Felipe López Aranguren: «Lo que nos quiten, no nos lo van a devolver»

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Texto e Imágenes: Jaume Garcia Castro

 

Binéfar, 11 de enero de 2014.- Felipe López Aranguren es sociólogo y escritor, uno de los pocos intelectuales que quedan en España con un discurso con una base sólida. Es un hombre delgado, metro setenta de estatura, puro nervio. Es muy directo y está muy seguro de lo que dice. Es de esas pocas personas que dice lo que piensa y, aún más raro, que piensa lo que dice. Es un intelectual de izquierdas en un momento en que ser intelectual no está bien visto y ser de izquierdas no está de moda. Se ha leído a los grandes teóricos políticos y los ha entendido. Su discurso es tremendamente crítico con el sistema y defiende una idea que hoy parece revolucionaria: salir a la calle y protestar.

Jaume Garcia: Hoy vienes a Binéfar una vez más a presentar una conferencia sobre los recortes en las pensiones para celebrar el tercer aniversario del Ateneo Republicano con el que hay una relación muy intensa.

Felipe López Aranguren: La relación con el Ateneo es excelente, pero es sobre todo a través de Antonio Molés, que tiene su bandera puesta en Binéfar, pero también en Barcelona, en Lleida y otros muchos sitios. Y en Binéfar no está solo el Ateneo, sino también la Cooperativa y toda una serie de gente que voy conociendo y que, inevitablemente, le acabas tomando cariño.

Jaume: En estos tiempos que estamos viviendo, tan movidos socialmente, ha habido un momento en el que parecía que el bipartidismo se iba a acabar en España haciendo aflorar otras opciones políticas minoritarias, pero por los resultados de la última encuesta del CIS parece que el bipartidismo está volviendo otra vez a ganar terreno.

Felipe: Claro, no es que esté volviendo a ganar terreno, es que tenemos una Ley Electoral absolutamente siniestra, en la cual un partido con el 34% de los votos tiene mayoría absoluta. La propia Ley Electoral va a impedir que estos partidos pequeños den el salto hasta convertirse en grandes partidos, por lo tanto, excepto en zonas muy concretas, me refiero a la aparición de la CUP en Cataluña, los partidos tradicionales seguirán llevándose el gato al agua. Además, las plataformas ciudadanas que se están montando, como la de Arcadi Oliveres o la monja Teresa Forcades o como el Frente Cívico de Julio Anguita tienen muy difícil convertirse en un partido político con influencia real porque el territorio es muy amplio, por lo tanto seguramente el CIS tiene razón, seguiremos con bipartidismo durante mucho tiempo, a no ser que se cambie la Ley Electoral para votar diputados por circunscripción y trabajáramos con listas abiertas, lo que sería otro cambio de actitud.

Jaume: Esta Ley Electoral facilita que pasen hechos como los que estamos viviendo, con una rebaja sustancial de los derechos y las libertades adquiridas durante décadas… Parece que volvemos al Siglo XIX.

Felipe: Creo que eres optimista, porque te quedas solo en el Siglo XIX. Hay economistas norteamericanos que plantean que estamos volviendo al feudalismo, es decir, a la desaparición de las capas intermedias, esas supuestas clases medias, que eran falsas porque vivían del crédito y ahora no lo tienen, y ahora vuelven a ser currantes, trabajadores, que viven de lo que producen con sus manos y sus mentes, aunque sean autónomos. Creo que eres optimista, sí. Estos han venido a desmontar todo lo que en su momento pudo significar la construcción de la democracia. Por eso el Partido Socialista está completamente desautorizado para enfrentarse al Partido Popular, porque ellos nos dotan de una sociedad democrática mientras existe la Unión Soviética, en el momento en el que la Unión Soviética desaparece, el desmontaje de la democracia en los últimos diez años ha sido inmediato. Y han aprovechado la crisis para acabar de limar, es decir, han ido a por la Sanidad, a por la Educiación, a desmontar el Estado para que, en función de unas fuerzas económicas, cuando se habla de hacer unas políticas, esas políticas son las que dictan los economistas del Deutsche Bank, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, y nos imponen esas políticas, como han hecho en Grecia o han hecho en Italia, donde han puesto de presidente a gente de Goldman Sachs.

