El Gobierno de Aragón conocía las investigaciones de la justicia polaca por fraude en el matadero propiedad de Piero Pini
Ahora, a pocos días de la inauguración del matadero de Binefar, el empresario italiano se encuentra en prisión por un fraude similar a la hacienda húngara. ¿Espera el gobierno de Lambán ser especial y que aquí no se defraude?
Es terrible comprobar como la clase política, con especial reincidencia la aragonesa, es capaz de entrar en comportamientos que rozan el ridículo más absoluto. El último de esos escándalos es el encarcelamiento de Piero Pini por fraude fiscal en Hungría. Pini es el mismo señor al que Javier Lambán tendió la alfombra roja el verano de 2017 ante la promesa de que el magnate de la carne italiano instalara el mayor matadero de Europa en Binefar.
Creo no exagerar si digo que Javier Lambán negoció con Pini de una manera ciertamente laxa. Así lo contaba el propio Presidente del Gobierno de Aragón el 17 de agosto de 2017: “Aparte de ponernos a disposición de la empresa en todo lo que tenga que ser facilitar tramitaciones a través del INAGA; de buscar contactos con otro tipo de servicios, con otro tipo de suministros, por ejemplo eléctricos, que la empresa necesita; ponemos a su disposición las ayudas al sector agroalimentario que este año se han convocado ya y que van a suponer a lo largo de la legislatura en torno a 600 millones de euros de inversión. Pini va a tener a su disposición esa línea de ayudas a la agroalimentación; Pini va a tener a su disposición todas las ayudas, a través del INAEM, para la formación de los trabajadores; y Pini va a tener a su disposición, la posibilidad de establecer fórmulas de formación profesional dual que, a través de la colaboración entre el Departamento de Educación y la empresa, explore las inmensas posibilidades que tiene esta fórmula de formación”.
Lo que ganaba Aragón en esta no negociación era más de un millar de puestos de trabajo. O al menos eso vendía Pini. Sin embargo, lo que no saltó a la luz en aquella negociación, era el historial de Piero Pini, conocido también como Don Piero. Y no saltó a la luz, no porque no se conociera, sino porque los representantes del ejecutivo de Javier Lambán hicieron porque no se supiera. El director general de Fomento, Enrique Novales, admitía al diario Público que durante la negociación habían hablado de sus problemas con el fisco y Don Piero les aseguró que en adelante pretendía hacer “las cosas bien”.
¿Qué cosas son las que tenía que hacer bien Pini? Empecemos por el principio. Pini procede de una familia de charcuteros italianos pero, tras la muerte de su padre, decide dar un cambio de rumbo a su actividad y se lanza a la creación de mataderos con la vista puesta en Europa del este como lugar donde asentarse, obsesionado con su mano de obra barata. Así, termina establecido en Hungría, donde como buen empresario de éxito se hizo con la presidencia de un club de fútbol que al fin hubo de abandonar, por la presión de sus hinchas ante los malos resultados, no sin dejar tras de sí una deuda de 150 millones de euros.
Es en el país magiar donde inicia el gran imperio cárnico del que es poseedor ahora. “Somos el cuarto o quinto grupo de Europa en industria de cerdos. Todo el grupo factura 1.600 millones de euros. La de Binéfar será nuestra sexta planta”, aseguraba Don Piero en una larga entrevista para Heraldo de Aragón, en la que aprovechaba para lavarse la cara: “Nosotros no somos responsables de lo que no hacían correctamente las cooperativas que trabajaban para nosotros”, aseguraba con respecto a la subcontratación de labores, afirmando que eso no iba a pasar en Aragón.
La primera detención por sus actividades empresariales tuvo lugar en 2017 en Polonia, y es de la que habla el empresario, pero en aquella ocasión Pini, fue liberado 48 horas más tarde, acusado de un fraude de 100 millones de euros a las arcas públicas polacas y de haber creado decenas de empresas ficticias interpuestas entre la factoría y la Hacienda pública. Ahora es la justicia húngara la que le mantiene en la cárcel, en régimen de prisión preventiva durante 30 días, pese a haber ofrecido 1 millón de dólares como fianza, según ha informado el diario digital húngaro Hírösveny, cantidad que no ha sido contemplada en el proceso entre otras causas porque ha pesado más que los colaboradores de Don Piero trataran de frustrar esta investigación, influyendo en testigos o manipulando y ocultando pruebas.
Sin embargo no es tan solo el fraude lo que persigue a las empresas de Don Piero. Las condiciones de trabajo en sus factorías han sido calificadas de esclavistas. En un reportaje publicado en TVP.info, se hablaba del matadero de Kutno, en Polonia, diferentes trabajadores y trabajadoras hablaban sobre jornadas interminables, amenazas, e incluso agresiones. Todo ello sumado a los abusos en la contratación que han terminado en los tribunales.
Ante todas estas acusaciones, y con la inminente apertura del macromatadero de Binefar, bajo la marca Litera Meat, las preguntas no deberían llevarnos en dirección a Europa del Este o al norte de Italia, sino hacia el Palacio Pignatelli. Si lo que aseguraba Enrique Novales en cuanto al conocimiento por parte del Gobierno de Aragón de las actividades fraudulentas investigadas dentro Pini Polonia, y tras conocerse la detención de Don Piero en Hungría, de la que es muy probable que el ejecutivo aragonés tuviera conocimiento a principio de este mes, habría que preguntar muchas cosas a Javier Lambán. Entre ellas, si es lógico ocultar estas informaciones y que sea en un reportaje periodístico donde los y las aragonesas se enteren de que el Gobierno aragonés conocía estas investigaciones; por otro lado si Aragón recuperará, de alguna forma, la inversión adelantada o la declaración de interés general que allanó el terreno a Pini; y por último cuál será el control en cuanto a la contratación de personal y durante cuánto tiempo. No vaya a ser que Don Piero decida seguir siendo reincidente.
Artículo publicado el 28 de marzo de 2019 en Arainfo cuyo autor es Miguel Angel Conejos Montalar