El reciente hallazgo del cocedero de sal de Peralta contado por los arqueólogos

El última día de su estancia en Peralta de la Sal, tuvimos ocasión de hablar con los cuatro arqueólogos que han estado prospectando el yacimiento de explotación de sal en la localidad literana que lleva el mineral en su toponimia.

Hasta ahora han sido años de teorías sobre el origen de la explotación de la sal en esta población. Ahora ya podemos comenzar a hablar de certezas.

Para ponernos en antecedentes tenemos que hablar de Joan Rovira, presidente del CELLIT ; nos atrevemos a afirmar, el mayor conocedor de los secretos de nuestra comarca. Joan descubrió en un paraje cercano al Salinar la existencia de restos cerámicos de la época del bronce y comunicó el hallazgo al Museo Provincial de Huesca; estamos hablando de finales de la década de los 80.

Fue en el proceso de preparación del III Congreso de la Sal en noviembre de 2019, evento organizado por la Asociación de Amigos del Parque Geológico Minero de la Litera y La Ribagorza cuando su vicepresidente Sebastián Agudo, preparando la salida de campo sobre la explotación de la sal en dicho parque, relacionó el yacimiento de cerámica con los inicios de explotación de la sal por el hombre en el Salinar de Peralta.

En el congreso participaban como ponentes tres expertos en ese tipo de yacimientos, les comentó el la teoría de la posibilidad de un yacimiento de explotación de la sal en época de Bronce y quedaron para hacer una visita al lugar una vez pasado el congreso. En marzo del 2020, pocos días antes de que se decretara el Estado de Alarma por la pandemia vinieron a conocer el paraje donde se encontraron los restos cerámicos y determinaron que efectivamente se trataba de un yacimiento de “briquetas” y la importancia del mismo. A partir de ese momento decidieron seguir los pasos correctos poniendo en conocimiento de Patrimonio de Aragón del hallazgo y a finales de año solicitaron los permisos pertinentes para realizar una prospección del yacimiento y los alrededores del mismo. A principios de año, Patrimonio del Gobierno de Aragón envió los permisos pertinentes para realizar dicha prospección este año 2021. Fue a finales de marzo, cuando el equipo de arqueólogos se desplazó a Peralta de la Sal para trabajar de manera altruista y el Ayuntamiento de Peralta de Calasanz no dudó en hacerse cargo de los gastos de sus desplazamientos y su estancia en la población.

Esto es lo que nos contaron: Mariano Ayarzagüena Sanz, Doctor en Geografía e Historia por la UNED, Santiago Valiente Cánovas, Doctor en Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando López Cidad, Licenciado en Filosofía y Letras. Especialidad Geografía e Historia (Historiador) y Magdalena Barril Vicente, Licenciada con grado en Geografía e Historia. Especialista de Prehistoria, por la Univ. Complutense de Madrid y Doctora en Prehistoria por la Universidad de Valladolid. (decir de Magdalena que fue pionera en estudiar los yacimientos del bronce en La Litera a finales de los 70 principios de los 80)

Todos ellos especialistas en historia antigua que han participado en innumerables excavaciones arqueológicas y los tres primeros expertos en yacimientos relacionados con la explotación de la sal por el hombre.

¿Nos podéis explicar que es lo que habéis encontrado en este yacimiento?

Mariano: Después de la primera exploración del año pasado por los indicios cerámicos, dudábamos entre si era un horno o un cocedero de sal. Ahora ya podemos afirmar que se trata de un cocedero de sal, tanto por su cronología como por su tipología.

¿Cuál es la diferencia entre un horno y un cocedero?

Mariano: En los cocederos se ponía directamente el cuenco con agua salobre (briqueta) directamente al fuego, mientras que en los hornos entre el cuenco y el fuego se interponía una piedra, eso facilitaba la construcción de hornos más grandes para producciones más intensivas. Los cocederos son para producciones pequeñas. Para que nos hagamos una idea: un cocedero como este no llegaba ni mucho menos a un metro de diámetro, los hornos a partir del Bronce Medio o final pueden tener una extensión de dos, tres metros de largo por unos 40 cm de ancho. El problema es que hornos de sal y cocederos en España prácticamente se han podido determinar en Villafáfila (Zamora), Salinas Espartinas (Cienpozuelos, Madrid) y ahora aquí en Peralta de la Sal.

Diferencia entre cocedero y horno

 

Cronológicamente hablando. ¿Esto significa?

Mariano: El de Peralta es uno de los cocederos más antiguos de España y conocidos hasta el momento, el más antiguo de Aragón. Estamos hablando de una antigüedad entre 3.500 y 4.500 años en el Bronce Antiguo.

¿Con estos datos podemos afirmar que Peralta ha sido un lugar muy importante en la producción de sal a lo largo de la historia?

Mariano: En ese momento la sal tenía un valor económico muy importante, era fundamental para poder alimentar el ganado, para la conservación de alimentos por ejemplo el curado de queso, para el curtido de pieles… Al tener tanto valor, van buscando esas salinas y allí donde se encuentran los grupos sociales que son poseedores de esta sal alcanzan un gran poder tanto en ese sitio como en el entorno.

¿Podéis determinar cuál era la producción de sal en aquellos momentos?

