Este otoño en apariencia no pinta muy halagüeño que digamos. Hemos comenzado relativamente con el pié cambiado. El pasado 29 de octubre, algo raro llevaba el tiempo, después de trescientos días de tiempo apacible, con algún que otro nubarrón, apareció lo que desde hace meses estábamos esperando. A un amigo no gallego pero sí aragonés, en noviembre del pasado año, ya se lo vaticiné.
¿Tanto puede influir el miedo, en un cambio tan drástico como el ofrecido por el PSOE? ¿tanto es lo que ha hecho cambiar tras seis comités diciendo NO, y en el último nos abstenemos, que es tanto como decir SI?, ¿tanta prisa y oscuridad que las bases no han tenido voz ni voto? el tiempo, como siempre pondrá a todos en su sitio,sorpresas no nos faltarán y nombres implicados en la decisión tampoco ¡Ya verán!
Cuando todo parecía indicar que el Presidente Rajoy, daría un pequeño giro en la confección del gobierno, pues como que nó, sino queríamos caldo, pues ahora taza y media, como canta el dicho popular. Con dos ministros implicados en el Plan Urbanístico de Santander, cuyo procedimiento está en el Tribunal Supremo y otra con pertenencia a una sociedad familiar, con grandes deudas a la Seguridad Social empezamos bien… y encima con la amenaza de no desandar lo andado en temas laborales, sociales y educativos entre otros.
Ahora llegarán los presupuestos, ahora volverán los recortes sociales para congraciarnos con la injusta, impenetrable, fría e inhumana de Ángela Merkel.
Por un lado la Organización Mundial del Trabajo pide aumento de salarios para los trabajadores españoles, con unos claros objetivos, relanzar el consumo y recaudar más para la Seguridad Social.
Por otro la UE deja sin efecto por ser antisocial las indemnizaciones de un sector importante de nuestros colectivos productivos e ir en contra de lo que la ley marca.
Por otro lado nos acusan de no cumplir con las directrices que hablan del cuidado del planeta, nuestro 1% de contribución no aparece por ningún lado; las emisiones contaminantes son cada vez mayores en lugar de menores. ¿Han visto el famoso documental sobre la desaparición del casquete polar? Deberíamos tomar conciencia de una vez, ya que el día menos pensado en algún lugar despertarán flotando en la cama.
Nosotros los literanos, no estamos libres de pecado, ¡nó! también colaboramos en todo eso y más, ya que los datos de la despoblación nos afectan y mucho.
¿Porqué?, pues sencillamente por no hacer nada para que eso no sea así, por no poner una pica en Zaragoza y exigir lo que todo el mundo sabe; exigir que debemos recibir inversiones reales y no promesas, exigir que estamos en una tierra de grandes emprendedores, en una tierra alejada del reino que no por ello deja de ser la más dinámica que el extenso Aragón tiene; en una tierra que en nada envidia a la mejor de nuestro país y lo que es más, una tierra que se merece un respeto por sus gentes por su empuje y su progreso.
Llevamos un tiempo que parece que nuestra comarca no existe, no surgen ideas ni problemas, no se dejan ver tampoco los máximos dirigentes ¿quizás están tan ocupados que no tienen tiempo para explicarnos sus gestiones?.
Señores, vayan poniendo en marcha sus agendas, sus proyectos, sus desvelos, sus pensamientos y sobre todo no se olviden que están ahí por el apoyo de sus ciudadanos, por el apoyo de estos miles de literanos que quizás un día no muy lejano cambien su forma de pensar y donde apoyaron dejen de hacerlo. Sepan, entiendan y comprendan que de igual manera que la paciencia se está acabando a nivel nacional, también está sucediendo en nuestra querida y valiosa tierra de La Litera.
Los pactos son buenos hasta que dejan de serlo, su utilidad es preciosa y espontánea, por ello de igual manera que vienen, se van.
Como decía al principio, hemos comenzado un otoño con vientos raros y extraños, pero me gustaría equivocarme y en este medio lo reconoceré si llega el caso; pienso que podemos tener comicios a nivel regional y nacional antes de que llegue el próximo verano, porque como digo, los pactos que mal nacen no suelen terminar de mejor manera.
La Litera necesita mejoras para la mejor convivencia de sus gentes, para mejorar su bienestar social y salud, para sus mejores desplazamientos, para progresar en el asentamiento de sus gentes, para atraer inversiones que hagan disminuir las cifras de desempleados, para que la buena educación que nuestros centros educativos ofrecen tenga una continuidad en el mundo laboral, para que nuestros mayores se vanaglorien de pertenecer a una tierra por la que ha merecido la pena luchar y trabajar.
Pongámonos las mejores pilas para situar este territorio en un lugar privilegiado. Todos y ustedes más, serán los beneficiados, podrán continuar en sus aposentos de piel o terciopelo y como en toda regla, sé y me consta que hay elogiosas excepciones, también hay que reconocer que hay pocos, pero alguno sí, que se comportan como tales, ofreciendo a los que los eligieron actos y actuaciones para demostrarnos que dirigiendo bien, todos contentos y agradecidos.
Pasen buenos días y a ver si el tiempo escampa….
Julio Ollés Mariñoso