La colección del Ayuntamiento de Alcañiz brilla con luz propia en Binéfar.

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Un viaje artístico por las vanguardias aragonesas, desde 1960 hasta 2007. Este es el espléndido menú que nos ofrece la Colección del Ayuntamiento de Alcañiz, parte de la cual podemos contemplar en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Binéfar desde hoy, 3 de mayo, hasta el próximo domingo día 12. En esta colección se reúnen algunos de los nombres más destacados del arte aragonés del último siglo: Santiago Arranz, Salvador Victoria, Pablo Serrano o José Manuel Broto, así como obras de colectivos imprescindibles para entender el arte del último cuarto del Siglo XX.

Especialmente interesante es la parte dedicada a los años 80, donde encontramos obras de innegable talento e importancia, tanto artística como histórica. Lo primero que nos encontramos al entrar en la sala es la escultura que preside este artículo, Toro en pie, un bronce de Pablo Serrano datado en 1960, una pieza magnífica que es el preludio de lo que encontraremos en la exposición. 

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Otra de las obras de interés que podemos encontrar es la que encontramos sobre estas líneas, El pórtico de la gloria (Óleo sobre lienzo, 1981), del pintor zaragozano Natalio Bayo, uno de los artistas fundadores del interesantísimo grupo AZUDA 40. En este lienzo podemos apreciar la técnica característica del artista, sus temas recurrentes, inspirados sobretodo en la pintura renacentista italiana, pero ligados a la vanguardia de su momento.

A medida que vamos avanzando en la exposición nos vemos sorprendidos por las diferentes técnicas, motivos y estilos de esta colección de artistas. Si es interesante apreciar las obras individualmente, también lo es apreciarlas comparativamente. Esa es la propuesta que hacemos al observar dos obras sin título de dos artistas completamente diferentes. En la fotografía que tenemos al pie de estas palabras podemos apreciar a la izquierda Sin título, una obra de técnica mixta sobre tela que pintó Enrique Trullenque en 1981. Trullenque es un buen  ejemplo de pintor autodidacta, con una dura infancia, pero que a pesar de todo llega a dominar diversas técnicas pictóricas y crear un estilo propio. Etiquetado como expresionista abstracto, Trullenque ofrece aquí una obra más cercana a la neofiguración, pero que preludia una segunda etapa de esplendor de su obra. El lienzo que podemos contemplar es una obra  realizada un par de años antes de este resurgir artístico del artista de Alcañiz que falleció demasiado joven, con apenas 39 años de edad, justo en un momento interesantísimo de su creación artística.

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La otra obra, que aparece a la derecha en la fotografía, es Sin título, un acríílico sobre lienzo de Vicente Villarrocha datado en 1980. El corpus operístico de Villarrocha es tremendamente atractiva puesto que el pintor ha desarrollado también una carrera interesante como crítico de arte, traspasando esa línea invisible que separa a artistas y jueces. Miembro fundador del Grupo Algarada, un colectivo breve en el tiempo (de 1973 a 1976), pero interesantísimo históricamente hablando, la obra del pintor zaragozano tiene múltiples referencias, pero un nexo en común: busca explicar mínimas historias o poemas.

Esta exposición es, en definitiva, para ser observada con tranquilidad, disfrutar de las obras allí expuestas y luego comentarlas con amigos o familiares en buena tertulia.

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