Es verdad, ya estamos otra vez en Navidad.
Ya estamos de nuevo engordando de alegría, con amigos y familia, y también como no, de cardos con bacalau, sopa gorda, cabrito, ternasco, bogavantes, merluza, rodaballo, postres, turrones y varios de caldos y espumosos.
Ahora llega el tiempo de la reunificación familiar, del reencuentro con familia en Nochebuena y Navidad, y de explosión y disfrute con amigos para el Fin de Año. Esto en nuestra cultura y costumbres, y otros muchos, sin hogar, sin comida, sin postres ni turrones. ¡Que mal repartido está el mundo! ¡que poco hacemos para conciliar el mismo! ¡que poco nos acordamos de Santa Rita!, solo cuando en fechas como estas y en informaciones contrastadas nos toca el sentido más solidario.
Son días como no, de recordar lo pasado, de comentar sobre temas diferentes: que si éste u otro equipo de fútbol, sus jugadores defraudadores, los de mi equipo no, los del otro sí. Al final nos damos cuenta que tanto unos como otros nos perjudican, al final nos damos cuenta que ellos y su entorno, solo defienden el escudo que con tanto ahinco y falsedad besan cuando fichan por el dinero, por un dinero que en muchas ocasiones lo utilizan para convertirse en prepotentes, orgullosos, inhumanos y todo ello por la poca cultura que poseen. Pocas veces sabemos si dentro de su juventud han pasado por la escuela primaria, pocos de ellos desde luego por la universidad. Hablaremos también porque toca, de política; de esos representantes del pueblo que utilizan nuestro economía para llenarse los bolsillos y vivir toda la vida sin compasión, dignidad y amor a propios y extraños, que utilizan sus siglas y esfuerzos de militantes para hacer pactos contra natura y luego lo justifican diciendo que la ciudadanía les ha otorgado esa facilidad y confianza, que también utilizan para agredirse, competir, mentir, posicionarse, y lo que es peor aprovecharse de la buena voluntad del pueblo y encima quejarse del dinero que perciben muchos de ellos, sin hacer nada para defender los intereses de ése gran país –España- que defenestran con sus evasiones y ultrajan con sus actuaciones. También toca hablar de esto.
Pero AMIGOS, de lo que más deberíamos hablar éstos días y recapacitar sobre ello, es de nuestro comportamiento FAMILIAR, las fechas son propicias, se comenta mucho de los nuevos horarios laborales, lo que nos llevaría a tener más tiempo para la conciliación familiar, para atender más y mejor nuestra casa, nuestras relaciones conyugales, con nuestros hijos, con nuestros hermanos y sobremanera con nuestros padres. Digo todo esto por cuanto la pérdida de valores que tanto nos llenan la boca, no es culpa de nadie a nivel global, sino únicamente nuestra, hemos dado importancia desmesurada a los temas económicos y hemos creído que los valores se sustentan por si solos. Pues mirar, ¡como que no!. Todo en esta vida tiene un aprendizaje y una constancia para desarrollar esos valores que nuestros padres nos enseñaron. Venimos de una generación sin recursos económicos, somos inconscientes de ésa enseñanza, creemos que con dinero se arregla todo y eso no es así. Los valores no se compran, no hay operación empresarial que los exporte a la sociedad, eso debe ser sembrado, cultivado y recogido por nosotros, nuestra mejor herencia a los nuestros será esa, hoy por desgracia, muy escasa.
He titulado Alegría, Amigos y Familia, y poco a poco me he ido al terreno que más me gusta, la sociedad y el amor sobre y para los demás. Pero hablemos de alegría, con amigos y familia, entre plato y plato seamos muy felices, disfrutemos de esos momentos estelares, entre café y juegos hagamos que nuestros hijos dejen pcs, plays, móviles y utensilios modernos y disfrutemos de y con ellos de esos momentos irrepetibles, disfrutemos de ésa ignorancia e inculquemos de valor y respeto nuestra existencia. Explicarles historias e historietas que os han contado a vosotros y vuestra experiencia de vida va llenado, hacerles ver que la vida es también eso, convivir, respetar y sentir amor por los demás, con ello conseguiremos muchas cosas que no tendrán valor material, pero servirán a la postre para que cuando lleguemos a la edad dorada, sepan valorar nuestro recorrido y nos haga recapacitar sin tiempo de rectificar nuestro comportamiento con nuestros antecesores, los cuales hoy están pagando nuestra lucha desmesurada por tener más y más y no les damos el cariño, respeto y valorar que atesoran, ya que sin ellos nuestra existencia no habría sido posible.
AMIGOS respetemos al ser humano independientemente de su color, costumbres, nacionalidad y religión, ésa es la verdadera esencia de nuestra vida, que en estos días es importante recordar, valorar y poner en práctica, entre copa y copa y al grito de GRACIAS y FELIZ NAVIDAD.