Texto: Santiago Solá
Imagen: Club Litera Montaña
Club Litera y Club Montisonense se unen recordando a Lorenzo Sierra.
Cuando uno de nuestros amigos fallece nos invade una tristeza muy grande, sabemos que en esta vida ya no será posible volver a verlo ni podremos compartir con él esos instantes tan maravillosos que alegraban nuestros días y nos llenaban de felicidad.
Dicen que amigos de verdad hay pocos, incluso que se pueden contar con los dedos de una mano. Hoy el Club Litera de Binéfar y el Club Montisonense de Monzón se han unido para homenajear a Lorenzo Sierra, gran montañero e inmejorable persona que durante años nos acompañó y dirigió diferentes actividades entre las que se cuentan algunas de gran dificultad y compromiso. Una persona magnífica que no dudaríamos en colocar entre esa mano de personas entrañables y honradas, siempre sonriente y siempre positiva, y que actualmente coordinaba una sección del Club Litera que fue donde dejó más honda su huella aunque también estuvo unido al Club Montisonense y a Montañeros de Aragón de Barbastro.
Lorenzo se ha convertido en ese lazo de unión para dos clubs de montaña primero con su presencia, y ahora en su ausencia. Por eso, tres meses después de su fatal accidente de montaña que le costó la vida, programamos ascender al pico Paderna de 2.622 m. de altitud, consiguiendo congregar a un magnífico grupo de casi 50 personas ilusionados en subir a esta montaña para rendir el merecidísimo homenaje a tantos momentos en que ha endulzado nuestra existencia.
Comenzamos esta actividad en el aparcamiento de La Besurta, en el valle de Eriste. Representando a ambos clubes, Germán y Lolo nos dieron la bienvenida y unas palabras emotivas y alentadoras que refrendaban esa gran unión que existe entre todos los montañeros y montañeras sea cual sea nuestro club.
Poco a poco ganamos terreno a la montaña siguiendo el sendero que conduce al refugio de Renclusa (2.140 m.), continuando adelante hasta hacer una primera parada junto al ibón de Paderna. Era el momento de comer algo y quitarnos ropa de abrigo ya que el día fue soleado y espléndido. De allí, manteniendo un tranquilo ritmo dentro de un único grupo, subimos las empinadas laderas hasta coronar esta maravillosa cima, un lujo de montaña cuyas panorámicas son sencillamente impresionantes.
Reunidos en el alto tan impresionante cantidad de gente con el mismo fin, la familia de Lorenzo vivió unos momentos muy emotivos que se contagiaron por todo el grupo cuando varios de los participantes entregaron recuerdos muy bonitos y especiales, dedicatorias que harán que Loren nunca quede en el olvido. Se leyeron poesías y canciones, y el broche lo puso Germán cuando sacó la armónica y toco una canción con mucho sentimiento…muy emotivo la verdad.
Cada participante había subido una piedra hasta arriba, dejándola en el vértice sujetando un grupo de tres rosas, las mismas que tenía Loren en su casa con su mujer y sus dos hijos. Su huella la tenemos grabada en el corazón, y la familia se tiene que sentir orgullosa de ver que tenía tantos amigos y gente que le importaba.
Durante el descenso, comentábamos que la vida sigue y que no dejaremos de hacer montañismo, que esto es con seguridad lo que más feliz puede hacer a nuestro amigo esté donde esté, y también lo que nos hace ser una misma familia, unida y fuerte.
Finalizamos este hermoso día de montaña que quedará entre los mejores momentos que jamás hayamos vivido. El homenaje a un ser querido.
Club Litera Montaña – Club Montisonense de Montaña.