Michel Alcubierre
El fin de semana 6 y 7 de septiembre, un año más con ilusión se realizó el encuentro para celebrar la FIESTA MAYOR de Caserras.
Dos actos han constituido el grueso de esta fiesta: el homenaje a los gaiteros y la salida geológica ruta por Caserras al salinar, ermita románica de Sta. Sofía y lagar rupestre.
“Este año hemos tenido buena cosecha” (Est any n´hebem hebut bona cullita).
Así reza el refrán en la placa con que la asociación So Nostre de Caserras ha homenajeado, el sábado 6 de septiembre, a los que se ha querido denominar como los HEREUS DELS GAITERS DE CASERRES/HEREDEROS DE LOS GAITEROS DE CASERRAS. Desde hace unos años vienen a comenzar el día de fiesta con los sones tradicionales, como hacían hace un siglo aquí y en otros muchos lugares donde eran gratamente esperados y recibidos (aún hoy el recuerdo es tal que el comienzo de las fiestas de Graus es la “ESPERÁ” en el puente de abajo).
Este año 2025 cinco músicos han constituido el grupo de botets, como les llamaban cariñosamente, pues como dice Sergi Llena, gaitero e investigador y docente de músicas tradicionales, además de tocar la gaita de boto, aún vestían de calças curtas (calzas cortas), cuando ya surgían otras modas en los ropajes. Sergi ha recibido, de manos de la presidenta de la A. So Nostre, el cuadro recuerdo que permanecerá colocado en el local para que pueda presidir cuantos encuentros quieran los gaiteros realizar. Y una reproducción de éste para cada uno de los gaiteros.
El esfuerzo de acudir a un despoblado de forma altruista ha querido ser recompensado de manera sencilla en palabras de la presidenta: … “Nuestro querido pueblo está destruido, no hay casas en pie que nos acojan, no existen ya las calles por las que corríamos hace más de 60 años… Vosotros lleváis el nombre de Caserras por todas partes, nos consta (en las fiestas de S. Lorenzo en Huesca fuimos testigos, p. ej.); lleváis vuestra música por todos los rincones y siempre tenéis un recuerdo para esos tres gaiteros que animaron las fiestas de Ribagorza y La Litera.”
El gaitero e investigador Sergi Llena respondió con unas sentidas y emotivas palabras de agradecimiento por este sencillo homenaje en Caserras: “Muy agradable estar una vez más en Caserras y deciros que siempre nos hemos sentido los hereus dels gaiters y con orgullo y gratitud por sitios muy lejanos, países como Georgia, Croacia, Letonia, hemos llevado el nombre de Caserras. El pueblo físicamente está como está, pero Caserras está muy vivo en la música, en los instrumentos, en las gaitas, en las trompas de Ribagorza, y allí donde vamos siempre recordamos el nombre de Caserras…”
En plena naturaleza al aire libre, después de la “espera” simbolizando la llegada de los gaiteros que fueron con sus toques caminando, siendo acompañados por todos hasta la era/plaza, comenzó la misa, alrededor de la mesa altar, presidida por el mosén de los Escolapios de Peralta de la Sal-Calasanz que una vez más, un año más como se dice al verse de nuevo, glosó la figura del santo patrón S. Ramón Nonato reflexionando sobre aquel buen mercedario y mejor persona trayendo a la actualidad los acontecimientos que abruman a la humanidad y que queremos redimir estando con ellos con el corazón. Y se fue a llevar un ramo de flores al cementerio en recuerdo de los caserrinos que allí reposan sus restos.
Luego tuvo lugar el homenaje a los herederos de los gaiteros de Caserras como más arriba está indicado. Tocaron y cantaron las melodías alrededor de todos los asistentes terminando con el comiat o despedida que viene a decir “vosotros os quedáis con el mal de oreja y nosotros nos vamos con la bolsa llena”. Hubo foto de grupo de los gaiteros y las personas de mayor edad. Después se participó en el juego tradicional de los palitrocs, variedad semejante a las birllas ribagorzanas. Durante la mañana también hubo participación en concurso de dibujo “Caserras viu; entorno y fiesta”. Por la tarde se entregaron premios a los ganadores.
