Silvia Isábal presentará mañana en Binéfar su libro «Los que se iban en septiembre»

El libro es un homenaje a aquellos habitantes de las comarcas del este de Teruel que en la primera mitad del siglo pasado cada septiembre, después de la cosecha migraban de la precariedad hacia el norte fértil de La Litera. Personas fundamentales para entender la actual Litera y de las nadie había escrito antes.


Sabemos que te hace mucha ilusión este libro, porque de alguna manera eres también protagonista. Como se siente una escribiendo sobre sus orígenes ?.

Como bien dices, yo soy descendiente de esta emigración, por lo que desde niña siempre he oído historias referidas a mis bisabuelos y abuelos. Con la idea de rescatar su trayectoria vital y la de tantos como ellos fue como se fue gestando este libro, que pretende, sobre todo, hacer justicia con este colectivo. Piensa que cuando se trata el tema de la colonización de los regadíos, todos pensamos automáticamente en los pueblos creados por el INC durante el franquismo. Dejamos así de lado fenómenos como este, protagonizado por familias que, sin ningún tipo de ayuda y en pleno siglo XX, vinieron a ocuparse de nuestras tierras, la mayoría de las veces pasando a residir en el campo, aisladas y sin ningún tipo de servicios.

Quienes eran estas gentes que emigraron del Bajo Aragón, Maestrazgo y Matarraña a La Litera?

A la Litera llegaron gentes desde diversas comarcas turolenses, aunque especialmente desde las del Maestrazgo (algo más de la tercera parte de las personas llegadas a nuestra comarca lo hicieron desde allí), Bajo Aragón y Matarraña, acompañados por numerosos migrantes procedentes de comarcas castellonenses adyacentes que se han incluido en el estudio por la intensa vinculación que había entre ellos. Entre las razones por las que vinieron destacan la decadencia del sistema masovero (al que pertenecía más de la mitad de los migrantes) y la construcción del embalse de Santolea. En cualquier caso y sintiéndose expulsados de sus tierras de origen, su motivación para establecerse en la Litera fue la de adquirir unas tierras que, con el regadío, llevaban implícita una promesa de rentabilidad.

Cuantos eran?

Llegaron durante gran parte del siglo XX sobre todo porque los pioneros, aquellos que llegaron en las dos primeras décadas del siglo, provocaron un «efecto llamada» entre familiares y conocidos. Su número fue muy elevado y, aunque resulta imposible de concretar por la falta de archivos anteriores a la Guerra Civil, alcanzó como mínimo el millar y medio de individuos que se desplazaron en grandes grupos familiares. Precisamente la utilización intensiva de la mano de obra familiar, las redes de apoyo que establecieron entre ellos y un carácter sacrificado, honrado y trabajador constituyeron en gran medida las bases de su éxito.

Qué han aportado los «teruelinos» a La Litera?

En la Litera debemos a este colectivo varias cosas, entre las que podemos destacar su papel (junto a otros grupos de diversa procedencia) en la adecuación de las tierras al regadío; su contribución a configurar el actual paisaje de la Litera Baja, donde las viviendas diseminadas (torres) conviven con los núcleos de población, y su contribución al aumento demográfico que experimentó esta zona con el regadío. Pero, sin duda, su gran aportación tiene que ver con el desarrollo de la ganadería, inexistente en la zona hasta entonces y base fundamental de nuestra economía actual. Y es que estos migrantes, la mayoría acostumbrados a combinar agricultura y ganadería en sus lugares de origen, replicaron su forma de vida tradicional aquí en la Litera y eso dio lugar a la aparición de multitud de pequeñas explotaciones ganaderas que más tarde, ya en la década de los sesenta, se transformaron en granjas intensivas. También llama la atención la cantidad de emprendedores surgidos de este colectivo que fueron responsables del nacimiento de importantes empresas y que ayudaron a configurar el tejido industrial, comercial y de servicios de nuestra comarca.

Como acogieron aquellos literanos a los «teruelinos» ? Los vieron como iguales o como intrusos?

Aunque no hubo problemas graves de integración, sí que es cierto que en un principio el apelativo por el que fueron conocidos, «los teruelinos», llevaba consigo un cierto tono peyorativo por la pobreza que se les atribuía al verlos llegar en grandes carromatos en los que trasladaban sus escasos pertrechos. Sin embargo, al comprobar la condición de propietarios de la mayoría de ellos y sus abundantes despensas, comenzaron a verlos como una amenaza y los acusaban de apoderarse de las mejores tierras, cosa que era totalmente falsa ya que precisamente las primeras que se pusieron en venta fueron precisamente las peores. Hoy en día no quedan demasiados migrantes ya, básicamente los que estamos somos «teruelinos» de segunda, tercera, cuarta y hasta quinta generación, y, aunque somos y nos sentimos literanos, es importante que no perdamos de vista nuestro origen y el sacrificio que hicieron nuestros mayores, que tanto aportaron a esta comarca.

Silvia Isábal estará acompañada en la presentación por J.Antonio Adell autor del prólogo e Irene Abad directora de la colección Iter del Instituto de Estudios Altoaragoneses.

Mañana jueves 18 de abril a las 19:00 en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Binéfar.

Por nuestra parte muy orgullosos de ser los difusores de aquel primer artículo https://laliterainformacion.com/la-emigracion-procedente-de-teruel-en-la-comarca-de-la-litera/ que ha culminado en este magnífico relato.

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