El Hermano Mayor arrasa en Monzón

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Texto e Imágenes: Jaume Garcia Castro

 

Monzón, 9 de octubre de 2013.- Ayer, el local que tiene la Asociación San Mateo en el Polígono de las Paules de Monzón se quedó pequeño ante la avalancha de público que acudió a la conferencia impartida por Pedro García Aguado y Francisco Castaño Mena titulada Aprender a educar. Como hacer de nuestros hijos unas personas felices. Unas 1.300 personas llenaron la sala para seguir en directo las explicaciones de los dos expertos, uno desde la visión de coaching y otro desde la pedagogía.

Las seis AMPAS montisonenses (colegios Aragón, Minte, Monzón 3, Salesianos y Santa Ana e Instituto Mor de Fuentes), aunaron esfuerzos con el Ayuntamiento de Monzón para traer a ambos conferenciantes en un intento de conseguir que las actividades organizadas por las AMPAS sean, además, de utilidad tanto para hijos como para padres y familiares. El público, muy heterogéneo, se rindió desde el principio al ritmo ágil y desenfadado de la conferencia, que tocaba aspectos que a veces pueden sorprendernos, pero que existen. Es indudable que el hecho de que Pedro García Aguado sea un personaje famoso por sus programas televisivos Hermano mayor y El Campamento, fue uno de los grandes atractivos para que se llenara la sala, pero afortunadamente no fue el único. Muchos de los presentes formaban corros hablando de la educación de sus hijos, lo que nos indica que esta iniciativa de las AMPAS no solo ha sido un éxito de público indiscutible, sino que también ha servido para que padres y madres se reúnan para hablar de algo que es tan primordial como la correcta educación de sus hijos.

Entre los comentarios que hacía el público detectamos muchas historias sorprendentes, otras divertidas, la mayoría entrañables. Poco antes de empezar la conferencia entraron en el camerino de García Aguado y Castaño Mena una madre y su hija de apenas diez u once años. La fan total de García Aguado era la niña, que no se perdía ni uno solo de los programas del presentador televisivo y que, siendo hija única, no entendía el comportamiento de los adolescentes que aparecen en el programa. Pocos minutos antes, junto al bar del local, me sorprendió el comentario de una joven madre hablando con otras dos personas: “mi suegra no se pierde el programa. [Pedro García Aguado] le pone. No lo confesará jamás, pero le pone”.

Tuvimos la suerte de que los dos conferenciantes nos atendieran minutos antes de empezar la charla y que nos explicaran algunos de los aspectos del contenido de la misma. Llevan aproximadamente dieciocho meses realizando estas charlas por todo el mapa del territorio español y aportan cada uno su punto de vista sobre los conflictos padres-hijos, Francisco Castaño desde el punto de vista pedagógico, porque lleva veintisiete años trabajando como profesor, y Pedro García Aguado desde el punto de vista del coaching y con su experiencia dentro del programa televisivo. El objetivo principal de estas charlas es evitar que los más pequeños lleguen a convertirse en tiranos en sus casas y orientar a los padres que tengan algún problema grave con sus hijos adolescentes por donde deben enfilar para encontrar soluciones.

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Es curioso escucharles hablar porque uno empieza una frase y la acaba el otro. Pocas veces he visto a dos personas tan diferentes estar tan compenetradas. Francisco Castaño decía que la idea de esta conferencia es dotar a los padres de herramientas para prevenir comportamientos extremos. García Aguado añadía que “no todos los hijos son iguales, no todos los hijos reaccionan de la misma manera ante la imposición de límites o la educación que intentan inculcar los padres, sí que dibujamos los diferentes tipos de padres que conocemos: hay padres autoritarios, hay padres más permisivos…”.

Castaño afirmaba que, pese a lo que se ve en la televisión tenemos una muy buena juventud, “lo que pasa es que hoy es muy difícil educar a un hijo, porque las circunstancias y la sociedad en la que estamos… Estamos en un momento en que las nuevas tecnologías aportan muchísima información a los chicos, van en muchas cosas por delante de nosotros y eso dificulta la educación”. García Aguado añadía que “hay una brecha tecnológica, es evidente, hay muchos chavales que van muy avanzados en el tema tecnológico, tipo redes sociales, facebook, twenti, twitter…, el manejo de los ordenadores y los Ipads…, y los padres se han quedado un poco atrás. Eso ha hecho que, antiguamente, por el mero hecho de ser padre o profesor ya te respetaban y ahora has de ser profesor o padre y dominar las nuevas tecnologías porque si no no eres un líder”. Castaño remataba con una reflexión de la que muchos todavía no son conscientes: “Por primera vez en la historia, los alumnos saben más que nosotros en algo”. Esta última idea expresada por Castaño es la que hace casi una década se lleva constatando en los países más desarrollados tecnológicamente, como Japón o EE.UU., en la que se comprueba cada vez más que los padres son los nuevos analfabetos por el simple hecho de no dominar, o ni siquiera querer intentarlo, las nuevas tecnologías y formas de comunicación. “En ese aspecto, nosotros, los educadores, estamos en desventaja con nuestros alumnos”, concluía.

Según García Aguado, el uso de estas tecnologías por parte de los más jóvenes ha sido contraproducente en términos educativos “porque ha generado una sensación de inmediatez, de deseo de satisfacción inmediato, para satisfacer las necesidades que tengan inmediatamente, porque a golpe de clic yo tengo el mundo… Eso de decir espérate o busca en la enciclopedia ya no tiene sentido para ellos, ahora hay que buscar la manera de que integren mejor algunos mandatos que les dan los padres”. Otro de los conceptos que suscitan preguntas es el del modelo de padres que hay que ser. Muchos quieren ser amigos de sus hijos y García Aguado lo rechaza con rotundidad: “Si eres amigo de tu hijo, lo has dejado huérfano. Ha ganado un amigo, pero ha perdido un padre” decía el presentador: “Si eres amigo de alguien no le puedes poner normas ni podrás tener ningún tipo de autoridad sobre él. Se puede ser un padre cercano, un padre comprensivo, pero no permisivo. Nunca seas amigo de tu hijo: sé su padre” concluía García Aguado.

Para educar bien a los hijos, la educación empieza desde la cuna. Según García Aguado, los factores que más influyen son la “sobreprotección. Tú quieres mucho a tu hijo, pero la sobreprotección les hace ser unos discapacitados para vivir en sociedad porque no les has expuesto a ningún reto y todas las dificultades que han tenido que vencer, tú se las has salvado. ¿Se ha metido en un lío? Yo llego y pago la multa. ¿Han cometido un acto delictivo y les van a encerrar? Llega el padre o la madre y no sé como lo hacen, pero se mueven para que no cumpla la pena”. En ese punto, Castaño añadía: “Más sencillo. ¿Se está peleando con los cordones? Le ato los cordones. ¿La bolsa del deporte? Se la preparo. Esto es sobreproteger y no dejar que ellos se preparen, que sean autónomos. Cuando son mayores y ya no hay nadie que les solucione los problemas…” García Aguado acaba la explicación: “Frustración. Frustración igual a rabia y rabia igual a violencia”.

La última pregunta que les formulamos era más directa. ¿De pequeños erais buenos nenes? Se ríen los dos con un punto de vergüenza. García Aguado confesaba entre risas “yo era fatal, lo siento” y Castaño corroboraba “yo era muy movido. Yo creo que estamos aquí por eso” y se rieron con una enorme carcajada.

 

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