{eks}tag_id=697|ordering=publish_up|direction=ASC|num_type=1|num_from=0{/eks}
El 5 de juny de 1986, El Último de la Fila presentaven a la discoteca Studio 54 de Barcelona el seu nou disc Enemigos de lo Ajeno. El 26 de juliol de 1986, tot just un mes i mig després, els teníem en directe a les festes de Binaced. Després diran que si el món rural i el món urbà estan tan allunyats i bla-bla-bla. Quanta ignorància!
Anem als fets: El Último de la Fila eren el plat fort de les festes de Binaced d’aquell any. Per aquelles dates el grup ja havia passat unes quantes vegades per la comarca i voltants, tant en la seua versió de Los Burros, quan van tocar a Alcampell i a Altorricó, el juny i agost de 1984 respectivament, com en la seua reencarnació com El Último de la Fila, quan van tocar a Tamarit el setembre de 1985. Si hi va haver un grup que va marcar de manera profunda una part de la joventut de l’època a la nostra comarca va ser sens dubte El Último de la Fila (EUDLF). Tot un fenomen sociològic. Una autèntica febre de la qual potser encara no mos hem guarit del tot.
Naltres no n’érem aliens, ni de bon tros. De fet estàvem infectats pel virus EUDLF fins al moll de l’os. Aquell dissabte 26 de juliol vam arribar a Binaced amb temps suficient per a sopar un entrepà a un restaurant local, prendre unes birres deambulant per les penyes del lloc i desplaçar-nos al ball a esperar pacientment que l’orquestra (IV Dimensión) deixés pas al grup de rock. Allà vam coincidir amb la penya d’Altorricó, que no faltava mai als concerts d’EUDLF i que mai passava desapercebuda. El concert es feia a una plaça a l’aire lliure, la nit era calorosa i estrellada, i totes les iaies s’havien posat arrenglerades als costats deixant pas a la multitud encuriosida. Arribat el moment, es van apagar els llums, els músics van ocupar els seus llocs a l’escenari i el ritual va començar.
El Último de la Fila van iniciar el concert amb «A cualquiera puede sucederle», un tema del disc anterior que van empalmar amb un del nou, «Para qué sirve una hormiga». És curiós constatar que en aquells moments els utilitzaven per a obrir els concerts i posteriorment han quedat com dos temes menors en la seua discografia. La tercera cançó va ser «Querida Milagros», que aleshores ja era un clàssic, i que aquell dia van presentar tot dient “Vamos a hacer ahora un tema dedicado a los yanquis. Para que les folle un pez a todos. Un pez espada a ser posible”. (Nota de context: només quatre mesos abans, el 12 de març, s’havia celebrat el famós referèndum de l’OTAN en un ambient de debat públic plenament antimilitarista; un dels punts crítics eren les bases nord-americanes en territori espanyol.) “Los yanquis que se vayan a Minessota, o a Alabama o a Oklahoma”, va rematar Manolo García al final de la cançó, mentre encetaven els primers acords de «Soy un accidente», amb el gran Marc Grau (DEP) dibuixant filigranes electroacústiques. Aleshores encara tocaven esta cançó en un to introspectiu i reposat, molt diferent de la velocitat que li imprimirien en els directes dels anys posteriors.
“Vamos a recordar un viejo tema, a ver si lo reconocéis”, va anunciar Manolo a continuació, mentre tocaven la introducció de «Grité» (una cançó de quan es feien dir Los Rápidos), moment que va aprofitar per a presentar la banda: “Quim Benítez, de Vic, como siempre a la batería; Juan Carlos García a los teclados, percusión y bongos, de Cádiz; Marc Grau a la guitarra eléctrica y acústica; Antonio Fidel, de los Rápidos, al bajo, ¡y de Cartagena!; y el bueno de mi socio, Quimi Portet; y un servidor de todos ustedes, Manolo García”.
«Grité» la van empalmar sense solució de continuïtat amb «Mi patria en los zapatos», un himne anarcoide de l’alçada d’un campanar. Després van atacar «Los ángeles no tienen hèlices», un tema precedit d’un llarg solo d’harmònica tocat a les fosques per Quimi Portet, mentre engegaven la màquina de fum sec. Però, abans de continuar, Manolo es va adreçar al públic tot dient “Os voy a enseñar una camiseta que llevo aquí de unos amigos nuestros, que son Siniestro Total, y que dice así: ‘ANTE TODO MUCHA CALMA’. ¿La veis bien? Bien, pues a mí me gustaría que estos hombres que están aquí os dejaran pasar hasta primera línea, pero con mucha calma, con tranquilidad, dejadles que vengan, que no va a pasar nada…”. Aleshores les persones que feien de servei de seguretat van retirar les tanques que separaven el públic de l’escenari i el grup va començar a tocar «No me acostumbro», un tema del seu rader àlbum… I ací se mos va acabar la cinta de casset!
Ja no vam gravar res més… Així que no sabem com van continuar. Però mos agradaria recordar que va seguir una bona llista de cançons, començant per totes les del rader disc (encara faltaven «Aviones plateados», «Las palabras son cansancio», o per descomptat «Insurrección», que en aquells dies començava a radiar-se a tort i a dret), però també del disc anterior («Son cuatro días», «El loco de la calle», o «Dulces sueños» amb la que van tancar el concert), així com de les seues encarnacions anteriors de Los Rápidos (van iniciar el bis amb «Navaja de papel», i també van tocar «Ruta del sur») i de Los Burros (van caure «Portugal», «Disneylandia», «Mi novia se llamaba Ramón» i «Huesos», com a mínim).
