Vivimos tiempos extraños, un enemigo invisible amenaza nuestra salud y la de los que queremos, y da lugar a medidas de protección y actuación cambiantes día a día. Tiempos de incertidumbre y miedo con consecuencias que todavía no podemos imaginar.
Una de esas consecuencias es “Las no Fiestas Patronales” que vivimos y vamos a vivir en muchos de nuestros municipios. Las fiestas populares tradicionalmente han sido punto de encuentro y despedida del verano. Días de reuniones familiares, de amigos/as, tiempo de reencuentros, de actividades lúdicas y de ocio que este año van a tener que ser comedidas, seguras y atentas a esta “nueva normalidad” cambiante día a día.
La no celebración de las fiestas populares en honor a nuestros respectivos patrones y patronas se suma a muchos otros cambios que este 2020 nos ha forzado a aceptar e incorporar a nuestra vida cotidiana: los saludos sin besos y abrazos, los geles hidro-alcohólicos, las mascarillas, la distancia social, las nuevas reuniones familiares, el temido confinamiento… son cambios que vamos aceptando con resignación y responsabilidad a la espera de una vacuna que nos permita recuperar “la antigua normalidad” que tanto añoramos.
La COVID-19 ha cambiado nuestros hábitos de consumo y hemos visto como el consumo de cercanía nos ha facilitado los tiempos de confinamiento. Si bien las grandes plataformas han visto incrementados sus beneficios (quizá podríamos reflexionar acerca de cómo y a costa de qué o quién se logran esos beneficios), ha quedado en evidencia la importancia de disponer de un tejido comercial de calidad y cercanía capaz de proveer, no solo bienes y servicios básicos sino también de todo aquello necesario para mantener nuestro estilo de vida.
Desde los primeros días del confinamiento, las empresasde servicios y los comercios de artículos básicos permanecieron abiertos aun a riesgo de su propia salud o la de los suyos y como el resto de servicios y comercios estuvieron a disposición de sus clientes, a través del teléfono, redes sociales y cualquier otra forma de contacto que nos permitiera el acceso a servicios y bienes de consumo indispensables para nosotros/as.
Toda esta situación también ha dado lugar a cambios en “el otro lado del mostrador”. Nuestros comercios y pequeñas empresas han sufrido un varapalo económico, muchos ven como su subsistencia pende de un hilo a la espera de ver cómo evolucionan los tiempos y de ayudas que tardan en llegar. Para otros, la mayoría, superar este año está siendo una tarea difícil. En cualquier caso, mantener una tienda, un negocio, una empresa, ahora es más difícil, más duro, más complicado de lo que lo era hace unos meses: cumplir con las medidas de seguridad no es tarea fácil y supone un gasto económico y personal muy difícil.
Tal vez podríamos reflexionar acerca de lo importante que ha sido, es y será para nosotros disponer en nuestro municipio, no solo de productos básicos sino también de artículos y servicios que nos permiten continuar trabajando y viviendo con comodidad, seguir las clases de nuestros hijos, el ocio, la cultura, la gastronomía, etc. Actividades y productos que nos han hecho más llevadero el confinamiento y que han sido posibles gracias al esfuerzo de nuestros vecinos y vecinas empresarios/as, comerciantes.
La idea de “no juntarnos hoy para podernos juntar todos mañana” en esas fiestas es la que más nos tiene que calar, pero también tenemos que ver otro lado dramático, como estas no fiestas tendrán un impacto directo en bares, restaurantes,comercios y negocios de nuestro entorno que verán reducidos sus ingresos por la falta de turismo y por el descenso en el consumo de los de aquí.
Aplaudimos al personal sanitario y fuerzas de seguridad y también homenajeamos a todo el sector del comercio y los servicios: autónomos/as, empresarios/as, trabajadores/as,… que han posibilitado el acceso a productos de primera necesidad y también básicos aunque no siempre considerados de primera necesidad. Y, finalmente, aplaudir a nuestros clientes, porque han podido apoyar al comercio y las empresas de servicios locales, por seguir acudiendo a nuestros negocios y por hacerlo respetando las medidas de seguridad e higiene necesarias porque, solo entre todos/aspodremos salir adelante.
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