Mariano: Hoy por hoy no, para eso se necesita una excavación mucho más intensiva. Hemos determinado la existencia del cocedero porque se veía en un cortado debido a la erosión del terreno. Esos cocederos no están solos, eso lo podemos afirmar por los restos, a la derecha y la izquierda de este hay otros cocederos. Para sacarlos bien y en forma sería necesaria una excavación arqueológica en profundidad. Con un único cocedero no puedes hacerte idea de esa producción. ¿Será difícil pues determinar cuanta población estaba establecida en ese entorno? Si, solo podemos afirmar que en estos centros de producción tenían puntos de control establecidos en todos los cerros que lo rodean y que serían hábitats más o menos estables que controlaban la producción de sal, luego estaría el poblado en sí. Hemos encontrado algún punto de control, pero todavía no conocemos donde vivían. Tenemos alguna idea, pero no lo podemos afirmar. Este año hemos hecho una prospección de una semana y con tan poco tiempo poder afirmar lo dicho, ya es mucho. En una excavación más extensa determinaremos la tipología de estos cocederos, sabremos cómo era en perfil, pero no en planta, si estaba solo o había más a su alrededor.

¿Vamos a poder conocer a fondo este yacimiento?

Mariano: Depende de los recursos que haya y de la gente que esté dispuesta a investigar. Magdalena: Una excavación tiene su proceso, no es llegar escavar y sacar piezas. Implica la gestión del material, la analítica, implica una serie de procesos que no se quedan en estar cinco días en el campo y ya está. Hay un trabajo de laboratorio, hay que crear equipos multidisciplinares. Aquí se prestaría una datación por termo luminiscencia de todas las piezas recogidas que nos daría datos absolutos. Santiago: La investigación supone que el material que aparece tenga que estar estratificado en una zona concreta y específica, no es lo mismo recoger una muestra de superficie que puede estar alterada que en un estrato donde sepamos perfectamente su cronología. Otro factor a tener en cuenta es que la sal que hasta ahora se ha considerado subsidiaria, para determinadas épocas y culturas es básica como el agua, la caza, la agricultura. A partir de estos pequeños descubrimientos que vamos haciendo en la Península Ibérica, determinados organismos oficiales y universidades deberían tomar nota e implicarse. En este momento solo estamos en los inicios de la investigación.

¿Entonces sería muy importante poder hacerlo en el contexto del Parque Geológico-Minero de La Litera y La Ribagorza?

Mariano: Indudablemente; la iniciativa del parque, los yacimientos arqueológicos … todos estos elementos de dinamización de territorio, ahora que se habla tanto de la “España vaciada” son fundamentales para que los propios habitantes del territorio conozcan y pongan en valor su patrimonio y a partir de ahí se creen nuevas oportunidades de fijación de población a través de un turismo cultural. Magdalena: Del turismo cultural hay que aprender que la cultura no son solo grandes cosas, sino que las pequeñas cosas hacen cultura y en este caso la visibilidad puede no ser mucha pero la importancia es grande. Hay que aprender a valorar lo pequeño, los detalles. No se trata de descubrimientos espectaculares. Hay que decirlo para no decepcionar.

¿Habéis detectado algún tipo de intrusión o expolio en el yacimiento?

Mariano y Santiago: No, para nada. En un poblado de explotación de sal es casi imposible que aparezcan restos metálicos, la sal los corroe por lo cual en el caso de buscadores de tesoros con detectores no tendrían ninguna oportunidad. Solo podrían encontrar ceniza y una cerámica hecha pedazos sin apenas elementos ornamentales y los escasos ornamentos muy dirigidos a la utilidad en la producción de sal. Podemos encontrar lo que llamamos ungulaciones y digitaciones, su finalidad no es ornamental, es para que la cerámica no se rompa, es una cuestión práctica. Otro elemento son los mamelones, una especie de pegote de forma redondeada cuya utilidad era la de hacer de asa para poder sujetar la briqueta antes de romperla para sacar la sal. La cerámica, era hacer, producir y romper; no tenía otra utilidad.

Según lo que estáis explicando, no debemos hacernos la idea de encontrar ninguna maravilla, ¿sino lo que en la actualidad entenderíamos como un taller de extracción de sal?

Mariano: La maravilla es documentar el taller, ver cómo era como funcionaba y ver que restos dejaba y cómo se producía la sal. ¡Esa es la maravilla!. Magdalena: A eso es a lo que me refería, que visualmente no es muy llamativo, pero sí muy importante en cuanto a contenido de lo que implicaba, funcional y económicamente sobre todo. Santiago: Otro elemento importante es que independientemente que se inicien los estudios de arqueología, detrás hay un trabajo de investigación, donde parte o gran parte de estos yacimientos han tenido una fuerte tradición que en muchos casos han llegado hasta nuestros días, como es el caso de Peralta. En el equipo tenemos a personas dedicadas a buscar los elementos más recientes de la tradición salinera. Aquí tenemos a Fernando que nos lo explicará. Fernando: La sal es un elemento tan imprescindible, no solo para cocinar sino para sustentar el poder, por eso estaba en manos de monasterios, nobles y reyes. Hasta el punto que en el Archivo General de Simancas, en el fondo de hacienda la mitad de los documentos se refieren a la sal.

Fernando, tu eres el presidente del Centro Español de Documentación sobre la Sal , ¿cuál ha sido tu trabajo en esta excavación?

Llevo muchos años trabajando con ellos, a Santiago lo conozco de la universidad. Mi trabajo es fotografiar el yacimiento y los materiales que aparecen, tomar todas las mediciones y documentarlo todo.

Y ya para acabar. ¿Os habéis sentido a gusto a Peralta?

Todos: ¡Muy a gusto! El Ayuntamiento nos ha acogido muy bien siempre, la Comunidad Escolapia también, el prior incluso nos ha acompañado en alguna de las salidas a prospectar. Estamos muy contentos en general de la población de Peralta. Y a título personal queremos agradecer su participación a Luis Fuster, a Joan Rovira y a Sebastián Agudo que ha sido uno más del equipo.

Gracias. Ha sido un placer aprender con vosotros.

 

 

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