Consumo retira del mercado 25 unidades de punteros láser

Salud Pública alertó a Protección de Consumidores y Usuarios de las lesiones sufridas por los menores por el uso indebido de estos instrumentos tras un aviso del servicio de Oftalmología del Servet

Salud Pública alertó a Protección de Consumidores y Usuarios de las lesiones sufridas por los menores por el uso indebido de estos instrumentos tras un aviso del servicio de Oftalmología del Servet

Los inspectores de Consumo han revisado hasta el momento una treintena de establecimientos, sobre todo bazares

La Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios ha retirado del mercado 25 punteros láser tras la comunicación, por parte de la Dirección General de Salud Pública, de que dos niños habían sufrido lesiones oculares graves por el uso indebido de estos instrumentos.

El aviso inicial partió del servicio de Oftalmología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, tras asistir a dos niños que padecían lesiones retinianas. Los menores, de 10 y 11 años, fueron atendidos en el Infantil, donde se les diagnosticó maculopatía bilateral en uno de los casos y una alteración pigmentaria foveal que afectaba al ojo derecho, con una agudeza visual de 4/10 (pérdida del 60% de visión), en el caso del otro niño accidentado.

El Servet alertó a la Dirección General de Salud Pública, que, a su vez, informó a Consumo. Tras el aviso, los inspectores de Consumo comenzaron a investigar la procedencia de los punteros láser, gracias a la colaboración de las familias de los niños, que les proporcionaron los instrumentos.

Los inspectores se dirigieron, en primer lugar a los distribuidores y al comercio que, supuestamente, vendió uno de ellos. En estas intervenciones no se localizó ningún ejemplar, si bien se advirtió a los establecimientos de la prohibición de la venta de los mismos.

En una segunda fase, la inspección se hizo extensiva a otros establecimientos, principalmente bazares. Como resultado de estas últimas actuaciones se localizaron 25 unidades que fueron intervenidas. Consumo ha destruido 16 de ellas por carecer de documentación que avale su procedencia y ha inmovilizado las otras 9 mientras se resuelve el procedimiento.

El director general de Protección de Consumidores y Usuarios, Pablo Martínez, explica que estos artículos se dividen en categorías (1, 1M, 1C, 2, 2M, 3R, 3B y 4), siendo la 1 la más segura y la 4 la más peligrosa.
La clase 1 se corresponde con los productos que son seguros incluso con el uso de instrumentos ópticos, mientras que en la clase 2 ya existe cierto riesgo si se hace uso con algún instrumento óptico. A partir de la categoría 3, existe riesgo de lesión ocular por la simple visión directa del haz, no solo para los usuarios, sino también para otras personas. Por ello, asegura Pablo Martínez, su comercialización solo está permitida si está concebido para uso profesional, hecho que debe indicarse claramente en el etiquetado.

Por todo ello, el director general de Protección de Consumidores y Usuarios señala que “el uso de estos artículos para menores está totalmente desaconsejado”. “Aunque la clase 1 no presente riesgos, a partir de esa categoría sí podrían existir, ya sea por utilización de gafas o lentes o por una simple visión directa”, advierte Martínez.
Ante estas circunstancias, desde Consumo se recomienda que si un adulto utiliza un láser en su actividad profesional es conveniente que lo mantenga alejado de los niños porque es un instrumento muy atractivo para ellos pero puede resultarles dañino, dado que pueden causar lesiones graves en la retina.

Asimismo, aconsejan que si se necesita un láser por motivos profesionales, hay que adquirir solo aquellos que lleven etiquetado en castellano uy que presenten las advertencias obligatorias. No es recomendable, insisten desde Consumo, comprar estos productos a través de páginas web que no ofrezcan garantías y que en algunas ocasiones estos productos llevan una clasificación que no se corresponde con la real.

También desaconsejan la compra de estos instrumentos en puestos ambulantes o en comercios donde estos artículos no vayan debidamente embalados, con el etiquetaje preceptivo y las instrucciones en castellano.
Pablo Martínez recomienda que no se compren estos productos para regalar a menores ya que no se tratan de juguetes y añade que “una presentación atractiva en un estuche no garantiza su seguridad.

Ante la duda, afirma el director general, “hay que extremar las precauciones cuando se use un puntero láser, evitando la visión directa o con instrumentos ópticos”. Nunca, insiste, han de proyectarse sobre otra persona porque puede causarle lesiones muy graves y accidentes.

En 2015 se alertaron un total de 18 modelos de punteros, llaveros y bolígrafos con dispositivo láser a nivel nacional. En unos casos se trataba de productos incorrectamente etiquetados por falta de advertencias o información en otro idioma y en otros se trataban de productos de la clase 3.

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