Texto e Imágenes: Jaume Garcia Castro
Binéfar, 23 de abril de 2014.- Ajetreada jornada cultural ayer en Binéfar. Los actos previstos para celebrar el Día de Aragón se llenaron de público que aprovechó el magnífico día para celebrar la fiesta en familia.
Ya de buena mañana, a partir de las 10:00h., la música de Ixo Rai! Anunciaba a los transeúntes que la feria del libro de la Plaza España estaba abierta. Las cuatro librerías que tiene Binéfar plantaron sus puestos, acompañados de dos floristerías, el puesto para las firmas de libros y los ya tradicionales puestos solidarios de la Asociación Contra el Cáncer y la Cruz Roja. En un lateral de la plaza, juegos tradicionales y talleres para los más pequeños, todos ellos relacionados con la tradición aragonesa y con la leyenda de San Jorge.
El público curioseaba entre las diferentes publicaciones. Al final de la jornada, tras preguntar a algunos vendedores, la conclusión es que no hubo ningún libro destacado por encima de los demás, si exceptuamos a los autores locales que firmaban ejemplares, pero sí que se observó que la venta de libros infantiles y juveniles era muy superior a la de los libros para adultos. A pesar de los tópicos, tenemos una generación de niños y niñas que leen más que sus padres y abuelos. ¡Que dure!
En el stand de firmas los más prolíficos eran también los que más firmaban. Es normal. José Antonio Adell estaba en su salsa. Con el nuevo libro escrito a cuatro manos con Celedonio García, Bandoleros, sus lectores le preguntaban por la fecha de publicación de su próxima novela. Todos recibieron la misma respuesta: a partir de septiembre. Eladi Romero también firmó una buena cantidad de ejemplares, especialmente de su última novela El día en que los extraterrestres llegaron a la URSS (Para matar a Rajoy), una sátira política, novela de intriga y comedia alocada con personajes de Binéfar. En ambos extremos de la mesa nos encontramos con los autores de los libros ambientados en el antiguo Imperio Romano: Enrique Beltrán, con su ópera prima El resplandor de la joya y Alfonso Carrasquer, con su segunda novela, Sueños de barro. Beltrán estaba expectante ante lo que iba a pasar, para él todo eran novedades, mientras que Carrasquer ya tiene una cierta costumbre y se entretenía charlando con ex compañeros del colegio (fue profesor del Víctor Mendoza durante diez años) o alumnos. Pedro Torrens llegó ataviado con una americana de sport y una enorme sonrisa y antes de poder sentarse en la silla ya tenía un ejemplar de su El fútbol no es así, escrito al alimón con Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional.
Por la tarde, el Recao de Binéfar, la famosa creación del cocinero binefarense Teodoro Bardají, protagonizó la hora de la merienda, que para muchos fue merienda y cena. Como cada año, desde 1989, la Asociación de Viudas “Sofía” se encargó de la elaboración y el reparto de unas 750 raciones del energético plato que el maestro gastronómico y principal renovador de la cocina en España creó y publicó por primera vez en febrero de 1922. El reparto del Recao nació a mediados de la década de los 80, suponemos que en 1984, puesto que todas las fuentes consultadas coinciden a señalar ese año, aunque no están seguras de ello. En un principio se encargó de realizar el Recao la ACR Binéfar 77, pero en 1989 recogió el testigo la Asociación de Viudas “Sofía”, hasta la fecha.
La cola de personas esperando turno para su ración de recao y su vasito de vino daba idea de lo esperado de la tradición. La cara de satisfacción de los comensales daba idea de lo acertado de su ejecución. El olor que se desprendía de las ollas abrió el apetito de los presentes, hasta de los más espartanos. Algunos vecinos pidieron permiso para repetir, otros se acercaron con recipientes para guardar el recao para la cena, todos aprovecharon para conversar alrededor de un plato del delicioso recao.
Al final de la jornada, los libreros respiraban contentos. Se vendieron más libros de lo esperado, teniendo en cuenta la crisis y que este año San Jorge ha caído justo detrás de la Semana Santa, que ya ha diezmado los bolsillos de muchos ciudadanos. Ahora toca sentarse en una buena butaca, abrir el libro recién comprado y disfrutar de su lectura.
