Ya hace “un rebaño d’años” que la Iglesia Parroquial de San Pedro de Binéfar, luce un andamio de hierro galvanizado, que no la embellece, pero aguanta la bóveda de la que un pedazo de piedra se desprendió, no causando daños a personas, dicen que “gracias a Dios”, que algo tiene que valer estar en su casa.
Hagamos un poco de historia. Se estaba reparando externamente la fachada y el tejado del templo. Por causas del mal tiempo u otras se interrumpieron las obras y vinieron lluvias con el tejado descubierto en parte. Alguien dijo de poner un toldo. Renfe tenía, pero no se hizo, y según contaron algunos trabajadores de la obra, el agua se coló por las rendijas de la bóveda y la humedad provocó la caída de una buena parte de ella sobre los bancos de madera del interior, afortunadamente vacíos. Se corrió a destiempo. Se montó un andamio bajo la zona afectada, con una doble finalidad . Primero, proteger del peligro de nuevos desprendimientos y después estudiar una posible solución para evitarlos. Conseguido esto, se logra que la DPH cediera el andamio, sin coste alguno y a tiempo indefinido, según vamos viendo con el paso del mismo. Desechado el peligro, los arquitectos buscan la solución para que desaparezca. ¿Difícil? ¿Costosa? Pero, naturalmente, tiene que haber un final feliz y, de momento, ya tenemos un andamio y además gratuito. Hay tiempo para el estudio y la ejecución de la obra. Pero ahí está la paralización de la misma. ¿Se quiere…..pero no se puede? ¿Se puede…….. pero no se quiere? Se puede, se quiere,……pero ¿quién paga? Por mi cuenta me inclino por suponer la tercera e intentar razonarla. La propiedad del templo es de la Iglesia, la administración ya deja el andamio, el Ayuntamiento está dispuesto a ayudar y la Iglesia, que es la dueña, calla, y el tiempo pasa y el andamio, sigue. Está claro que la responsabilidad y la obligación es del dueño, que además se queja de que, sobre todo, cada día se celebran menos bodas. Normal, a nadie le gusta sacarse fotos con las barras del andamiaje de fondo.
Y….con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho.
“Éste año pa las fiestas
Binéfar pide un milagro,
amás de sacar al Santo
qué nos saquen el andamio.”
Nadie la canta y nadie hace caso. Creo que por parte de los políticos, ni puede ni debe haber trabas. Cabe recordar que han pasado varias legislaturas y de todos los colores y ninguna ha solucionado y conseguido la salida del andamio. Incluso coincidieron un gobierno central del PP, un gobierno regional del PP y un gobierno local del PP y el andamio allí estaba, allí estuvo y allí está. Posiblemente la gente se haya acostumbrado a su presencia y, hasta puede ser, que lo encontraran a faltar si lo sacaran. Bueno eso quizá no, pero sí creo que esto, como pide la jota, sólo lo puede arreglar un milagro. ¿Pero hay milagros? Yo pienso que no y por eso propongo abrir una suscripción popular y aportar mis cinco euros, aunque no uso frecuentemente el templo, pero no dejo de considerar la Iglesia de Binéfar cómo algo del pueblo y muy respetable y aunque estoy recogiendo fondos para colocar una silla salvaescaleras que me salven las cuarenta y dos escaleras que tengo en mi casa, gustosamente estoy dispuesto a poner una ínfima aportación, aunque vaya en contra de mis principios.
Antonio Tobeña Almunia, Binéfar, Marzo de 2019.-