Sí, creo que nos quieren llevar muy atrás en el tiempo y lo realmente preocupante es que la gente se lo deje arrebatar, porque nada de lo que se consiguió nos lo devolverán. Se consiguió con huelgas, con barricadas, con muertos, con peleas… Y perderlo todo de un plumazo por un sistema como este es muy lamentable.

Jaume: Sociológicamente, ¿qué explicación tiene que nadie se levante y diga “hasta aquí hemos llegado”?

Felipe: Menos mal que me leí a Marx de joven y que entiendo el concepto de “alienación”. El concepto de alienación lo desarrolla Marx mucho antes que Freud, que lo hace a nivel individual, Marx lo aplica a la sociedad y habla de las grandes capas populares alienadas que en este momento están votando al enemigo. ¿Cómo se entiende que yo esté votando al que me recorta la educación, la sanidad, me sube los transportes, me baja los salarios, me manda al paro…? ¿Cómo voy yo a votar a esta gente? Les voto porque estoy alienado. Esto es muy curioso, lo definen muy bien los escritos económicos y filosóficos, y es cómo la población termina llegando a votar en contra de sus propios intereses. Esto es lo que está sucediendo, si no entiendo el concepto de alienación de Marx, entonces no entiendo nada de lo que está pasando. La gente debería estar en la calle, literalmente. ¿Dónde están los nueve millones de pensionistas? Están recortando sus pensiones y sus hijos y sus nietos no van a tener pensión, porque el objetivo es acabar con las pensiones, no solo rebajarlas. Y el hecho que lo demuestra es que los bancos están llenos de publicidad anunciando sus planes de pensiones. Ahora la gran batalla es por los planes de pensiones, americanizarnos. Antes lo hablaba con Antonio Molés y nos reíamos, pero lo cierto es que los planes de pensiones de los norteamericanos están en manos de los chinos. Fíjate lo que pensarías si te dijeran que tu pensión del mañana depende de China, no ya de tu gobierno, no, de China. Es evidente que hay un plan a larga distancia y aprovechan esta crisis para desmontar todo el sistema.

¿Cómo entender la alienación? Como el Pan y Circo. La religión es el opio del pueblo, pero el fútbol es la metadona. La gente está entre el fútbol y las fiestas y que no me toque a mí… También es verdad que Franco educó a un pueblo de súbditos y que la democracia no ha convertido esos súbditos en ciudadanos. Felipe González hizo un flaco favor a la izquierda, hizo políticas de derechas, rompió todo su programa de 1982, nos metió en la OTAN, en la Unión Europea, desmontó todo el tejido industrial del país y se acabó con la idea de que eran distintos. Empezaron con la idea de que eran de izquierdas y al acabar su mandato la gente pensaba “son todos iguales”, porque recordemos que acabó con toda la cúpula policial enjuiciada mientras él se escapaba de rositas. La alienación es la ignorancia, el miedo, que son conceptos básicos para ella. Yo me alieno quiere decir que “estoy fuera de mí”, literalmente. Eso en términos de locura todos lo aceptan con Freud, pero con Marx nadie lo acepta en términos de alienación social. Como ciudadanos, la mayoría estamos alienados.

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El retroceso que significa la Ley del Aborto y una población que no reacciona ante… ¿Dónde están las mujeres de este país que no han salido a la calle y no han protestado contra Gallardón? Yo soy de izquierdas y apoyaré si hay un movimiento de mujeres para ir con ellas, pero ¿dónde están las mujeres de este país que no han salido a la calle enfurecidas? ¿Cómo alguien les puede decir lo que tienen que hacer con su cuerpo?