El reencuentro estuvo especialmente animado con las tertulias alrededor de las fotografías antiguas que las familias compartieron, animados por la Junta, con el interés de recopilar la historia de las gentes y las casas cuando estaban llenas de vida.
A las catorce horas en el local se celebró la comida comunitaria de hermandad. Y siguieron las actividades como el bingo y el baile hasta la despedida de los visitantes que iban marchando poco a poco con deseos de juntarse otro año más, pues algunos siguen viniendo del país vecino Francia (Rodez, Toulouse, Fronton, Montgaillard), que son hijos y nietos de caserrinos.
El domingo día 7 de septiembre se completó la salida geológica con la colaboración de la A. C. R. So Nostre y la organización de los Amigos del Parque Geológico y Minero de La Litera y Ribagorza, una ruta por Caserras al antiguo salinar, a la ermita románica de Sta. Sofía y al lagar rupestre.
Guiados por Sebastián, que previamente nos dio los consejos oportunos y algunas normas y apuntes necesarios, hicimos el recorrido para llegar al Salinar antiguo de Caserras que queda en la cola del pantano de Canelles en la desembocadura del río Guart. Hoy se pueden ver los restos del salinar ya que el agua no llega a cubrir las eras o balsas. Allí Sebastián nos fue explicando la historia geológica y cómo se formaron las salinas y después utilizó el ser humano. En la Era Mesozoica, entre el Triásico (tardío o Keuper) y Cretácico, en más de 200 millones de años se fueron depositando yesos y sales. A partir de la excavación de un pozo se obtenía el agua que canalizada se llevaba a las eras o balsas, que evaporada, quedaba la sal para una vez recogida, usarla para el consumo humano y para el ganado. Alrededor de las eras construyeron un muro de piedras para controlar las avenidas, desprendimientos e inundaciones del barranco lateral. También pudimos observar los restos de un horno de cal (excavación en olla), que, para obtener el óxido de calcio, cocían roca caliza en su interior gracias a la gran cantidad de materia prima que tenían, así como leña de las encinas del terreno de las que empleaban las ramas y hojas gracias a su poder calorífico. La cal tiene y ha tenido diversos usos: de argamasa en las obras, blanquear fachadas de casas; desinfectar, p. ej. las viñas, …
La aportación de un profesor de botánica de Monzón complementaba el camino dando explicaciones sobre la flora por las especiales plantas que conforman el paisaje al lado del río y cerca del pantano. Entre la variedad existente, por destacar una, la Tribulus terrestris, del tríbulo que es un arma o maza con bola espinosa de cuatro puntas; y terrestris por su carácter rastrero.
Continuando el recorrido nos acercamos(Ver: Románico aragonés) a la ermita románica de Sta. Sofía, del S. XIII es un edificio de nave rectangular y bóveda de ½ cañón, muros de piedra sillar; la bóveda acaba en una imposta que la sustenta rodeando el muro; en una parte, adornada con bezantes o bolas de piedra; el presbiterio con doble arco conforma ábside de bóveda de ¼ de esfera o bóveda de horno; con portada occidental de arco de medio punto y dovelada, encima de la cual hay ventana aspillera. Al Este un ábside semicircular con ventana abocinada de arco de ½ punto; bajo el tejado algunos canecillos. A los pies de la nave, los mechinales, donde se introducían los maderos, nos indican que hubo un piso superior o coro. La pena es el estado de ruina en el que se encuentra.
Y desde allí parte una senda que nos lleva a la “basa de Reboll” y a los lagares rupestres, limpiados y arreglados hace pocos años siguen en perfecto estado de conservación. Excavados en la roca arenisca, presentan la pisadera, donde se pisaba la uva; y el laco para recoger el mosto. Quizás provengan de época medieval, un poco alejados del pueblo, pero donde hubiese viñedos, pues para las primeras faenas de la vendimia ahorraban desplazamientos.
¡Un magnífico día para vernos en el campo! Al final compartimos mesa de alforja en amigable convivencia.
¡¡CASERRES VIU!!
