(Puedes leer primero la presentación de la serie «Crónicas del colapso»)
Abandonamos la Tierra hará ya unos 200 años.
Mamá no me quiso contar lo que pasó a la perfección, pero tengo una ligera idea. Fue debido a algo llamado petróleo, aunque no sé muy bien de que se trata, pero… era como un Dios al parecer, y no sé por qué motivo se fue pero por su culpa un planeta llamado Tierra ha muerto. Ahora vivimos dentro de naves en el espacio exterior. Esta no deja de moverse ya que estamos todo el tiempo siguiendo a una nave que va delante de nosotros, es de color metálico y es más grande que la nuestra, pero seguro que esta es más acogedora. Papá y mamá me han dicho que estamos buscando un nuevo planeta para instalarnos y que por eso estamos siguiendo a nuestra nave vecina, y a su vez ella sigue a su nave vecina, y ella a la suya y ella a otra más, y más. Es una cola muy larga.
Yo ya nací en mi nave y por eso no sé cómo era esa tal Tierra, pero seguro que era más emocionante y divertida que este aburrido cohete, y digo esto porque simplemente tengo un amigo, se llama Pedro, pero es muy difícil jugar con él, por eso la mayoría del tiempo estoy aburrida. Pedro vive en una nave vecina a la nuestra y por la ventana de mi sala puedo verle, pero como no podemos hablar, ni tocarnos y a veces incluso cuesta vernos, paso la mayor parte de mi tiempo en solitario, aunque están mis padres, pero ellos pasan la mayoría del tiempo con sus máquinas para hacer que este cacharro se mueva. Por suerte hará un par de días que informaron que estábamos a tan solo un año luz de llegar a un planeta que podría ser habitable y como estas naves, aunque no lo parezca, van a una gran velocidad, no tardaremos tanto en llegar.
Tengo muchas ganas de poder conocer en persona a Pedro, entonces sí que estaría todo el tiempo con él. También podría pasar tiempo con mis padres, tengo muchas ganas de poder hacer cosas con ellos y no que tengan que estar todo el día sentados en sus asientos de piloto. Espero que no se me haga muy largo todo este tiempo.
No sé cuánto ha pasado exactamente pero se me ha hecho eterno. Acabamos de aterrizar y estamos esperando a que informen si el perímetro es habitable. Pedro y yo nos estamos mirando por la ventana haciéndonos señales de alegría y emoción. Efectivamente, es habitable por lo que nos vamos a disponer a bajar. Cada vez que piso un escalón de esta nave se me pone la piel de gallina. Doce largos y profundos escalones hasta llegar a lo que llevaba esperando toda mi vida. Al apoyar los pies sobre aquel arenoso suelo por primera vez tuve una sensación extraña, pero no tarde en acostumbrarme.
Todo el terreno que mis ojos podían alcanzar estaba lleno de naves con gente bajando de sus respectivas y dando saltos de alegría. Unos acababan de llegar, otros llevaban allí ya un tiempo y otros faltaban por llegar, pero pronto, toda la humanidad que consiguió salvarse de la catástrofe del petróleo ha conseguido llegar a este nuevo planeta que por lo que estoy escuchando tiene unas características parecidas a las de aquel lejano planeta que se hizo llamar Tierra.
A lo lejos vi a Pedro y en cuanto el me vio nos echamos a correr lo más rápido que nuestras cortas piernas podían alcanzar y al llegar nos abrazamos, nos abrazamos tan fuerte que pensaba que nunca más podríamos llegar a soltarnos. Desde ese momento comenzó una nueva era.
Llevo ya ocho años en este planeta al que llamamos Trípolo y yo ya he crecido, soy una mujer hecha y derecha. Todo es muy distinto de aquella vida en naves pero por lo que se habla, la vida no es muy distinta a la que se vivía en la ya extinta Tierra, pero seguimos sin petróleo, sin embargo se han encontrado otros recursos que lo sustituyen. La tierra aquí es en todas las zonas muy fértil y se puede cultivar grandes cantidades de comida, por lo que todo el alimento es ecológico y no hacen falta productos procesados, todos nos movemos por naves eléctricas, conseguimos energía para nuestras casas de unas fuentes renovables que existen en Trípolo y muchas cosas más que hacen que el petróleo no sea necesario en este nuevo mundo.
Finalmente, con esto acaba mi historia, ya soy una mujercita y no necesito un diario para entretenerme. Nunca se sabrá cómo acaba esta etapa, si todo sigue igual para el resto de nuestras vidas o quizás todo se extinga mañana mismo.