Texto e Imágenes: Jaume Garcia Castro
Baldellou, 4 de mayo de 2014.- Un año más las calles de Baldellou se han llenado de soldados aliados y alemanes que, a tiro limpio, han conquistado o defendido sus posiciones, según estuvieran en uno u otro bando. Durante el fin de semana, los días 3 y 4 de mayo, se ha celebrado la octava edición del evento de recreación histórica, organizado por un grupo de aficionados a este tipo de encuentros y dirigido por Javier Gómez Márquez y Albert Sangenís, que cada año reúne a personas llegadas de diversos puntos de la península y que durante 48 horas se sienten transportados a 1944. Este año, entre participantes y público, Baldellou ha acogido a unos 700 visitantes.
Los participantes que forman parte del Ejército Aliado acampan en el campamento americano mientras que los que forman parte del Ejército del Eje lo hacen en el pueblo, normalmente en el Albergue Casa Albano. Cada grupo tiene unos horarios en los que pueden confraternizar, vestirse de uniforme o de la época, una zona donde se puede adquirir o intercambiar memorabilia y diferentes fuentes de información y, sobre todo, un horario en el que se van a recrear diferentes momentos de la historia.
Si el año pasado las tropas tuvieron emboscadas y batallas en plena naturaleza, este año se han hecho dos recreaciones, ambas en las calles de Baldellou. La del sábado era la recreación de la batalla de Insurrección de Varsovia, una recreación para la que existían una serie de limitaciones de uniformidad, para darle más verosimilitud al evento. Aunque el público puede asistir a todas las recreaciones, las que se celebran en sábado suelen ser más estrictas porque son aquellas que se realizan para que los participantes disfruten, con más realismo y más ajustadas a la memoria histórica. En cambio, las del domingo suelen ser menos restrictivas en cuanto a uniformes y se hacen más de cara a la galería, para exhibir esta afición tan curiosa y llamativa. Lo cierto es que Baldellou es una población privilegiada por su arquitectura y urbanización, por lo que es un sitio perfecto para la realización de estas recreaciones. Paseando por sus calles parece que el tiempo se haya detenido.
Llegamos a Baldellou el domingo por la mañana. Las calles están cortadas y los ejércitos están cada uno en su posición. El público se amontona en las zonas reservadas para ellos, delimitadas por una cinta. Empiezan los primeros disparos y las escaramuzas se van sucediendo. Los soldados van equipados exactamente igual que en 1944, no falta ni un solo detalle. Ser fiel a la indumentaria, el armamento y los pertrechos es una de las máximas en este tipo de encuentros. En el bando americano un soldado del cuerpo médico, debidamente identificado con cruces rojas en su casco y brazalete, le dice apesadumbrado a un herido:
– – Debo informarle que ha resultado usted muerto en la batalla.
El herido, ahora ya muerto, intenta reprimir un ataque de risa al oír la frase, algo realmente difícil, porque tiene que seguir fingiendo que está muerto.
Más arriba, en la zona donde está parapetado el ejército del eje, se oyen los disparos de una ametralladora. Al oír tanto disparo junto, una voz del público dice animada: “ara, ara, ara!”. Los murmullos de excitación del público se disparan al ritmo de las armas. La lucha va in crescendo. Las armas de fogueo van disparando y los cartuchos van cayendo al suelo. Cuando acaba la recreación, lo primero que sucede es que los supuestos muertos empiezan a levantarse del suelo y lo segundo es que los niños saltan el cordón de seguridad y corren a recoger los casquillos. Los dos ejércitos se reúnen en la plaza para formar juntos y celebrar con tres hurras el éxito de la cita anual y agradecer a Baldellou, a sus habitantes y al público en general su amabilidad y su asistencia.
Tras romper filas, muchos visitantes aprovechan para fotografiar a los soldados o para que les fotografíen con ellos. Nosotros hemos recogido unas cuantas imágenes de la jornada del domingo y con ellas hemos elaborado el siguiente álbum de fotos. Esperamos que os guste.
