Investigadores altoaragoneses descubren diez nuevas variedades de olivo en Huesca

olivovariedadgordera

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Texto e imágenes: Gabinete de Prensa Diputación de Huesca

 

José Casanova, José Manuel González y Javier Viñuales obtuvieron una de las becas de investigación del Instituto de Estudios de la Diputación Provincial que les ha permitido continuar con su trabajo de caracterización de las diferentes variedades de olivo del Alto Aragón. Gracias a la ayuda económica, en el último año han descubierto diez nuevas variedades autóctonas de la provincia y han recogido en una web toda la información disponible sobre el tema.
Cada año, el IEA concede estas ayudas para proyectos de investigación de Ciencias, Humanidades y Artes referidos a la provincia de Huesca y con la que ya se han podido desarrollar cerca de cuatrocientos trabajos. En las próximas semanas se abrirá la XXX convocatoria que estará dotada con 45.000 euros.
 
 
Huesca, 2 de mayo de 2014.- El equipo de investigación formado por el oscense José Casanova, profesor de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, José Manuel González, de Castillazuelo, y Javier Viñuales, de Barbastro, ha recuperado en el último año diez variedades de olivo autóctonas del Alto Aragón que no habían sido descritas anteriormente. Este trabajo ha sido posible gracias a una ayuda para proyectos de investigación, en la rama científica, que el Instituto de Estudios Altoaragoneses, de la Diputación Provincial de Huesca.
 
Todo comenzó en el curso 2005-2006, cuando Javier Viñuales empezó a buscar
variedades de olivo desconocidas en el Somontano de Barbastro. Los resultados de su tarea se plasmaron en el libro Variedades de olivo del Somontano, publicado en 2007 gracias también a una ayuda a la edición que le otorgó la DPH en la convocatoria de los Premios Félix de Azara del año 2006. A raíz de eso, “los tres nos pusimos a buscar variedades de olivo que se cultivan en la provincia de Huesca y que no estaban caracterizadas”, cuenta José Casanova. “En 2012 nos decidimos a pedir la ayuda del IEA para así poder viajar por diversas comarcas. Gracias a la beca visitamos varias poblaciones y hablamos con los agricultores de allí para que nos mostraran las distintas variedades de cada zona”, relata.
Este trabajo de campo ha dado sus frutos, ya que Casanova, González y Viñuales han logrado recuperar diez variedades de olivo de la provincia altoaragonesa desconocidas hasta la fecha. Son Aceitunero, Gordera, Rañinera y Royeta Abizanda, de Sobrarbe, Albás, Biequeruda y Biecuda de Benavente, de Ribagorza, Olivonero de Ayerbe y Picudo de Labata, de la Hoya de Huesca, y Cerruda de Liesa, presente en Sobrarbe, Ribagorza, Hoya de Huesca y Somontano. “Cuando las descubrimos procedimos a caracterizarlas, y al ver que eran distintas a las habituales cogimos unos ramos para conservarlos por si desaparece la variedad”, indica el director de la investigación. Ahora, estas variedades también se mantienen en la Escuela Politécnica Superior de Huesca, de la Universidad de Zaragoza, y en el vivero que Viñuales posee en Castillazuelo.
 
“Huesca es rica en variedades de olivo”
Según aclara José Casanova, en España existen alrededor de 400 variedades diferentes de olivo, y solo en territorio altoaragonés hay más de treinta. Sin embargo, la mayoría de estas especies oscenses no están recogidas en la base de datos del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo, localizado en Córdoba, algo que estos tres investigadores desean cambiar, por lo que ya se han puesto en contacto con ellos y les han enviado muestras. “Huesca es rica en variedades de olivo -añade Casanova-. De hecho, sus variedades tienen una gran importancia, ya que las que se cultivan suelen ser resistentes al frío”.
 
En cuanto a la posibilidad de que en el Alto Aragón aún existan más variedades desconocidas, el profesor de la Politécnica se muestra plenamente convencido: “Sabemos que hay más. Ahora queremos investigar las comarcas más límite, como Jacetania, Alto Gállego y Sobrarbe por encima de Aínsa, que están inexploradas, pero para ello necesitamos el apartado social que aporta el agricultor. Ha de haber una persona que conozca la variedad y sepa su nombre y su uso, para tener un punto de partida”. También les ayuda que existan referencias bibliográficas sobre las variedades: “En volúmenes del siglo XVIII se nombraban plantaciones de olivo en Jaca, y a lo mejor queda algo”, comenta.
 
Con toda la información que han obtenido gracias a sus investigaciones y la que ya estaba disponible en Internet y en bibliografía sobre el tema, José Casanova ha desarrollado la página web ‘Variedades de olivo de la provincia de Huesca’, que “pretende ser el aglutinante de la investigación sobre el olivo y el aceite en este territorio”, como él mismo explica. La web reúne la descripción de las variedades localizadas en Huesca durante los últimos años, con sus características, nombres y ubicaciones, y también incluye análisis de algunos aceites. Puede consultarse en la dirección http://epsh.unizar.es/~jcasan/variedades_olivo/.
 
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Nueva convocatoria de ayudas
En las próximas semanas se abrirá la XXX concurso de ayudas de investigación del Instituto de Estudios Altoaragoneses, con una dotación global de 45.000 euros que se destinará a trabajos en Ciencias, Humanidades y Artes referidos a la provincia de Huesca o a temas que afecten a la misma.
 
Como novedad de esta convocatoria, al menos el 50% de las ayudas concedidas será para investigadores nacidos en la provincia de Huesca o que residan con anterioridad al 1 de enero de este año. Las ayudas están dirigidas tanto a personas individuales como a un equipo de investigación, pero en cualquier caso a cada propuesta, que ha de ser original e inédita, se concederá un máximo de 3.600 euros.
 
Desde que se convocaron por primera vez estas ayudas en 1985 se han podido llevar a cabo cerca de 400 trabajo. Así, en 2013 se otorgaron un total de catorce becas a proyectos de investigación en ocho áreas diferentes, que abarcaban todas las comarcas del Alto Aragón, para dar a conocer y poner en valor el patrimonio natural y cultural de la provincia altoaragonesa. Entre otras, los trabajos abordaban cuestiones de filología, genética, química, botánica, geología, planificación urbanística, arte, arquitectura, ciencias sociales e historia, que afectaban a distintas zonas de la provincia de Huesca.
 
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