Soy binefarense de nacimiento, aragonés por sentimiento y español por convicción, pero ante todo, ciudadano del mundo es mi devoción.
Que tristeza y perplejidad después del 1-O, que tristeza por los hechos acontecidos en toda Cataluña, hechos bárbaros y brutales por la actuación de las fuerzas de seguridad españolas. Unos, en su mayoría ciudadanos españoles, eran apaleados por sus propias fuerzas de seguridad, unos en su mayoría españoles que deseaban ejercer su más que ganado derecho al voto, dejando a un lado su legalidad, un derecho que según las propias declaraciones de Mayo de 2006 del ahora Presidente del Gobierno, a nadie podía negársele, a nadie podía privársele ese más que reconocido constitucionalmente derecho a expresar libremente su forma de decidir. ¡Ah! pero entonces D. Mariano Rajoy estaba en la oposición.
¡Cuanto cambia estar a uno u otro lado!, ¡cuanto cambia cuando uno se cree el amo y señor de un territorio!, ¡cuan importante es el no tener personalidad de estado y hacer lo que le viene en gana!, ¡qué triste es el pasarse por el forro la Constitución y las leyes y cuando quieren defenderlas a capa y espada, aplicarlas subterráneamente y pregonar a los cuatro vientos que eso se hace con proporcionalidad proporcionada!
Caben muchas preguntas, muchísimas que no tienen contestación, porque nadie quiere contestar, nadie desea dar pasos importantes, por aquello de que si un día, por permanecer en el poder los puedo de nuevo necesitar. Valentía ausente, engaños y mentiras para que los ciudadanos de a pié propaguemos en contra de nuestros propios hermanos nacionales y que al final incluso llegamos a creérnoslas.
Vaya par de ejecutivos, vaya par de embaucadores y negados dirigentes, los unos como digo sin la valentía suficiente y con un contraste extraño de cumplimiento de la ley, ya que para hacerla cumplir, primero hay que tener la conciencia muy tranquila y cumplirla con anterioridad, y el otro saltándose todo a la torera, en un ejercicio de irresponsabilidad, ilegalidad y manifiesta prepotencia que no le afecta a él y su ejecutivo, ¡no! sino que arrastra a toda una comunidad para llevarla al cadalso, a un callejón sin salida y lo que es más grave aún, a una confrontación entre sus mismos convecinos, amigos y familiares.
Se habla, comenta y asegura de la no aplicación del famoso Art. 155 de la Constitución, que por autoridad, simpleza, y corto contenido, tengo a bien el publicar aquí, para su debida constancia y conocimiento, que al final también les servirá para tener un juicio más certero y real posible.
“Título VIII. De la Organización Territorial del Estado
Capítulo tercero. De las Comunidades Autónomas
Artículo 155
1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.”
Este es el art. 155, creo que es muy claro, conciso y concreto y resume claramente la labor legal de un Estado de la Nación, o dicho de otro modo del Gobierno de la Nación.
Yo pregunto: su no aplicación, cuando la situación así lo requiere y la legalidad asiste, ¿a qué se ha debido?, ¿porqué se han tomado medidas parecidas sin aplicar este artículo?Sinceramente si alguien lo sabe que me conteste por favor.
Decía CASUALIDAD, que siempre que se habla de Cataluña se nombra al barcelonista Piqué, hasta llegar a enfrentarlo a los miles de aficionados españoles de la “roja”, cuando juega con su Club y lo que es más triste con la Selección de España. Acaso es el emblema de Cataluña, acaso es su bandera “senyera”, acaso es la “moreneta”, acaso es el máximo exponente de la Comunidad de Cataluña. Quien orquesta y dirige esto desde la capital de la nación, o es que también nos quieren privar particularmente de nuestra forma de expresarnos, mostrar nuestros sentimientos y de lo que más importante de nuestra libertad.
Decía CASUALIDAD, que el día 1-O el Heraldo de Aragón, publicase un especial sobre “EL DESAFIO SOBERANISTA Relaciones Aragón-Cataluña”; que importantes somos los habitantes de la Franja, cuando nunca se preocupan de nosotros, ahora lo hacen y muy preocupados por nuestros destinos “por los estrechos lazos comerciales, familiares y sociales” que con Cataluña poseemos.
¿No sería más serio, importante y patriota emplear el tiempo en potenciar el diálogo, encuentros y soluciones entre el Estado y el Ejecutivo Catalán y no gastar ríos de tinta en continuar orquestando contra los “catalanes”’?, ¿no sería más serio, productivo y humano el potenciar la colaboración y la unidad entre los mismos pueblos, que analizar que sería o será si al final se independizan?, ¿que si al final éste o aquel consiguen sus propósitos independentistas?.Amigos es mejor colaborar que separar, es mejor crear que destruir, es mejor escuchar que ignorar.
En fín es mejor potenciar lo mucho que nos une que separar, por intereses de unos u otros, a nosotros los de abajo siempre nos empluman las hostias como panes, que a la corta y a la larga nos perjudican, en la mayoría de las ocasiones sin comerlo ni beberlo; por ello imploro a toda la corte que hablen, comenten, discutan y acuerden por el bien de unos y otros, que eso sí es de interés de todos y a todos nos interesa, siempre pensando que hasta la fecha España es de los españoles y que los únicos que así no piensan son los políticos que han hecho de nuestro país, un territorio lleno de diferencias culturales, económicas y sociales que ahora todavía puede arreglarse, sino miramos el egoísmo de gobernar.
Si alguno no está de acuerdo con lo que manifiesto, lo entenderé, comprenderé y le podré demostrar que solo me mueve el bienestar e igualdad de la personas, sean de donde sean y del color que sean.