Dice el tópico que cuanto más diverso en términos de edad, etnia y género, más creativo y productivo será un grupo de trabajo. Pero . . . no hemos encontrado correlación entre este tipo de diversidad y el buen hacer de los grupos.
. . . Esto nos llevó a considerar otros tipos de diferencia. Comenzamos a fijarnos en la diversidad cognitiva.
Se entiende por diversidad cognitiva la variedad en el modo de ver o de procesar la información. No viene determinada por factores como género, etnia o edad . . .
Se dice que seleccionamos los colaboradores a nuestra imagen y semejanza . . . Los grupos tienden a incorporar gente con el mismo estilo de pensar y expresarse. Así, las organizaciones acaban con equipos de mentalidad uniforme. Entonces . . . tenemos lo que los psicólogos llaman sesgo funcional; y baja diversidad cognitiva.
. . . Para evitarlo, procura que tus procesos de selección identifiquen y fomenten la diversidad cognitiva. Y cuando te enfrentes a un problema nuevo, incierto y complejo, y todo el mundo esté de acuerdo en qué hacer, encuentra a alguien que te lleve la contraria y mímalo.
Alison Reynolds y David Lewis: «Teams Solve Problems Faster When They’re More Cognitively Diverse», en HBR.org ; Boston : Harvard Business School Publishing Corporation, 2017-03-30 (trad. y extr. La Litera información)