A. García Calvo: «¡Viva Sócrates!»

. . . en el trance en que el mundo los tiene de aceptar el principio de realidad, de someterse por su propio bien futuro a las ideas que los mayores les inculcan, suena una voz que a cada una de esas ideas dominadoras pregunta “¿Qué es?” y descubre razonando amablemente las contradicciones y mentira de que están formadas, y eso es como un aliento de liberación en que aletean, aunque sea un breve rato, sus corazones . . .

Luego los muchachos suelen hacerse mayores, y empiezan a creer a su vez en cosas, en el ideal nacional-sindicalista o en la Democracia, por ejemplo, y a ocupar sus puestos y destinos, y entonces eso de sócrates les estorba . . .

Es una pena que los oyentes de sócrates tengan en su mayoría que ser siempre tan inexpertos y jovenzuelos y, desde luego, esto de la sucesión de generaciones y que, aunque la voz siga sonando siempre, esos jovenzuelos tengan que ser a cada paso otros y otros, no es un procedimiento nada satisfactorio ni para quedarse tan conformes, pero el tinglado así lo condiciona; y en tanto y no que pasa algo para desbaratarlo y acabar con esas condiciones, lo que sí conviene que notemos es que el truco principal para anular o ensordecer las razones es el de confundir la voz de sócrates con la figura histórica de Sócrates, y para no oírlas, platicar mucho de las anécdotas de su juicio y su condena y muerte bajo las piedrecillas de los votos negros de la mayoría democrática de un Jurado de la vieja Atenas.

Agustín García Calvo: «¡Viva Sócrates!», en El País ; Madrid : Ediciones El País, 10 abril 1989 (extr. La Litera información)

Castillonroy, otra vez sin luz!!

Paco Rivas, Alcalde de Castillonroy En los años 90 del pasado siglo había menos cadenas de televisión, pero se veían. A veces cuando había tormenta se iba la luz, pero duraba lo que duraba la tormenta. Los primeros teléfonos móviles no hacían fotos, pero servían para llamar. Ahora mucho 5G,

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