Texto e Imagen: Jaume Garcia Castro
Binéfar, 20 de diciembre de 2014.- La Coral de Binéfar cumplirá 20 años de existencia en 2015, lo cual ya es una garantía de continuidad y de trabajo bien hecho. La constante búsqueda de repertorios atractivos al gran público y al mismo tiempo de difusión de obras nuevas hacen que sus programas sean realmente interesantes para los aficionados a este tipo de música. El equilibrio de sus programas musicales es realmente un encaje de bolillos entre tradición y apuesta por la renovación de un estilo musical que, sin llegar a estar de moda, cada día tiene más seguidores.
La principal señal de la buena salud de la Coral de Binéfar es que muchos de sus integrantes vienen de otras poblaciones, incluso de otras comarcas, para participar en los ensayos y en los posteriores conciertos que esta formación ha ido ofreciendo por todo Aragón, Cataluña, en diferentes eventos nacionales e incluso en Francia. Desde su fundación Teresa Maza Liesa ha estado al frente de la formación, dirigiendo y adaptando las diferentes piezas musicales que han llevado al escenario. El pasado sábado 20 de diciembre volvieron a seducir al público de Binéfar con su tradicional Concierto de Navidad celebrado en la Iglesia de San Pedro.
Iniciaron la actuación Teresa Maza Liesa al piano y la mezzosoprano Victoria Laplana interpretando Elijah, un oratorio de Felix Mendelssohn, y Maria Wiegenlied, un precioso villancico que es a su vez una canción de cuna que canta la Virgen María al niño Jesús, compuesta en 1912 por Max Reger. Tras estas dos bellas piezas, Victoria Laplana acudió a la entrada de la iglesia a recoger al resto de la coral y entrar entre el público cantando Verbum Caro, del Cancionero de Upsala. Empezó así un extenso recorrido por canciones navideñas, no necesariamente todas ellas villancicos, que recorrieron varias tradiciones y culturas musicales. Canciones de la tradición catalana, como el Fum, fum, fum o la preciosa El noi de la mare, canciones de cuna como Ro, mi niño, ro, o el villancico cordobés Chiquirriquitín, se mezclaron con temas de tradición germana, como el maravilloso Tannembaum, el Ade zur guten Nacht o la celebérrima Stille Nacht (conocida en castellano como Noche de Paz), o con otros temas de la tradición navideña anglosajona, como el Angel’s Carol o la preciosa Christmas Lullaby, ambas de John Rutter, piezas en las que la coral brilló especialmente.
Tras el programa previsto, el público no se levantaba de sus asientos, así que realizaron dos bises. El primero fue una versión de A wonderful world, de Louis Armstrong y remataron el concierto repitiendo Stille Nacht. El concierto, en general, estuvo muy bien equilibrado, tanto en la elección de los temas, pues los villancicos más conocidos arrastraba la atención del público hacia otros menos habituales en nuestras latitudes, como en las tesituras vocales. A pesar de la crónica falta de voces masculinas en los coros españoles, en el Coro de Binéfar el equilibrio que se consigue es notable. La presencia de Victoria Laplana siempre es un aliciente para acudir a un concierto y la férrea dirección de Teresa Maza Liesa consigue sacar del conjunto sus mejores virtudes. Requiere muchas horas de ensayos y mucho esfuerzo llegar al nivel de este coro, sobre todo cuando se tiene que cantar con naturalidad composiciones en otros idiomas, pero el resultado final justifica plenamente este esfuerzo. Este año el coro celebrará su vigésimo aniversario y esperamos que estos sean solamente los primeros veinte años de un coro que, si sigue trabajando a este nivel, tiene ante sí un brillante porvenir.