Del belén al hotel, un rally

Los errores pasan, solo la verdad permanece
Denis Diderot

Pasé la Semana Santa en Pont de Suert y, al regreso, quise visitar de nuevo Peralta de la Sal como pequeño, particular y modesto homenaje a sus habitantes, los «petraltenses», que no «peraltenses» ni «peraltinos». Pido disculpas, sin duda, pensé más en el fondo del escrito que en la forma de sus detalles. Mil perdones.

Peralta de Calasanz y el belén de Javier

[N. de la R.: este artículo es una réplica a El belén de Peralta]

Estimado Ignacio:

En la actualidad la información viaja a la velocidad de la luz, llegando a todos los rincones gracias a Internet. A pesar de ello, los principios básicos que rigen al periodismo siguen siendo los mismos, no hay que dejarlos de lado. Uno de ellos es el de contrastar la información. No solo con los “amigos peraltinos en la diáspora”, sino con los “amigos petraltenses” (correcto gentilicio), tanto en la diáspora como aquellos que han luchado y siguen luchando por vivir en Peralta.

El belén de Peralta

Los árboles no dejan ver el bosque
Popular

Quedamos en Tamarit con un amigo, emigrante de La Litera como yo, la mañana del día de Sant Esteve para hacer el ‘vermú’ o ‘vermut’ y, hablando y hablando, se nos ocurre ir a visitar por la tarde el Belén Mecánico de Peralta de la Sal pero, preguntándonos en voz alta por su horario de apertura, alguien nos dice que este año está cerrado. Ante mi decepción (mi amigo lo había visitado en alguna ocasión pero yo todavía no) al mediodía consigo contactar con un antiguo conocido peraltino, también en la diáspora, que me confirma la información: desavenencias económicas y organizativas entre el Ayuntamiento de Peralta y el inventor-constructor-mantenedor del Belén, y más recientemente problemas familiares de salud de éste, han impedido el funcionamiento del evento. Mi informante me facilita bastantes detalles que no vienen al caso; simplemente refiero los rasgos generales del tema que invitan a la reflexión.

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