Obituario
Manel, te has ido como se van los gentiles, los sencillos, los sinceros, los honrados, la buena gente. Tu despedida ha sido un desfilar de almas acongojadas. En el tanatorio, y ayer en tu funeral en la iglesia de tu pueblo, Alcampell, cientos de personas hemos querido abrazar a Silvia y a tu hijo Manel en el duro trance de decirte hasta siempre. Tu familia, tus vecinos de Binéfar y de Alcampell, tus amigos de infancia, los amigos de tu colla, los de tu hijo, los de Silvia que también eran tuyos, los que te conocieron por tu entrega al futbol, tus compañeros de trabajo, tus jefes…Te hemos dicho adiós, tristes, pero sin mucha lágrima ni aspaviento, como tú querías. Que sepas, que lo de las flores no ha podido ser. Tu querías una, un clavel; las había a cientos. ¡Vaya trabajo han tenido los sepultureros para colocarlas en tu alto nicho con eternas vistas al oeste!.
Te veo pequeñajo, saliendo como un bólido de tu casa y a Pilarín detrás. ¡Para cuenta Manel!. Tu sufrida madre, siempre vigilando tus trastadas. Me ha chivado un buen amigo tuyo, tu devoción por los tebeos que comprabas religiosamente en Casa Manoleta todos los domingos después de misa con la paga que te daban. De tus peleas a ostia limpia con Eusebio, tu rival del alma. De lo dormilega que eras. De tus primeras botas de futbol de la marca «Mirinda» que te regaló Paco el Gaseosero. De vuestros viajes a todo gas por el terme, con las motos «prestadas» de vuestros padres. De tus primeros y sinceros amores…. Y esto, mientras estabas de cuerpo presente en misa. ¡Imagínate de lo que me hubiera enterado con más tiempo!. Lo tuyo con el fútbol y tú Barça, herencia de tu padre, ha sido fundamental en tu demasiada corta existencia. ¡Has jugado en tantos campos, Manel! Como segundo entrenador en la última etapa de la U.D. Alcampell, en el Futbol Base de Binéfar, con tus chicos, como les llamabas. En el C.D Binéfar de entrenador y de lo que hiciera falta.. ¡Como disfrutabas entrenado a las féminas en el duelo «Casadas vs Solteras» de las fiestas mayores!… Hoy estaban todos ahí, en tu último partido.
Me quedo con el abrazo que nos dimos el 8 de marzo en la concentración en la Plaza España de Binéfar cuando me viniste a saludar con un ¿Qué no em coneixes?. Ya perdonarás, pero me pillaste haciendo fotos y además la gorra calada que te tapaba los ojos no ayudaba. ¡Qué alegría me diste!, sabía que estabas enfermo, pero estabas tan animado y con tan fuerza que pensé que lo superarías. Me quedo con los abrazos y los besos en los actos electorales del PSOE acompañando a tu cuñada Yolanda y sobre todo con la última foto que os hice a Silvia y ti en el ayuntamiento. Era insospechable pensar que sería la última vez que nos veríamos. ¡Con lo guapo y contento que estabas!
Te has ido como has vivido, con naturalidad. Asumiendo la muerte como el acto final de la existencia, dando ánimos a los que se quedan, tranquilo y sin miedo.
Dejas una mujer valiente, serena y firme y un hijo fuerte y decidido que sabrá afrontar tu ausencia cuando el dolor amaine.
Dicen que morimos del todo cuando muere la última persona que nos recuerda. Manolo de Chusepó, vivirás en el recuerdo de muchas personas, muchos años. Nos has puesto muy difícil olvidarte.
Descansa en paz
