Doña Soledad Tena cumplió ayer 100 años

Doña Soledad Tena nació en Cantavieja (Teruel) el 23 de febrero de 1915, ayer cumplió 100 años. De ese siglo lleva 47 años viviendo en la provincia de Huesca, los últimos 34 viviendo en Binéfar, siempre en la misma casa, que ayer era un hervidero de invitados, familiares y amigos. Entrar en su domicilio no resultaba fácil porque la cantidad de personas acumuladas era tanta que, en algún instante, recordaba el celebrado gag del camarote en la película de los Hermanos Marx Una noche en la ópera.

Doña Soledad Tena nació en Cantavieja (Teruel) el 23 de febrero de 1915, ayer cumplió 100 años. De ese siglo lleva 47 años viviendo en la provincia de Huesca, los últimos 34 viviendo en Binéfar, siempre en la misma casa, que ayer era un hervidero de invitados, familiares y amigos. Entrar en su domicilio no resultaba fácil porque la cantidad de personas acumuladas era tanta que, en algún instante, recordaba el celebrado gag del camarote en la película de los Hermanos Marx Una noche en la ópera.

La homenajeada, rodeada de familiares y amigos.

Doña Soledad, sentada en el salón de casa, estaba rodeada de familiares y amigas. En los últimos años ha perdido la visión y empieza a costarle oír bien, pero mantiene una mente clara y lúcida. Para ella, la fiesta de cumpleaños era una continuada sucesión de agradables sorpresas, reencuentros y muestras de amor y de cariño. Pasaban unos minutos de las seis de la tarde cuando el alcalde de Binéfar, Agustín Aquilué, llegaba al domicilio de Doña Soledad acompañado de la concejal de Salud y Bienestar Social, Mª Alejandra Astete. En su visita al domicilio de la homenajeada, Aquilué le hizo entrega de un ramo de flores y una placa conmemorativa del aniversario. La conversación entre Doña Soledad y el alcalde tuvo momentos simpáticos, como cuando la mujer le preguntó “Señor alcalde, ¿Cómo le llaman?” y el aludido respondió: “¿A mí? Agustín. O alcalde”, a lo que siguieron las risas de los presentes.

Mientras se desarrollaba la fiesta, en el exterior, las máquinas asfaltaban el tramo de la Calle Olriols que conecta el centro de Binéfar con el complejo deportivo de Los Olmos. Soledad Tena recordaba que cuando ella llegó a Binéfar “pasaba una acequia por delante de esta casa. Ahora se ha quidado todo. Los ayuntamientos de aquí son muy buena gente que hacen mucho, todos”, comentaba. Cuando le han dicho que hay un proyecto para construir un colegio enfrente mismo de su casa, el proyectado segundo colegio público de Binéfar, la mujer ha contestado: “¡Trabajen, trabajen, que yo no lo puedo ver, pero lo oigo!”.

Al cabo de unos minutos, la ya atestada casa tuvo que dejar hueco a dos personas más, los miembros de la rondalla, voz y guitarra, que vino a cantarle unas jotas en honor a la centenaria:

Y jotas no pueden faltar.

Has cumplido hoy cien años,

jotas no pueden faltar.

Todo el pueblo de Binéfar

te quiere felicitar.

Te quiere felicitar,

has cumplido hoy cien años.

Y la emoción afloró a los ojos de la anciana señora con estos versos. Tras unas cuantas jotas más, apareció un enorme pastel con tres velas, las tres cifras de los cien años que cumplía ayer Soledad Tena. Tras soplar las velas, al cabo de unos minutos llegó al domicilio de Doña Soledad el obispo emérito de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, quien así se sumó a celebración del aniversario.

Tu publicidad






Banner 3
Aquí tu publicidad
Sitio web

Otras noticias

Ir al contenido