La desconocida biodiversidad de Les Chesses

Sara Palacio y Sebastián Agudo

Las últimas investigaciones científicas revelan asombrosos descubrimientos sobre la subsistencia de las plantas gipsófilas en terrenos de yeso muy áridos, como en “Les Chesses”.

El pasado domingo 4 de junio, como viene siendo habitual, Amigos del Parque Geológico y Minero de La Litera y Ribagorza organizamos una salida de campo. Esta vez, no solo íbamos a hablar de geología y minería, sino que íbamos a descubrir la biodiversidad que existe en “Les Chesses” (Anticlinal de Barbastro o Yesos de Barbastro). Jorge Franco, nuestro geólogo nos explicó las características del sistema kárstico de yesos y las peculiaridades de las Chessas.

Siguiendo la ruta, el veterinario y futuro forestal Raúl Malo nos explicó la diversidad de fauna que habita en este territorio, centrándose especialmente en la fauna endémica y en peligro de extinción en uno de los manantiales de agua que brota de una de las “Comas” o valle del sistema kárstico. Nos narró con todo detalle la legislación de protección de dicho patrimonio, en particular lo que es una zona ZEC/LIC y lo que es una zona ZEPA contempladas en la Red Natura 2000 ya que “Les Chesses” están protegidas por ambas declaraciones de la Red Natura 2000 (La Conservación de la Biodiversidad en Europa).

A partir de ese punto, fuimos ascendiendo por un camino de tierra hacia la llanura del anticlinal llamada “Lo Pllà” (El llano). Durante este recorrido, el ingeniero de montes Marcos Manceñido nos fue mostrando los distintos tipos de plantas y árboles que habitan en este territorio tan árido y seco con peculiaridades de las plantas para poder sobrevivir en un lugar tan adverso.

Al llegar “Al Pllà” nos detuvimos a la sombra de una “ausina” (encina) y tuvimos el gusto de recibir una clase magistral de la Dra, Sara Palacio1. Licenciada (con Premio Extraordinario) y Doctora en Biología por la Universidad de Barcelona. Actualmente es científica titular del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) centro de investigación integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

A continuación, podemos leer un resumen de los resultados de varios años de investigación en este campo, que nos expuso en la salida la Dra. Sara Palacio:

Los suelos ricos en yeso (sulfato cálcico dihidratado, CaSO4 2H2O) aparecen de forma masiva en todo el mundo, principalmente en las zonas más áridas del planeta, y más allá, llegando incluso a otros planetas como Marte. En estos suelos, los nutrientes y el agua son escasos y el suelo acumula sustancias tóxicas para la vida vegetal (como exceso de calcio y sulfatos). A pesar de estas limitaciones, los ecosistemas de yeso albergan una flora muy diversificada, llena de especies endémicas que han sido poco estudiadas, especialmente fuera de nuestro país. La excursión a “Les Chesses” del futuro Parque Geológico y Minero de La Litera y Ribagorza, nos ayudó a comprender algunos de los mecanismos que tienen las plantas para crecer en estos ambientes tan limitantes y cómo estos procesos han forjado su evolución.”

Conocimos que las plantas que crecen en este tipo de suelos se clasifican en dos grupos dependiendo de su afinidad por el yeso. Las plantas gipsófilas, son aquellas especies que sólo son capaces de crecer en suelos ricos en yeso, mientras que las plantas gipsóvagas pueden crecer tanto dentro como fuera de este tipo de suelos, y pueden llegar a ser muy dominantes en el paisaje. Entre las primeras encontramos especies como Ononis tridentata, Gypsophila hispanica, Herniaria fruticosa, Lepidium subulatum o Helianthemum squamatum, todas ellas presentes en “Les Chesses”, mientras que entre los taxones no exclusivos al yeso destacan especies mediterráneas tolerantes a todo tipo de estreses, como el romero (Rosmarinus officinalis), el tomillo (Thymus vulgaris) y distintos tipos de jarillas (plantas del género Helianthemum), como H. syriacum, amante de los suelos ricos en calcio en general y muy común en suelos de yeso).”

Plantas gipsófilas estudiadas en “Les Chesses”

Y la Dra. Palacio prosigue: “Los mecanismos que presentan ambos grupos de plantas para lidiar con el exceso de sulfato típico de los suelos de yeso son diferentes. Las plantas no exclusivas de los yesos bloquean la absorción de azufre a nivel de la raíz, evitando que la toxicidad afecte a la planta y bombeando el exceso de azufre fuera de la raíz de forma activa. Por el contrario, las plantas gipsófilas tienden a acumular enormes cantidades de sulfatos en sus tejidos, empaquetándolos en grandes sacos que presentan en el interior de sus células (llamados vacuolas), de forma que no interfieran con el metabolismo celular. También utilizan el exceso de azufre para formar distintos tipos de compuestos ricos en S (Azufre), algunos de ellos con función defensiva, como los glucosinolados, que les pueden servir como “arma química” para defenderse de posibles herbívoros. De hecho, estudios recientes demuestran que las plantas gipsófilas aumentan su dominancia en las comunidades vegetales de los suelos de yeso cuando hay una cierta presión de herbívoros, y que las plantas que crecen sobre suelos de yeso tienden a acumular más azufre en hoja al estar sometidas al efecto del ganado.

