El pasado sábado, un grupo de tres barranquistas del Club Litera se encaminaron al desconocido barranco del Huevo

El pasado sábado, un grupo de tres barranquistas del Club Litera se encaminaron al desconocido barranco del Huevo

Situado en la zona de Vadiello, este pequeño y poco transitado barranco es una «joyita». Muy bien formado en su zona de estrechos y oscuros, con 9 rápeles y algunos resaltes, su localización no tiene perdida, ya que está situado bajo el llamado «Huevo de San Cosme», formación rocosa en forma de mallo visible desde cualquier punto de la zona.

Partiendo desde el aparcamiento de «La Tejeria» , la aproximación es un bonito camino, más ahora con los colores otoñales, con vistas al pantano y los mallos de Vadiello, Pico Borón, cresta de los Pepes entre otros, por un lado, y con vistas a Fragineto, Mondinera y Tozal de Guara por otro. Nosotros nos tenemos que conformar con las vistas a los primeros, ya que las nubes tapan el resto.
Esta primera parte transita por pista, y luego, por un sendero que nos adentra en lo que llaman el bosque encantado, hasta dejarnos en la base del Huevo.

Aquí picamos algo mientras nos equipamos y nos metemos directamente en el cauce, seco en esta primera parte. En escasos 10 minutos estamos ya en la cabecera del primer rapel, instalada sobre un boj. Aquí ya empieza a correr un hilo de agua.

Luego le siguen varios resaltes y destrepes, que bajamos en oposición sin complicaciones, hasta llegar a la zona de los estrechos.
Aquí, el cauce se estrecha y oscurece, y el descenso se convierte en una sucesión de rápeles y pozas que cubren algunas hasta la cintura.
Esta parte es preciosa, con algunas cascadas llenas de musgo y alguna cueva.

Las instalaciones estaban perfectas. Se ve que le barranco ha sido requipado no hace mucho, lo que da mucha tranquilidad en estos descensos poco frecuentados.

En una hora y media llegamos al final, desde dónde podemos divisar ya el embalse de Vadiello. Aunque se puede llegar hasta el embalse, las reseñas no lo recomiendan porque es una parte muy vestida y sin rápeles, así que aunque el camino no está muy claro al principio, comenzamos el ascenso, que en menos de media hora, nos dejará de nuevo en el punto dónde comenzamos el barranco.
A partir de aquí, sólo queda volver por el mismo camino hasta el coche.

Una preciosidad de barranco, que nos ha sorprendido a todos, siendo en su conjunto, acceso, descenso y retorno, más interesante que otros mucho más conocidos.

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