Texto e Imágenes: Jaume Garcia Castro
Binéfar, 5 de enero de 2014.- Durante las fiestas navideñas la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Binéfar ha expuesto la obra de un colectivo de artistas oscenses que desde noviembre de 2009 se reúnen bajo el nombre de Grupo Redol-Arte. Tradicionalmente, cuando llegan estas fechas, dos o tres obras de cada uno de estos artistas formarán parte de la exposición colectiva anual. Solo han fallado un año, precisamente el año pasado, pero parecen decididos a seguir con esta tradición que consideramos muy interesante.
Como en todas las exposiciones colectivas, en ésta podemos encontrar obras de todo tipo, desde paisajes tendentes al impresionismo hasta naturalezas muertas de corte clásico, pasando por collages con influencias de arte aborigen o africano o retratos de corte más moderno. Esa es la gracia y también el hándicap con el que tienen que lidiar las exposiciones colectivas: es imposible que tengan un ritmo y un tono continuado. De hecho, normalmente se juega a crear esa sensación en el espectador, la de crear continuos cambios de ritmo e intención para que las obras destaquen por sí mismas. En ese sentido hallamos en la exposición obras de artistas a los que seguimos con interés desde hace un tiempo y descubrimos también el trabajo de otros de los que, por el momento, no teníamos el placer de haber visto ninguno de sus trabajos. Esperamos que en un futuro no muy lejano muchos, si no todos, tengan una exposición propia donde poder apreciar mejor su trabajo.
El riesgo que se ha corrido en esta exposición es el de crear un discurso unitario con la obra de once artistas muy diferentes entre sí y el resultado final es una mezcla de estilos, temáticas, técnicas e intenciones que acaba por despistar al observador. Es evidente que en un colectivo formado por once artistas encontraremos obras que nos entusiasmarán y otras que nos dejarán fríos o indiferentes, pero en esta selección en concreto hay además altibajos en la técnica y la ejecución de la obra que puede causar una cierta desazón en un público mínimamente experimentado. No queremos que este comentario sea tomado como una crítica despectiva, sino como un toque de atención a tener en cuenta en futuras ediciones. Es importante mantener un ritmo durante toda la exposición y, aunque no se puede hacer una exposición exclusivamente de momentos álgidos, se debe cuidar más este aspecto. A veces basta simplemente con alterar el orden de las obras expuestas.
Por otra parte, creemos que es, no ya necesario, sino imprescindible el hecho de poder realizar periódicamente este tipo de exposiciones, un panorama de lo que se hace en la comarca y zonas de influencia. Es importante que la obra de los artistas esté en contacto con el público, más aún en los tiempos que corren. Los artistas y los pensadores son el termómetro que mide la salud de un territorio o comunidad, son personas sensibles que suelen transmitir lo que sienten, no en vano se destruye al arte y a los artistas siempre que aparece un nuevo régimen autoritario. Viendo hacia dónde tiende el arte un observador formado puede hacerse una idea de hacia dónde tiende una sociedad.
Por todo lo expuesto creemos que hay que aplaudir la iniciativa del colectivo de mostrar sus trabajos ante el público, de arriesgarse a crear un grupo y de exponerse como tal y les emplazamos a seguir por este camino de búsqueda, de riesgo y de investigación artística y personal.