Jaume: Ahora para ser considerada mujer maltratada te tienen que hospitalizar…

Felipe: Sí, claro, claro… El tratamiento por sexos es un desastre porque la desigualdad es un desastre, y tendríamos que trabajar también todo este proceso, pero eso no lo ha hecho el PP ni tampoco lo ha hecho el PSOE. El PSOE hizo una Ley del Aborto medianamente restringida y éstos van para atrás otra vez y no lo prohíben de milagro. ¿Por qué éstos vuelven a ir hacia atrás? Porque vuelven a pensar en términos de Franquismo: la nueva Ley de Seguridad Ciudadana lleva a pensar que tienen miedo a que llegue a explotar el país, porque veían que primero surgía lo del 15M, luego lo de la PAH [Plataforma de Afectados por la Hipoteca], luego vienen actos de desobediencia civil, luego vienen los escraches, luego se rodea el Parlamento… Y claro, les ha entrado el miedo. Y como tienen miedo hacen esta ley según la cual te pueden detener hasta los vigilantes del Caprabo, lo cual es insultante. Ellos están asustados y nosotros alienados.

Jaume: ¿La solución está en irse a vivir a Suecia?

Felipe: No, no lo creo. A mí me da mucha pena pensar que la juventud mejor preparada de España se tenga que marchar. Dicen: “Las únicas alternativas que tengo es ir al paro o marcharme”. Hay una tercera que es luchar. Enfréntate. Pelea por un futuro en tu país. Montad un pollo, organízate, ¡haz algo! Las alternativas no son solo quedarse en casita o irse a Alemania, hay algo más. Sal a la calle y pídelo. Claro, si eres tú solo, no. Pero si hay un 48% de jóvenes en paro, de esos seis millones de parados son una buena cifra… pues ¡sal a la calle! Organízate. Pero no, es más cómodo irse a Alemania. Esa desconexión del súbdito con el ciudadano, que ser ciudadano es formar parte de una comunidad y luchar por esa comunidad, es la que forma la alienación, el pensamiento individual, por eso piensan “me escapo y me voy del problema”. Bueno, te vas del problema pero no solucionas el problema. Es lamentable que se le diga a la gente joven que solo tienen esas dos opciones, gente muy preparada que tienen que trabajar con salarios muy ínfimos y muy por debajo de sus expectativas laborales y su formación o tienen que irse a Alemania. Sí que hay otra alternativa, pero no te la va a decir el Gobierno.

Jaume: Es que si no se van a Alemania, sus impuestos engordarán la Seguridad Social y van a tener que seguir pagando pensiones…

Felipe: Claro, claro. Porque el principio básico de las pensiones ya está manipulado de alguna manera. El fondo de las pensiones se hace a través de la clase trabajadora, es decir, según el número de trabajadores que tienes y de su nivel salarial. Tú cotizas por el 100% de tu salario hasta los 3.400 euros mensuales, cifra a partir de la cual, si tu ganas más cada vez cotizas por menos. Es decir, que son los trabajadores los que están sustentando el servicio de pensiones. Pero hay muchos otros países en los cuales las pensiones están dentro de los presupuestos nacionales. En Holanda, por ejemplo, las pensiones están dentro del presupuesto nacional, tengo tantos pensionistas, tengo que cobrar tal cantidad, necesito tal otra. No es un problema de gasto, sino un problema de ingresos. ¿De dónde lo ingreso yo? Pues de impuestos a grandes fortunas, impuestos a las empresas, impuestos a los que generan dinero. La falacia de que son los jóvenes los que tienen que sostener a los viejos es terrible. En Suecia hay una ley según la cual, si yo introduzco una máquina en mi empresa que echa a la calle a cuatro trabajadores, esa máquina va a pagar los impuestos de la Seguridad Social de esos cuatro trabajadores que se quedan en el paro, es decir, que hay un impuesto sobre la maquinaria. Pues que hagan estas cosas en España. El problema es ¿cómo lucho yo contra la corrupción? Acabar con el fraude fiscal, que son 90.000 millones de euros. Aplicar recortes en gastos que no devuelven beneficios, porque se recorta en Sanidad porque no genera beneficios, pero tampoco genera beneficios el presupuesto militar o el dinero que le damos a la Iglesia Católica, pero se lo damos. Yo prefiero tener a mis ancianos bien cuidados que no alimentar a un ejército que sólo le interesa a la OTAN.