Otro de los grandes problemas a los que tienen que hacer frente las plantas de les Chesses es la falta de agua durante el verano. Para que se desarrolle un suelo de yeso es imprescindible un cierto nivel de aridez, ya que el yeso es relativamente soluble y se lava fácilmente del sustrato si las precipitaciones son abundantes. Por ello, las plantas que crecen en los suelos de yeso presentan diversas adaptaciones para evitar la pérdida de agua. Por ejemplo, H. squamatum presenta pelos modificados con forma de sombrilla que, a modo de escamas (de ahí el nombre de esta planta), recubren toda la superficie de sus hojas y limitan las pérdidas por evapotranspiración. Las plantas que crecen en este tipo de ambientes también muestran adaptaciones para maximizar la absorción de agua del suelo. En les Chesses”, especies como el asnallo (O. tridentata) son capaces de absorber agua a varios metros de profundidad. En zonas desérticas donde los afloramientos de yeso son frecuentes, como el desierto de Lut en Irán, se han encontrado especies de arbustos que son capaces de absorber agua a más de 40 m de profundidad (en algunas zonas del planeta, como el desierto del Kalajari, se han descrito plantas con raíces a casi 70 m de profundidad). Por otro lado, el yeso presenta agua en su red cristalina o, dicho de otra forma, en la fórmula del yeso (CaSO4 2H2O) podemos observar que hay dos moléculas de agua. El agua de cristalización del yeso es también una fuente de agua disponible para la vida. Investigaciones desarrolladas por nuestro grupo de investigación del IPE-CSIC han mostrado cómo las plantas de raíz somera, particularmente las plantas gipsófilas de les Chesses dependen fundamentalmente de esta fuente de agua durante el verano. Se trata de una observación pionera con importantes implicaciones para la vida en condiciones extremas. Aunque los mecanismos que presentan las plantas para acceder a dicha fuente de agua se desconocen, recientemente, investigaciones llevadas a cabo en los cristales de yeso del desierto de Atacama han confirmado que algas libres del grupo de las cianofíceas son capaces de digerir el cristal de yeso para obtener su agua de cristalización. Estas observaciones coinciden con resultados obtenidos en el IPE-CSIC que muestran que las raíces de las plantas que crecen en los yesos son capaces de acidificar enormemente el sustrato, especialmente en presencia de hongos simbiontes, lo que podría ayudar a liberar el agua de cristalización del yeso.

Como pudimos comprobar en la excursión, las plantas que crecen en “Les Chesses” son organismos altamente singulares, con mecanismos que están permitiendo avanzar en el conocimiento de la vida vegetal en ambientes extremos. El conocimiento generado gracias al estudio de las plantas de “Les Chesses” puede ayudar a combatir la desertificación, mejorar los cultivos en algunas de las zonas más vulnerables del planeta y comprender los límites de la vida vegetal en las condiciones más extremas. Se trata, por tanto, de ambientes altamente singulares que merecen ser admirados y conservados.”

Finalizamos el recorrido por les Chesses” en un espectacular Litonero de la Penella o Llitoné del Figaire de nombre científico Almez (Celtis australis). Es un árbol monumental, de 187 cm de diámetro, 19 m de altura que crece a 398 metros sobre el nivel del mar y que posiblemente supere los 250 años de antigüedad.

Fue un día muy fructífero, los participantes, principalmente vecinos de las poblaciones vecinas, quedaron gratamente sorprendidos con la biodiversidad de les Chesses.

Con este artículo pretendemos transmitir estos avances científicos a toda la población para aprender a valorar de mano de la ciencia la importancia de nuestro patrimonio. Patrimonio que todos debemos poner en valor para así poder preservarlo y defenderlo.

Como siempre ¡NOS VEMOS EN EL CAMPO!


1 A lo largo de su carrera científica ha desarrollado su investigación en diversas instituciones de Reino Unido, Australia, Suiza, Turquía, México y Alemania. Ha participado en 22 proyectos de investigación nacionales e internacionales, como investigadora principal en siete de ellos. Creadora de la red GYPNET para el estudio de los ecosistemas yesosos, actualmente es coordinadora del proyecto europeo H2020-MSCA-RISE GYPWORLD, destinado al estudio de los ecosistemas de yeso a nivel mundial, con 18 entidades participantes de 11 países distintos. Su investigación se centra en analizar los mecanismos de las plantas para ajustar su forma y función a las limitaciones abióticas y bióticas del ambiente en el que viven. Estas cuestiones son fundamentales para comprender la respuesta de las especies vegetales al cambio global y sus posibles consecuencias sobre el funcionamiento de los ecosistemas. Trabaja normalmente en ecosistemas semiáridos y montañosos y es un referente internacional en el estudio de la adaptación de las plantas a los suelos yesosos.

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