Texto: Gabinete de Prensa Diputación de Huesca
Imagen: Pablo Otín
Es uno de los principales datos que quedan reflejados en el mapa de la trufa negra en la provincia de Huesca que se ha presentado hoy en la sede de la DPH, donde también se ha sellado la prórroga del convenio para el funcionamiento del Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura (CIET).
Antonio Cosculluela, como máximo responsable de la administración que se encarga de dinamizar el sector en todas sus vertientes, ha destacado el papel que juega este cultivo para que muchos jóvenes puedan quedarse en el medio rural. La provincia cuenta con más de 1.200 hectáreas dedicadas a este cultivo.
Huesca, 15 de diciembre de 2014.- El Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura de la DPH seguirá funcionando en virtud del convenio que se prorroga un año más y que hoy han rubricado el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, el consejero de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, el director del CITA, José Vicente Lacasa, el presidente de la Comarca de la Ribagorza, José Franch, y el alcalde de Graus, José Antonio Lagüens.
El acuerdo inicial, suscrito a finales de 2008, ya recoge los términos del funcionamiento y dirección técnica del centro que la Diputación Provincial de Huesca creó para impulsar la actividad trufera en la provincia, mientras se trabaja en mejorar la producción de los cultivos y en investigación aplicada en la materia. La DPH es la que da el soporte económico al centro y asume los costes de mantenimiento que ascienden a unos 120.000 euros anuales, mientras que la Comarca y el Ayuntamiento colaboran con distintos
servicios y el departamento de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón, a través del CITA, se encarga de la parcela científica, para lo que la DPH destina 32.000 euros.
El Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, ha querido destacar el papel del sector trufero que, como ha señalado, cuenta en la provincia de
Huesca con más de 1.200 hectáreas. Además de lo que representa para el cultivo, Antonio Cosculluela ha resaltado el papel que juega para «generar economía en el medio rural» y, al mismo tiempo, «fijar población», de manera que muchos jóvenes se están quedando en el medio rural, en unos casos con las plantaciones de la trufa como único recurso pero en muchos otros como complemento a otras actividades.
Aunque el programa de fomento del cultivo de la trufa de la DPH comenzó en 2002, fue dos años después, en 2004, cuando se comenzaron a crear el mayor número de plantaciones que con 6 ó 7 años están dando ya sus frutos y se está comprobando que son rentables. Si al comienzo del programa de fomento del cultivo de la trufa negra era una actividad asociada a las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza, posteriormente el mapa de distribución se ha ampliado a la mayor parte del territorio altoaragonés. Las plantaciones crecen a un ritmo del orden de 100.000 plantas anuales.
La Diputación Provincial de Huesca es la administración que se encarga de dinamizar el sector en todas sus vertientes, ya que este programa de fomento de la truficultura se ve reforzado con la vertiente formativa, de la misma forma que su promoción y utilización en la cocina y, sobre todo, con la investigación y experimentación en nuevas técnicas para el cultivo y la producción desde el CIET. En total, como ha manifestado el Presidente, la DPH invierte más de 600.000 euros en el sector de la trufa. Para el máximo responsable provincial, Antonio Cosculluela, el mapa trufero pone de manifiesto algo que ya se intuía y es que hay una superficie importante en la provincia en la que puede desarrollarse el hongo, más en concreto cerca de 350.000 hectáreas son óptimas o buenas para este cultivo.
En qué trabaja el CIET
Además de continuar prestando tanto asesoramiento gratuito como servicios demandados por el sector de la truficultura y que no se prestan desde ninguna otra entidad, desde el CIET, ubicado en la localidad ribagorzana de Graus, están realizando bioensayos y se ha puesto en marcha un sistema molecular de certificación de planta micorrizada. Los proyectos a largo plazo que se han iniciado están vinculados a la parcela experimental de la que dispone el Centro, donde se está evaluando el efecto de diferentes parámetros como puede ser el riego, la poda, la flora acompañante, o los aportes de esporas de trufas
mediante pozos.
En esta misma línea, el CIET está inmerso en la creación de una red de parcelas colaboradoras en las que mediante acuerdos de colaboración se pueden realizar trabajos en parcelas de diferentes edades y condiciones de suelo y altitud, para profundizar en la investigación sobre las condiciones óptimas de cultivo. En estos momentos se están realizando los análisis de las raíces extraídas en las primeras ocho parcelas, a las que hace más de una década ya se midió el estado de micorrización con un proyecto de la universidad, y ahora podrá compararse la evolución de esas plantaciones.
Mapa trufero de la provincia de Huesca
El acto de firma realizado en la Diputación Provincial de Huesca ha servido también para presentar el mapa de aptitud para el cultivo de la trufa negra en la provincia de Huesca, y ha contado con la presencia del responsable de Innovación Local y Tecnología de la DPH, Luis Gutiérrez, el presidente de los recolectores y cultivadores de la trufa de Aragón, José Vicente Girón, así como otros diputados provinciales, autoridades y personal ligado a la
investigación y al ámbito universitario.
Ha sido desarrollado por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, junto con la Universidad de Zaragoza y en colaboración con el Centro de Experimentación e Investigación en Truficultura de la DPH, y los truficultores altoaragoneses. El equipo encabezado por Juan Barriuso, del área de truficultura del CITA y responsable científico del CIET, ha elaborado el proyecto de fin de carrera de Ingeniería Agronómica, en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Zaragoza en Huesca, que ha concluido en este mapa en el que también han trabajado los investigadores Roberto Serrano, María Martín, Sergio Sánchez, y José María Cuadrat.
La investigación revela una muy buena aptitud trufera en la provincia de Huesca, con más de 340.000 hectáreas de zonas óptimas o buenas. Los resultados al detalle de toda la provincia son: zonas óptimas 151.300 hectáreas (10%); zonas buenas 195.800 ha (12%); y zonas de aptitud baja 60.300 ha (4%).
Los criterios que se han tenido en cuenta para la realización del mapa han sido la altitud, pendiente, y orientación, las temperaturas y precipitaciones medías, máximas y mínimas según los meses del año y los parámetros edáficos de pH, caliza, textura y materia orgánica. Además de la vegetación, litología y cultivos y usos del suelo, entre otros.
Todos estos factores, condicionantes y limitantes, que afectan a la presencia de la trufa negra en el terreno se han analizado para la realización del mapa y toda la información se ha integrado en un Sistema de Información Geográfica (SIG) para considerar la dimensión
espacial del producto. También se han ponderado todas las capas o factores de información en cada punto a través de métodos de evaluación estadística multicriterio.
La provincia de Huesca, de unos 15.600 kilómetros cuadrados y con desniveles que van desde los 125 metros de altitud de la Hoya de Huesca hasta los 3.404 metros en la cumbre del Aneto, es un territorio de gran importancia para el cultivo de la trufa negra (Tuber melanosporum), ya que alberga en el entorno de la localidad ribagorzana de Graus.