Hemos facturado. Nosotros. La corporación. Ya no hay más yo, ahora sólo hay nosotros. El plural corporativo. “Yo curro, tu curras, él cobra, nosotros facturamos, vosotros facturáis, ellos viven de puta madre”. Y todos tan contentos.
¿Cómo se las apañan estas grandes compañías para tener a la mayoría de sus empleados trabajando sin hora de salida, muchas veces de lunes a domingo, con salarios inicialmente míseros que crecen bastante más despacio que el stress, y aun así autosatisfechos, corporativizados y mineralizados? ¿Drogas, hipnosis? . . .
No. No es necesario. Sólo se necesita aplicar el principio de la corporación americana: tratar al empleado como si fuese un cliente. ¿Y cómo se trata al cliente? Encendamos un momento el televisor: “con tu móvil Cadena hoy ya eres un poco más libre… Hostias padre Benito ¿A ti cuántas te daban?… Mecheros Inmolator, la chispa de la vida…”
Efectivamente. Al cliente se le trata como si fuese gilipollas; al empleado también. Y funciona. Funciona de maravilla…
Alfredo de Hoces: «Teddybear Consulting», en AlfredodeHoces.com, 23 setiembre 2004 (extr. La Litera información)