Intenso fin de semana del Club Litera de Binéfar, en el que ha destacado el recuerdo del amigo Lorenzo Sierra
La escalada
La actividad comenzó el sábado en La Pella, pequeña escuela de escalada muy cercana a Bielsa y de fácil acceso. El sector es pequeño y tiene pocas vías, pero fue suficiente para que los escaladores del Club Litera disfrutaran un buen rato trepando por las rocas, hasta que el calor les obligó a retirarse de la pared y buscar una buena sombra para refrescarse y reponer fuerzas.
El montañismo
Parte del grupo de escaladores continuó su viaje hacia tierras francesas, donde los montañeros del Club de Binéfar tenían previsto ascender al Pico Neuville de 3091 metros y homenajear a su compañero Lorenzo Sierra fallecido en julio de 2014. El grupo se reunió y pernoctó junto a la presa de Cap de Long, en la reserva natural de Neuville, a 2175 metros de altitud. Con los primeros rayos de sol, los montañeros bordearon la presa para alcanzar la angosta senda, que trepa con decisión sobre los acantilados del lago, en busca del Paso del Gato. En este punto merece la pena parar un momento, y deleitarse con el magnífico paisaje que nos rodea, en el que abruptas montañas de más de 3000 metros, abrazan el cielo rodeadas de grandes lagos. Tras cruzar el Paso del Gato, realizaron el flanqueo de la Montagne des Laquettes, entre grandes bloques de piedras y empinadas laderas de hierba, intentando no perder altura para alcanzar la Bréque de Barris y conectar con la ruta normal de ascensión al Neouville.
Frente a los montañeros, aparecía ya la ansiada cima, rodeada de grandes neveros, que obligaron a los montañeros de Binéfar a pertrecharse con crampones, piolet y casco antes de enfrentarse a las empinadas laderas de nieve dura. El avance lento pero constante, les fue acercando a la cara este del pico y tras saltar la rimaya se encaramaron a la pared, para trepar hasta el espolón NNE, que les conduciría hasta la cima.
Una meteorología excelente, permitió a los montañeros del Club Litera de Binéfar disfrutar plenamente de la cima, y rendir homenaje a su añorado compañero y amigo, Lorenzo Sierra, al que tan cerca sentimos cuando subimos a la montaña. El descenso lo realizaron por la ruta normal, aprovechando la abundante nieve, y con la seguridad que da el correcto uso del material, para volver sin incidentes y disfrutando hasta el último segundo de este maravilloso rincón del Pirineo.