Sueño de una noche de fiestas, por Juan Feo

 

Texto: Juan Feo

Foto: Pablo

LAS FIESTAS MAYORES DE BINÉFAR SE INICIARON CON EL BANDERITAS Y FIDEL EL BARBAS EN LOS CALABOZOS GUBERNAMENTALES.

 

El inicio de la Fiesta Mayor de la Villa de Binéfar provocó un acto irreverente en la balconada del Ayuntamiento; un acto subversivo e inconstitucional que levantó ampollas en el Grupo municipal de la Oposición, un disgusto para el Alcalde y una sorpresa pintoresca y agradable para los ediles de CAMBIAR. no exenta de algunas molestias políticas. «El Banderitas» y Fidel el barbas, hijo de un ilustrado periodista, sortearon con elegancia e inteligencia a la Jefa de Protocolo del Consistorio para colarse en el mismo balcón presidencial con una bandera insurreccional clavando como un torero la espada en el centro mismo de la balconada Consistorial.

He de confesar que la irreverencia del «Banderitas» y de Fidel me provocó un sueño en la primera noche de las Fiestas que me mantuvo en vilo en un recorrido empírico que mantuvo mi ilusión hasta el despertar. ¡Se había proclamado la República!, nada más ni nada menos que la bandera que lucía en el balcón presidencial era la tricolor, aquella » Niña» tierna y bonita de cinco años que fue violada, ultrajada y asesinada por la rebelión militar del Patas Cortas.

En las escenas que fueron creciendo en mi sueño veo al Alcalde atrapado por el Jefe de la Oposición, diciéndole: ¡Usted es el culpable de esta situación, lo que tiene que hacer de inmediato es dimitir del cargo y dejar que gobierne la lista más votada! El alcalde, sin perder la compostura le dijo que su Gobierno era legítimo y que él defendería la Constitución y el Estado de Derecho. Un tal Morillo del PSOE, asesor para los asuntos de la República, compañero del primer Edil, le dijo al oído: No te preocupes, Alcalde, relativiza el incidente, al fin y al cabo todos tenemos derecho a la libertad de expresión, mira para otro lado y sobre todo no le levantes un expediente a Fidel y al «Banderitas» ¡¡pobres chavales, estamos de Fiestas!! Mira, Morillo, no me toques los cojones, yo soy el Alcalde de la Villa y he de cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley.

Los de CAMBIAR, republicanos irredentos, aprovecharon la oportunidad para agitar a las masas que desfilaban por la Plaza al grito de «España, mañana, será republicana». De facto entraron las Fuerza del Orden en la primera planta del Consistorio poniéndole las pulseras al «Banderitas» y a Fidel, y sacándoles a empujones los llevaron al furgón que estaba camuflado en la calle la Industria.

Seguidamente, los Jefes del Ateneo Republicano, su presidente y un vocal de la Junta, un tal Mariani, intelectual ilustrado, le dieron la cara a las Fuerza del Orden y les increparon ¡¡Ya pueden soltar Vds a Fidel y al Banderitas, no les estropeen las fiestas, coño!!, que son unos chavales. Y respeten la libertad de expresión!!. Las Fuerzas del Orden, muy enojadas por la alteración del orden constitucional, les dijeron: ¡¡Vds son los culpables de todo esto, los elementos ideológicos que han provocado y organizado todo este desastre, identifíquense!!. Les pusieron los grilletes al Moles, a Miguel Ángel y al intelectual ilustrado y se los llevaron al furgón. Cuando llegaron al vehículo los tres nuevos detenidos, se encontraron a los pobres zagales (el Banderitas y Fidel), sollozando y acojonados y sus nuevos compañeros de viaje curtidos de otros tiempos, les dijeron: ¡No preocuparos, chavales, mañana el Juez sobreseerá el caso y nos dejarán a todos en libertad!! Eso sí, habremos perdido una noche de Fiestas pero, mis queridos niños, la libertad y la república tienen estas servidumbres.

En la Plaza de España, los Titiriteros ejecutaban la obra de Galán y García, los militares de Jaca que se sublevaron anticipando la República. En ese mismo momento de la obra teatral aparecieron las Fuerzas del Orden y en su cara les cantaron :

¡¡Qué bonita está Sevilla,

qué bonita está Triana,

cuando ponen por sus calles

la bandera republicana!!

Las Fuerzas del Orden se quedaron estupefactas a la vista de los acontecimientos y ordenaron de inmediato parar la actuación teatral por subversiva y republicana, pero los «muñacos» le contestaron: ¡¡Ay, mi sargento, nozotros somos gitanícos buenos de Monzón que hemos venido a las Fiestas de Binéfar!! ¿Quieren ustedes que le cantemos por bulerías? El sargento les contestó: ¡Déjense ustedes de tonterías y desmonten el chiringuito o me los llevo a todos al cuartel!. En aquél mismo momento salieron unos fogonazos de cohetes tricolores cuyos racimos rojos, amarillos y violetas se desparramaron sobre la balconada de las autoridades municipales incluyendo a los miembros de la Oposición. Unos abuelos que estaban en la plaza se dijeron entre ellos: ¡¡Ya estamos otra vez en el 36, vámonos para casa Aurelio!!

La noche inaugural de las Fiestas continuó con el desfile de las carrozas y el Grupo de Mali, con sus tambores, bailes y cantes, con sus bellas mujeres negritas ataviadas con sus bellísimos vestidos de colores. Gritaban :

¡Lo primero, conquistaremos Manhattan,

después conquistaremos Berlín,

y por último nos comeremos al Papa!

Otro insolente, que aprovechó el micrófono de la balconada consistorial, les cantó una pequeña copla a las chicas de Mali:

Negra, tu eres negra,

negra de color,

tú eres la negrita de mi corazón.

Negra, tú eres negra…

(Kiko Veneno)

Pregón social de Don Ernesto, chupinazo y canapés para las autoridades.

10.09.2015.

Juan Feo Morales

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