En las últimas fechas se siguen acumulando malas noticias, en concreto, nuevos recortes, en los servicios de transporte ferroviario en nuestra Comunidad Autónoma. Aragón deja de financiar los trenes regionales y pierde servicios ferroviarios que enlazan con Lérida y con Valencia. La DGA argumenta que esta financiación no es de su competencia, que corresponde al Gobierno Central. Esto se sigue traduciendo en una pérdida de servicios que afecta a los usuarios y que pone en jaque la continuidad de los trenes regionales.
Los continuos recortes y restricciones hacen que los usuarios tengan cada vez más impedimentos para la utilización del tren como medio de transporte. Ante un ferrocarril que no cubre las necesidades mínimas la ciudadanía va eligiendo otras formas de locomoción. La consecuencia es que, paulatinamente, las cifras de uso de los trenes regionales van cayendo. Esto sirve de excusa a las autoridades políticas para justificar sus recortes. La estrategia es, cuanto menos, deleznable.
Ecologistas en Acción siempre ha abogado por el tren como el medio de transporte sostenible por excelencia. El tren es un medio ecológico, seguro y económico para transportar personas y mercancías. Es mucho más razonable que una sola locomotora, transporte cientos de toneladas o cientos de viajeros, a que un solo conductor, pongamos de ochenta kilos, viaje en un vehículo particular de más de mil quinientos kilos. Es de sentido común, en aras de la sostenibilidad, si queremos dejarles a las futuras generaciones un planeta habitable.
El tren tiene en nuestro país una larga tradición de trayectos de cercanías, regionales y largas distancias. Es decir, lo que sería la inversión más costosa, el tejer una red de vías, ya está hecha. Esta red ha vertebrado nuestro territorio, ha mantenido núcleos poblacionales en esta España vacía y ha sido un sinónimo de comodidad y progreso. En países como el Reino Unido, actualmente, más de trescientos cincuenta trayectos ferroviarios están protegidos como patrimonio nacional. Está claro que estamos llevando políticas completamente distintas en este sentido.
En España se ha apostado por otros modelos de transporte más gravosos con el medio ambiente y más costosos para las personas: la proliferación innecesaria de aeropuertos, una inexplicable red de autovías y autopistas privadas y un tren de alta velocidad, opciones todas, enfocadas a beneficiar sobretodo a los sectores de la construcción y a las grandes empresas de obra pública. Además, se ha desmenuzado la empresa pública Renfe en varias distintas, con directores, presidentes y distintos consejos de administración.
Nuestra red de ferrocarriles cría margaritas o en el mejor de los casos se convierte en una coartada para hacer rutas ciclistas verdes.
Ecologistas en Acción apoya siempre el transporte por ferrocarril considerándolo, ahora más que nunca, una apuesta de presente y de futuro. El cambio de paradigma energético con un escenario de bajas emisiones, el agotamiento de los combustibles fósiles y el declive del vehículo privado son realidades que se van a imponer en los próximos años.
Es inaceptable que nuestros políticos no tengan una visión social de la movilidad como un derecho y todo quede reducido a un balance de resultados económicos. Nuestra experiencia nos ha enseñado a desconfiar de declaraciones políticas que luego no se reflejan en acciones reales. Y es muy triste que sea la Consejería de Vertebración del Territorio en Aragón la que precisamente le parta el espinazo a esta tierra, quitándonos el derecho a una movilidad pública segura y sostenible como es el ferrocarril.
Cambiar Monzón está dando una lección de coraje, tenacidad y honestidad al estar semana tras semana denunciando el robo del que estamos siendo objeto. Otros se suman ahora, desde micrófonos y tibias notas de prensa, pero nunca en la movilización a pie de estación que tiene lugar cada domingo. ¡Bienvenidos! Entre todos empujaremos más.
El expolio de nuestro ferrocarril, forma parte de políticas que adelgazan los servicios públicos (como la Sanidad y la Educación) en favor de empresas que solo están interesadas en su rentabilidad económica. La acción ciudadana es un factor fundamental para que la estación de Monzón vuelva a ser un núcleo fundamental en el transporte de viajeros para la provincia de Huesca.