. En mi caso, tengo la suerte de decir que mi madre es mi mayor aliada, la que me motiva a seguir luchando día a día, y quien además me ayuda a crecer y a confiar en mí.
¿Habeis observado o sufrido comportamientos machistas en tu comunidad educativa (profesores/as y compañeros/as)? ¿Y en vuestra vida personal? ¿Y quién no? Vivimos en un sistema patriarcal, en el cual las acciones machistas se dan constantemente de forma más o menos visible. Desde que empezamos en el colegio, hasta que nos graduamos en el instituto ( e incluso me atrevería a decir en la universidad), pienso que vivimos una transición: en el colegio, pueden darse actitudes machistas, pero teniendo en cuenta la edad, es difícil percibirlas; una vez llegas al instituto, es el momento en el que tus ideas suelen formarse, pero es también un momento en el que estas no tienen un desarrollo tan argumentado como lo puedes tener en un futuro; y ya en el ámbito universitario, es cuando puedes exteriorizarlas pero igual no has tenido la forma de prepararte para hacerlo anteriormente, y esto dificulta que salgamos al mundo. No han sido pocas las personas que se me han acercado diciendo que ya existe una igualdad en este país, yo aquí tengo que decir que solo falta ver los noticiarios para darnos cuenta que la equidad, queda mucho más lejos de lo que pensamos y que ya no es solo el machismo en mayúsculas el feminicidio, es ese micromachismo el que más arraigado está y que más fácilmente pasa desapercibido. Aunque también tengo que decir que, veo a muchos colectivos y diferentes asociaciones que trabajan muchísimo para que ya desde pequeñitas/os, exista esa igualdad. Y desde luego, no dudo que haya muchos equipos docentes que se esfuercen por educar en equidad.
¿Consideras suficiente la educación sexual que estás recibiendo? A día de hoy, estoy en la universidad, y echando la vista atrás, pienso que la educación sexual que he recibido no ha tenido que ver con ningún centro educativo: recuerdo que en el instituto, nos dieron una charla de dos horas, una sola vez. Teniendo en cuenta que, pasamos al menos 4 años en el instituto, dos horas no sirven para enseñarnos todo a lo que nos podemos enfrentar. Pienso que esto es mucho menos que suficiente, y puedo demostrarlo dando ejemplos: hay un 45% de jóvenes en este país que mantiene relaciones sexuales sin condón. Por mucho que yo esté hablando de mi situación, conversando con otras personas, me doy cuenta de que en general no hemos tenido una educación sexual que nos influya, creemos más en los mitos. Me hace gracia porque yo que me he educado en este país, desde el colegio hasta el instituto, y prácticamente todo lo que he aprendido de este tema, ha sido fuera de estas instituciones. Quiero decir, a mi nunca nadie me ha explicado en un colegio o en un instituto, cómo funciona una vagina, por ejemplo. Y pienso que eso, el no recibir esa información, y que encima sea «tabú» condiciona enormemente las relaciones sexuales. Una vez me sorprendió que hablando con mujeres cis acerca de este tema, pocas se encontraban satisfechas en lo que es el sexo. Por eso agradezco que se hagan actos como «Tócate mucho», porque no debe ser un tema que nos avergüence, y porque no tenemos que esperar a ser mayores para recibir un conocimiento tan necesario.
¿Por qué crees que se producen tantas agresiones sexuales en grupo, sobre todo entre los más jóvenes? ¿Preocupa en tu entorno social o es un tema del que no se habla? Sinceramente, me gustaría tener la respuesta exacta para poder acabar con estas monstruosidades de una vez, ya que es sorprendente como esto va in crescendo. Por una parte pienso que la ponografía, unida con las cuestiones de poder sobre otra persona colaboran fuertemente a que esto siga sucediendo a día de hoy. Uniendo esta respuesta con la anterior, me doy cuenta de que es necesario tener una educación sexual digna que combata ante todo tipo de agresiones sexuales. La verdad es que pienso que es un tema cada vez más recurrente, y del cual se habla, sobre todo por el miedo que produce: ahora vivo en una ciudad y siempre está la frase de «avisa cuando llegues», pero aún viviendo en un pueblo, mis amigas y yo nos preocupamos. Nos estamos dando cuenta de que, las agresiones sexuales se pueden dar en cualquier lugar, y esta realidad nos afecta de primera mano, por lo que es normal que hablemos del miedo que nos produce, o de la rabia que nos da que diariamente salga en las noticias que aquí o allá ha habido una violación, o que han salido casos de abuso; incluso escuchar historias de tu alrededor y darte cuenta de que se producen muchas más de las que creemos y se llegan a denunciar.
¿De qué manera contribuyes tú en la lucha por la igualdad? ¿Estás dispuesta a seguir luchando en el futuro a pesar de la dedicación y el sacrificio que implica? Quiero pensar que día a día trabajo para hacer que por lo menos mi mundo sea equitativo, porque ya no solo es luchar por lo de fuera, sino también por lo que nosotras mismas llevamos dentro: esto es lo que yo entiendo como la deconstrucción, deshacernos de según qué actitudes y aprender de cero. Esto se trabaja yendo a charlas, escuchando y dejando hablar, leyendo… Pero también tiene que haber una parte más «activista» como puede ser, en mi caso, la participación en diferentes asociaciones, colectivos y proyectos, aunque de forma puntual pueda salir a la calle a manifestarme. Mi acción puede ser más o menos buena, pero puedo asegurar que la hago con toda la esperanza del mundo para que quizá llegue el día en el que no sea necesario todo eso. Aquí me siento en la obligación de decir que yo seguiré luchando, de una forma u otra, pero que debemos hacer un «mea culpa» y ver que tenemos que trabajar un feminismo el cual incluya a todo tipo de mujer. Veo que muchas veces, nos silenciamos unas entre otras, en vez de trabajar en común, y desde luego eso hace que cada una luche por lo suyo.
Ojalá este 8 de marzo sea el principio del fin, y avancemos hacia un mundo mejor, más justo y equitativo. Pero para ello está en nuestra mano luchar, pero luchar por todas, porque hasta que la última mujer no sea liberada, ninguna de nosotras va a ser libre.