Si algo ha quedado claro, tras el triunfo de Javier Lambán en las primarias del PSOE-A, es la manifiesta y evidente confrontación entre los “aparatos” de Huesca y Aragón.
El recién elegido Secretario General, habla de coser los rotos del Partido, reminiscencias, por lo de coser, de tiempos no tan pretéritos y desde la Ejecutiva Provincial de la Federación Altoaragonesa se habla de integración. Esto en lenguaje normal y corriente viene a ser que nadie va a ceder una parcela de su poder y desarrollar un proyecto de partido, capaz de ilusionar a toda la militancia y que a través de esta llegue a los ciudadanos. Hoy por hoy es tarea imposible.
Una vez que realizado el Congreso Regional del PSOE-A, vienen los provinciales, Zaragoza, Huesca y Teruel y a tenor de los resultados en las pasadas primarias, está claro que en Huesca triunfará la candidatura que avale la actual Ejecutiva Provincial. Dudo mucho que Javier Lambán busque un candidato para confrontar. Sus resultados en Huesca rozaron el puro testimonio y pienso que no va arriesgarse a otro varapalo. Cabe que desde un sector de la militancia se intente una candidatura, más por el orgullo de no quedarse con los brazos cruzados que por la posibilidad de obtener un resultado que ponga en brete al candidato-a, oficialista. El control de la Ejecutiva sobre las pequeñas agrupaciones, no va a permitir ningún tipo de sorpresa que dificulte la continuidad de la actual línea política, aunque no estén las mismas personas.
¿Quién será el candidato-a?, se podrían apuntar nombres, pero es mejor hablar de perfiles. Por supuesto, de la total confianza de la actual dirección y que a la vez tenga un mínimo nexo con la Secretaria General de Aragón. En algún momento tendremos que desmontar estos reinos de taifas y por otra parte que no sea un desconocido-a entre los cargos institucionales, pequeños ayuntamientos y que a su vez forman parte del organigrama de partido. ¿Complicado?
Hasta la fecha todos los cambios en la dirección provincial del Partido realizaban un giro de 360 grados, lo que viene a llamarse hacer el “Gatopardo”, dar la sensación de que todo se mueve para volver al mismo punto de partida y de esta manera continuar con el mismo proyecto.
Quizás y digo quizás, en tiempos pasados fuese una buena táctica, pero desde hace unos años, aquí ese enrocamiento solo ha servido para atrincherarse en determinadas instituciones y dejar de lado otros intereses, que han conllevado una merma de votos, para la que no se ha buscado remedio ya que el objetivo principal se conseguía y lo demás poco menos que no importaba.
Seguir los dictámenes del 39 Congreso Federal, voz y escuchar, es lo que está pidiendo un importante sector de la militancia altoaragonesa y no enrocarse en autocomplacencias. Será entonces cuando el proyecto que presente el PSOE volverá a ser atractivo para la ciudadanía.