Epílogo
Después de estos años, la poda continuaría siendo una actividad que generaba importantes ingresos en Alcampell, pero iría perdiendo progresivamente el prestigio de los primeros tiempos. El invierno de aquel mismo 1963, a causa de un cúmulo de motivos dispares (médicos, familiares, profesionales, etc.), Antonio Espluga Fort abandonó toda actividad podadora. Otra persona de Alcampell, Antonio Tomás Baró, se hizo con el mando de la cuadrilla que, a pesar de que tuvo varias escisiones y bifurcaciones, mantuvo a lo largo de muchos años. Sin embargo ya no se hicieron más viajes colectivos, autofinanciados, intergeneracionales y a la aventura. Aunque hubo algunas personas que se aficionaron a viajar, muchas de las que participaron en aquellos viajes de 1959-1963 posteriormente rara vez se movieron del pueblo. Y las que sí lo hicieron, generalmente continuaron haciendo viajes de verano, excursiones de uno o dos días a la costa catalana.
De los viajes del periodo 1959-1963 hemos conseguido recopilar más de 130 fotos en las que aparece un buen número de familias del Alcampell de aquella época. Curiosamente, hemos constatado que, con la excepción de los tiempos más recientes, la mayoría de ellas apenas tiene fotos de épocas posteriores (ni tampoco anteriores), por lo que estos viajes son la parte de su vida de la que cuentan con más registros gráficos. Se trata, sin duda, de una época en la que se dieron unas circunstancias especiales, una extraña locura colectiva, que les lanzó a vivir experiencias luminosas en una época oscura aunque cargada de esperanza. Pero aquella magia se debió romper en algún momento porque, por lo que parece, ya no lo repitieron más. A partir de entonces, o bien dejaron de viajar y se dedicaron a sus tareas rutinarias, o bien, si viajaban, lo hacían de manera individual, perdiendo lo que tienen de mágico los proyectos colectivos.
Aunque el propio Antonio Espluga Fort retomaría años más tarde la actividad, ya nada volvió a ser lo mismo. La profesión se degradó, los salarios disminuyeron, las condiciones laborales se tornaron más duras, y todo se volvió un poco más penoso en el ámbito agrario. Pero la poda continuó siendo una actividad que proporcionaba el complemento económico ideal para mantener en marcha una explotación agraria moderna. ¡Aunque casi todo fuera en negro!
La mayor parte de las fotos y de la información que ha permitido reconstruir todo lo aquí narrado proviene de múltiples conversaciones con las siguientes personas:
Antonio Aurín (Lo Peri)Francisco Aurín (Paco del Teixidó)Nati Blanco (de Casset)Joaquín Capdevila (Montañés)Francisco Coll (Paco de Salamero)José Coll (de Salamero)José Coscolla (Pepito de Chironi)José Espluga (Mitgers)María Espluga (de Margariteta)José Enjuanes (Chironi)Jeroni Enjuanes (Chironi)María Llaquet (del Chequi)Carme Llaquet (filla de Roman)Francisco Molí (Paco de Marina)Placer Montori (del Solanet)Montserrat Trenc (del Torré)Rafael Trenc (Rafelito)Marisa Molí (del Forner)
Agradecemos su inestimable colaboración.