Todo esto viene de la falacia de decir que son los jóvenes los que tienen que pagar las pensiones de los viejos. Todo esto tiene que ver con el hecho de cómo yo financio el gasto. En realidad tiene que ser toda la riqueza que genera el país la que tiene que pagar el cuidado de los ancianos, la educación, la sanidad… Todo esto lo tienen que pagar las plusvalías, y en España se han generado muchísimas plusvalías, y si no que le pregunten al Banco Santander, que les dirá que está batiendo su récord de beneficios, están encantados, han salido ya de la crisis y están encantados, somos nosotros los que estamos inmersos en la crisis.

Jaume: Según este modelo de pensiones, el ejército se tendría que sustentar con los ingresos que generen sus acciones militares…

Felipe: Claro, luego se recorta en cultura porque no genera beneficios, o en el transporte porque es deficitario… Deficitaria es la Iglesia Católica o los presupuestos militares. Porque, qué quiere usted que le diga… No veo a nadie que esté interesado en estar apostado en nuestras fronteras intentando atacarnos. No lo veo. Por lo tanto no veo la necesidad de tener a un ejército preparado con tanques Leopard. Sí, estamos preparados porque entramos en la OTAN y esta es la consecuencia, que se nos obliga a tener un ejército con un armamento absolutamente barroco y carísimo que no necesitamos para nada. A lo mejor es tan fácil como decirle a la OTAN que no tenemos dinero para mantener a este tipo de ejército, y más un país como el nuestro que hace un submarino gordo [se refiere al nuevo modelo de submarino español que se hunde por exceso de peso y que ha generado un sobrecoste enorme en su ya desmesurado coste]. Nosotros sabemos fabricar pistolas, bombas de fragmentación y poca cosa más. Cuando en la familia recibimos el salario, lo primero es pagar el piso, los gastos, alimentar a la familia y si me queda dinero me iré de vacaciones a Cancún, y si no me queda dinero, pues no me iré a Cancún. Pero en el caso de España, con una burocracia enorme como hay en el país, con un ejército que no defiende nuestras fronteras, sino que está destinado en Afganistán defendiendo otros intereses, parece que no hay dinero para mantener a los abuelos. Lo peor de todo es que esos abuelos han cotizado toda la vida y han generado plusvalía por un tubo, por lo tanto hagamos que sus pensiones las paguen esas plusvalías y no la presión económica a la clase trabajadora.

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Jaume: Entonces, el futuro del sistema de pensiones en España, como no varíe el sistema de ingresos, está condenado a la desaparición.

Felipe: Es que eso es lo que quieren. A ver, si yo hago depender el sistema de pensiones de lo que recaudo a través de las retenciones de los salarios de la masa trabajadora, y además rebajo los salarios y echo a seis millones de personas a la calle, es de cajón que si hago todo esto el sistema de pensiones sea deficitario. Pese a eso, tiene un fondo de compensación interno de 60.000 millones de euros del que ya están echando mano para pagar otras cosas, es decir, que hasta ahora había superávit. Pero es que están presionando para que los trabajadores y las empresas lleguen a acuerdos para contratar aseguradoras privadas, para que tu pensión esté en manos de todas esas empresas americanas que se hundieron porque especulaban con los fondos de las pensiones americanas, es decir, lo que se pretende es implantar el modelo norteamericano. Lo hacen poco a poco porque sería muy difícil decir “ahora ya no vamos a pagar pensiones”, porque ahí sí que a lo mejor protestaría la gente, pero ellos aprietan un poquitín y si ven que no les vamos a protestar aprietan un poquitín más, y aprietan, y aprietan, y ahora no te jubilarás a los 65, sino a los 67, ahora cotizarás y cobrarás tantos años seguidos, y luego… Ahora la trampa es la de la subida del 0,25%. Dicen que han subido las pensiones, pero como el IPC ha subido un 2,90% el recorte real es de un 2,65% este año, es decir me ha bajado usted la pensión. Pero en los próximos seis años esta rebaja será de un 22% respecto al momento actual. Otra de las excusas que se pone es que ahora vivimos más años y es mentira. Vivimos exactamente lo mismo que hace quince años, no hay ninguna estadística que confirme este extremo, lo que pasa es que hay muchísima menos mortalidad infantil y eso hace que la ratio de la esperanza de vida aumente.

Jaume: Entonces, a los ciudadanos, aparte de indignarnos ¿qué nos queda?

