Texto e Imagen: Jaume Garcia Castro
Monzón, 17 de noviembre de 2013.- Para un espectador profano el ir pasando discos para ver qué hay en una cubeta puede parecer una ocupación sencilla, pero en realidad, los que tenemos el veneno del vinilo corriendo por las venas sabemos que es muchísimo más complicado de lo que parece. En realidad es una actividad que pone en juego muchísimas habilidades de los coleccionistas y melómanos. Si pudiéramos ver el movimiento a cámara lenta, veríamos que, mientras la mano izquierda sostiene suavemente los lomos de los discos que aún faltan por ver, con la derecha se hace un ejercicio coordinado con tres dedos: mientras el dedo pulgar aguanta el filo del disco que acabamos de ver, los dedos índice y corazón van haciendo pasar alternativamente los discos descartados. Parece como si hiciéramos caminar la mano por encima de los discos. El cerebro solo tiene unas décimas de segundo para identificar el grupo o solista, el título del disco, decidir si nos gusta o no y si lo queremos para nuestra colección. A veces el coleccionista se detiene ante una portada y para la actividad: Ha encontrado algo interesante. Ahora tiene que valorar si se lo queda o si sigue buscando.
Esta operación se repite cientos de veces, a veces miles, en cualquier feria del disco. Todos los coleccionistas tenemos ya desarrollado ese instinto y la habilidad para poder hacerlo con una rapidez pasmosa. Ser coleccionista implica muchas veces levantarse temprano, porque el primero que ve un disco, se lo queda. Eso lo sabe perfectamente Domènech Merchán, propietario de Grans Records, una tienda de ropa, libros y discos de segunda mano que tiene su base en Lleida. Domènech tiene 37 años y se compró su primer disco cuando tenía 12. En septiembre de 2012 empezó con la compra/venta de vinilos de segunda mano y le comentó a Sergio Canal que quería montar un mercado de vinilos en su pub. Sergio no se lo pensó dos veces y esta es la tercera ocasión en la que lleva sus vinilos al Serjos de Monzón, donde durante todo el día se han estado pinchando clásicos y los coleccionistas hemos entrado a tomar una caña o un vermouth, curiosear por las cubetas de discos y cruzar los dedos a ver si hay suerte.
Hace cuatro años Domènech compró vinilos para uno de los pubs que tiene en propiedad en Lleida y lo que le sobró lo revendió a sus amistades más cercanas. Así empezó a crear lo que es hoy Grans Records. Cuando se quedó en el paro hace un poco más de un año, su compañera lo animó a continuar por este camino. Desde que tiene la tienda ya no es él quien tiene que ir investigando para encontrar colecciones de música que comprar, sino que son los propietarios los que vienen a ofrecer sus colecciones. La búsqueda a través de páginas web, anuncios e intercambios hechos en ferias como la de ayer completan sus canales de adquisición de nuevos vinilos.
Ahora se está viviendo una época de recuperación del vinilo por parte de muchas bandas de música. Algunas que habían hecho en vinilo casi toda su carrera, luego lo dejaron y ahora vuelven a editar vinilos, como los Rolling Stones. Uno de sus discos más raros, el Bridges To Babylon, se vendía por 50 euros: “Es que se editaron poquísimas copias en vinilo” nos confirma Doménech. El resto de los discos nuevos oscilaba por los 25 euros, mientras que los de segunda mano oscilaban entre los 5 y los 10 euros en su inmensa mayoría.
Lo que más busca el coleccionista es un buen precio y la buena conservación del vinilo que quiere. En cuanto estilos, el heavy, el metal, el rock duro, son los estilos que más busca el aficionado. Según Domènech “tantos discos como consiga de Led Zeppelin, tantos discos venderé, y lo mismo te puedo decir de Queen, de Iron Maiden, de AC/DC, de Metallica, The Beatles… Estos discos se venden de forma automática. En cambio, los Stones son más irregulares, se venden más los recopilatorios”. Al llegar las 20:00h. empieza a recoger los vinilos. Se los lleva a la tienda de Lleida. A este cronista le da tiempo de comprar por 10 euros una copia del Abbey Road de The Beatles, un disco que tiene la misma edad del que esto escribe. La tarde ha sido provechosa, sin duda. Domènech nos confía que volverá en unos meses al Serjos con más discos. Nosotros también volveremos a por más.