Actualmente, la partida de La Penella está formada por tierras de tres poblaciones de La Litera: Tamarite, Alcampell y Albelda. A mediados del mes de septiembre del año 2020, durante la búsqueda por el territorio aragonés de rocas con vestigios rituales o funcionales, mis amigos Miguel Pomar y Maribel Monturiol, buenos conocedores de los montes del pueblo de Albelda, me informaron de una gran cisterna excavada en la roca, de cuyo uso no había ninguna referencia. Un fin de semana organizamos la visita para estudiar este conjunto rocoso cercano a la balsa-fuente de La Penella y me hallé ante un ejemplar excavado en la roca que descarté considerarlo como uno de los aljibes o alchubs habituales en esta zona, o como un lagar rupestre al uso. Para ser aljibe necesitaría disponer de una gran superficie de captación de agua en la roca, intencionadamente conducida a su interior por unos canalillos. Además, de poco serviría su uso teniendo a pocos metros uno de los espacios con fuentes más importantes de la zona. Su función como lagar para la elaboración de vino tampoco podía considerarla pues falta una zona clave como es la pisadera para estrujar la uva y, además, la capacidad de la cisterna puede llegar a los 14.000 litros. Nos encontrábamos ante un ejemplar de morfología única sobre el que la tradición oral no venía a aclarar nuestras dudas.
José Antonio Molet Sancho, en la página 36 de su obra “Economía, demografía y toponimia de Albelda”, informa que “Los cañamares o tierras destinadas al cultivo del cáñamo son la segunda gran fuente de riqueza que el agua proporciona, y su ubicación se corresponde con la de los huertos: Penella, Piles, Gesses, aunque su precio es ya mucho menor. Su producción iba destinada a los talleres artesanales locales, donde, tras una larga transformación, se obtenían sábanas, manteles, paños, etc.” Este dato ya me daba una pista sobre la importancia del cultivo del cáñamo en esta zona. Buscando información en el Archivo Histórico Provincial de Huesca encontré algunos datos interesantes de compraventa de terrenos en La Penella para el cultivo del cáñamo, por lo que ya disponía de una vía de investigación.
Contando con la colaboración de Miguel y Maribel, informantes del hallazgo, y la de Juan Rovira, Aurelio Bail, José Antonio Adell, Rubén Oliver, José Miguel Sorigué, y algunos otros acompañantes vecinos de la zona, a base de podaderas, pico y pala empezamos a limpiar superficialmente este espacio. Dos elementos nos hicieron pensar en que estábamos ante una gran balsa para cocer el cáñamo, ya que esta planta, para poder extraerle la fibra, necesita estar sumergida en agua corriente durante muchos días para que se pudra la parte leñosa. Pues bien, una de estas piezas del puzzle era el conducto de agua que, junto al camino que va de Albelda a Tamarite, llevaría el agua desde la fuente de La Penella hasta la balsa. Y el otro elemento que nos orientaba hacia su uso como balsa de cáñamo era un canal de desagüe que se talló en su parte superior, al lado opuesto de la entrada de agua, por el que una vez llena la balsa el agua saldría por el sobradero.
Partiendo de la hipótesis de estar ante una balsa de cocer cáñamo, se necesitaba encontrar el lugar de entrada del agua y otro punto de evacuación del líquido por el fondo de la balsa para su limpieza una vez terminado el proceso de cocción o pudrición. No quedó más remedio que volver a coger el pico y la pala para ir limpiando la tierra que había en el fondo y en la entrada a la balsa. En un par de viajes más pudimos hallar estos puntos tan importantes para confirmar nuestra hipótesis. En el interior de la cisterna, casi al fondo de la pared de la zona de la entrada del conducto del agua, y al pie de las escaleras, encontramos un pequeño agujero, de un centímetro aproximadamente, que atravesaba la roca, lo que nos hizo pensar que la entalladura rectangular que hay justo al lado, toda colmatada de tierra, sería un depósito para almacenar el agua y, por el sistema de vasos comunicantes, mantendría el nivel de la balsa. Picamos superficialmente toda la zona perimetral de este depósito de reserva de agua y pudimos intuir que su profundidad superaba el metro y medio hasta llegar por debajo del agujero de comunicación con la balsa. Para su comprobación habría que sacar toda la tierra de este depósito, pero eso es una tarea de la que se debería ocupar el ayuntamiento de Tamarite, ya que dicha balsa está en su término. En esa somera limpieza también encontramos el agujero de desagüe de la balsa, justo al pie de las escaleras, taponado con una pasta de yeso, que comunica con el exterior.
A la vista de todos estos datos podemos llegar a la conclusión de que nos encontramos ante una singular y bien construida balsa de cáñamo en un roquedo próximo a la fuente de La Penella en Tamarite de Litera, posiblemente única en España. Un territorio que, históricamente, durante unos cien años entre los siglos XVIII y XIX, dedicó una parte importante de su terreno de regadío al cultivo del cáñamo.