Felipe: Pues salir a la calle. De la indignación hay que hacer algo, no puedo amargarme la vida en el bar con los amigos quejándome de lo que me ha pasado, y a ti también, y al otro también y no hacer nada. Ahora, las medicinas contra el cáncer van a tener que pagarse y eso lo van a tener que soportar las familias. Eso te puede tocar a ti directamente, o a tu familia, por eso lo que hay que hacer es organizarse, no digo ni dónde ni cómo, porque cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero creo que cada uno debería pelear por lo suyo: los pensionistas por sus pensiones, los chavales por las pensiones y por la dignidad del trabajo, por una vivienda. ¿Cómo puede ser que los bancos estén echando a la gente de sus casas y tengan 400.000 viviendas vacías? No puede ser. Los bancos hacen la trampa del SAREB, trasladan a un banco malo todo este pasivo y falsean sus resultados, pero a cambio deberíamos exigirles que esos pisos no estuvieran vacíos, que estuvieran en el mercado de alquiler a unos precios asequibles. Pero claro, el Gobierno gobierna para las grandes fortunas, no para los ciudadanos. Desde luego, con la modificación del artículo 135 de la Constitución Española, esa que es intocable, el PP y el PSOE lo que le han dicho a la ciudadanía española es que es más importante pagar la deuda con los bancos extranjeros, al Deutsche Bank y al Fondo Monetario que el bienestar de los ciudadanos. El contrato social en este momento está roto. Es el único país del mundo que da prioridad a pagar la deuda pública, ni Grecia tiene esta cláusula. Es más importante pagar la deuda que el hecho de que los ancianos tengan una buena pensión o que los enfermos de cáncer tengan su medicación. Esto demuestra la inmoralidad del sistema y demuestra también que el contrato social está roto. Yo no puedo obedecer a un Gobierno que antepone el punto de inflación a seis millones de parados, “la economía va muy bien, la inflación la tenemos controlada” pero tenemos seis millones de parados. ¿Cómo pueden decir eso? Pues porque les importa un pito la vida de los ciudadanos. Entonces hay que hacerse oír, hay que salir a la calle, hay que hacer desobediencia civil, hay que empezar a plantearse que este gobierno no tiene autoridad para gobernar, porque lo que está haciendo es desgobernarnos, nos está jorobando lo poco bueno que tenía el sistema capitalista.

Hay que hacer algo con la indignación. Yo, si por mí fuera, haría la revolución, pero soy demasiado radical. Yo creo que la ciudadanía debería ir a por una Ley de Reforma Laboral, por una Ley de la Reforma Electoral, por una Ley que fuera una nueva Constitución, establecer un nuevo marco de referencia para los españoles, establecer que un Estado tiene que estar al servicio de los Ciudadanos y no al revés, y que, por lo tanto, las pensiones tienen que ir a los Presupuestos Generales… Es decir, estamos hablando de algo que no necesariamente es revolucionario, pero sí que sería lo suficientemente radical, y no digo radical en un sentido de pasado de rosca, sino en un sentido de ir a la raíz, como para cambiarlo sin la necesidad de acudir a una revolución. Si lo que quieren es presionar a la población hasta el máximo, entonces tendremos un proceso que nadie podrá dirigir, tendremos explosiones sociales como tienen en Grecia y yo no pretendo eso. Lo que pretendo es que los ciudadanos puedan vivir mucho mejor y se podría si no estuviéramos en manos de los bancos, si no estuviéramos en manos de la deuda que se nos ha aplicado y si no estuviéramos en manos de un Gobierno que ha decidido que es más importante la deuda que los ciudadanos. Hay mucha gente indignada que si protestara llevarían al Gobierno a un proceso de deslegitimación. Tenemos una Constitución que no se respeta, no se respetan los derechos sociales que reconoce la Constitución, en cambio se asegura pagar la deuda o que el ejército es el garante de la Patria. Lo que te quiten, no te lo van a devolver. Hay un truco que es pensar que la crisis se acabará y que todo volverá a ser como antes, pero no, lo que nos quiten no nos lo van a devolver. Los enemigos están bien claros, son los bancos, es el Gobierno. Sal a la calle y protesta.

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