Desprovisto del carisma de un Alexis Tsipras o de la oratoria de su mentor Tony Benn, líder històrico del ala izquierda del laborismo en los años 1970 y 1980, Corbyn no representaba en principio ningún peligro para sus colegas y competidores de la dirección laborista. Sin embargo su estilo directo y sin efectismos resultó ser una ventaja, al marcar diferencias con respecto a los vendedores hipermediáticos que infestan la clase política británica.
Alex Nunns: «Jeremy Corbyn, l’homme à abattre», en Le Monde diplomatique, octubre 2015 (extr. y trad. La Litera información)