En diciembre de 2020, el Hospital de Día destinado a atender a los pacientes oncológicos fue trasladado al edificio de Consultas Externas II, liberando así el espacio para reforzar el servicio de urgencias ante la pandemia de Covid19.
Juan Francisco lleva cinco años asistiendo regularmente a quimioterapia en este hospital y desde hace seis meses, junto al resto de sus compañeros están pidiendo un cuarto de baño propio para este servicio, ya que estos están fuera de la zona oncológica y para hacer uso de los mismos tienen que atravesar la sala de espera. Más de cincuenta metros hasta un aseo compartido con enfermos y usuarios de otras áreas, con el trastorno e inquietud que produce la falta de intimidad en los pacientes, además de no reunir los elementos necesarios para una buena higiene.
Hasta el momento, después de varias promesas por parte de dirección, seis meses después, siguen sin tener cuarto de baño propio.
A esta reivindicación «menor» hay que sumarle la falta de oncólogos que desde principios de año sufre este servicio: » tenemos uno o dos cuando deberíamos tener cuatro y nunca son los mismos, llegas a hacerte la quimio y nunca sabes con que te vas a encontrar, no sabemos si nos la van a hacer o nos la van a retrasar. Las visitas de continuidad a pacientes con cáncer llevan dos meses de retraso. «La situación es insufrible, necesitamos una continuidad y esta situación nos produce mucha desconfianza, no podemos dejar que esto siga así, este hospital es fundamental en nuestra zona. Faltan muchos médicos, oncólogos, radiólogos, nefrólogos…
Otro problema es el material para administrar el tratamiento: «nos lo cambiaron hace un año por la crisis de los microchips por otros como más rudimentarios y han habido muchos problemas. La precariedad es tan grave que tenemos la sensación de que nos están engañando. Toda la vida trabajando para que ahora que necesitamos tratamiento seamos tratados así».
«Los profesionales, médicos y enfermeras sufren una presión inaguantable, un solo médico tiene que atender a cuarenta o cincuenta pacientes cada día más las visitas. Los médicos y enfermeras son profesionales como la copa de un pino, la dirección del hospital, nefasta. Esta ausencia de médicos comenzaron a notarla en primavera, pero desde hace un mes comenta Juan Francisco que es insoportable. «No tenemos tranquilidad, esta situación nos desequilibra, nos perjudica anímicamente y la enfermedad se aprovecha de ello».»Estamos perdiendo a grandes profesionales, no solo de oncología. Radiólogos solo hay uno. Yo nunca había tardado quince días en saber el resultado de un tac». «Hemos intentado muchas veces hablar con dirección, pero no pasamos de la supervisora de enfermeras. En ningún momento se han dignado a hablar con nosotros, siempre hemos recibido la callada por respuesta, nos sentimos abandonados, ninguneados, esto es un insulto, una falta de respeto hacia los enfermos y hacía los profesionales».
Ante esta situación Juan Francisco Haro, que habla en nombre propio y de sus compañeros, anuncia acciones de protesta para los próximos días.
Ayer, en plena entrevista, conocimos la dimisión de la jefa del servicio de oncología, la doctora Verónica Calderero, gran profesional y muy apreciada por los pacientes.
Esta mañana, hemos hablado con la Consejería de Salud del Gobierno de Aragón y nos han explicado que el próximo lunes día 25, se recuperará el servicio con todo el personal, al tratarse de un tema puntual.