Ep, un moment, què és això? Què collons feia una colla de jovenots esmaperduts per Binaced amb una gravadora a la butxaca? El motiu no era altre que enregistrar alguns sons amb la intenció d’emetre’ls a El Bulevar de los 25 Vagabundos Andrajosos, un programa que durant aquella temporada perpetràvem a Radio Binéfar entre José Antonio Capdevila (Querido), Antonio Sánchez (DEP), Fermín Barés, César Castro (de Binèfar) i qui això escriu. Tota esta colla, ampliada amb les respectives parelles fixes o circumstancials, vam anar a Binaced a gaudir del concert, a cantar en veu alta i ballar fins a l’extenuació tot seguint l’exigent ritual del rock. En acabar vam perseguir els músics per a fer-los una entrevista per al programa de ràdio. L’entrevista la vàrem emetre dos dies després, el dilluns 28 de juliol de 1986, i ara la reproduïm ací tal com va quedar, sense additius ni conservants.
Pregunta —¡Vaya concierto el de esta noche!
Manolo García —Pues sí, se hace lo que se puede. Aquí los muchachos de Alcampell y los muchachos del Último de la Fila. Venga esas preguntas.
P —A menudo habéis utilizado elementos extra-musicales en vuestros conciertos ¿no? En los Burros utilizabais bidones y tal, pero ahora…
MG —No, ahora no tanto. Ahora centramos más el concierto en la música. Hemos estado como cuatro años haciendo montajes un poco… mitad aparatosos, mitad pendencieros, mitad cutres… Y este año lo que teníamos ganas era de tocar… De montar un sonido guapo, con unas luces guapas y tocar las canciones nuevas.
P —¿Diríais que el secreto del éxito está en tener una identidad propia, en hacer lo que a uno le gusta dejando a un lado las modas y tal?
MG —Hombre, ese es un factor muy importante, que lo que tú hagas tenga un toque personal. Luego, además, tiene que tener calidad. O sea… Si tú haces basura con un sello personal, pues sigue siendo basura. Si tú haces buenas canciones, buenos temas con un sello personal, eso sí que mola. Eso sí que, un poco, puede ser el secreto del éxito. Eso y otros cincuenta secretos. Si consigues que esos cincuenta secretos se confabulen a la vez… pues a lo mejor puedes llegar a vivir de la música.
P —¿Vosotros creéis conseguirlo?
MG —¿El qué? ¿El tener un sello propio? Yo creo que sí ¿no?
P —¿Y el éxito?
MG —Bueno, el éxito… es relativo. El éxito es trabajar. Es poder estar haciendo lo que te gusta a ti. Y por ese lado este año, al fin, lo estamos consiguiendo. Por ese lado, este año sí que estamos teniendo éxito.
P —Pero ¿pensáis manteneros en este nivel de ser oídos pero sin llegar demasiado alto, o queréis intentar llegar muy lejos?
Quimi Portet —Pensamos llegar todo lo lejos que se pueda llegar. Como todo el mundo. Como vosotros, suponemos.
P —¿A qué crees que se debe el fenómeno Último de la Fila que hay de un tiempo a esta parte?
QP —Pues se debe… pues no sé, a que debemos hacer canciones que a la gente le gustan. A nosotros nos salen así.
P —Pero antes también hacíais canciones que eran buenas.
QP —Sí, pero llega un momento en que vas cogiendo un estilo propio y ya no te cortas nada. Nosotros no nos cortamos ni un pelo. Y hacemos la música que nos sale, con perdón, de los huevos.
MG —Y si además coincide con que a la gente le gusta…
QP —Eso, y si además coincide que a la gente le gusta… pues eso es lo que está pasando. Si da la casualidad de que a la gente eso también le enrolla, pues… algo así está pasando.
P —Leímos un día en una revista que para componer las letras te tenías que poner a ochocientos metros por encima del nivel del mar, o algo así….
QP —Sí, es muy sencillo, yo soy de un pueblo que se llama Vic, que está en la montaña. Entonces, cuando no estoy a ochocientos metros sobre el nivel del mar soy incapaz de hacer una canción. Lo que pasa es que entonces soy capaz de hacer otras muchas cosas… Y cuando no puedo hacerlas yo las hace Manolo que para eso está.
P —Y tú, Manolo, ¿dónde estás más cómodo componiendo?
MG —Yo, pues… “lo estoy haciendo muy bien” (taral·leja el tema de Semen Up). Yo no tengo norma, puedo hacerlo en la cama o en pijama. No sé…
P —¿Todavía vais con embudos en la cabeza a ver a los productores para impresionarles?
QP —No, ahora ya no vamos a los productores…
MG —Ahora vienen los productores a nosotros…
QP —… vienen con embudos a ver si nos impresionan…
MG —Pero no… Ahora ya lo tienen muy mal, ya han llegado tarde.
P —¿Qué hay de eso que se dice por ahí de vuestro viaje a Egipto y tal…?
MG —Ja, ja, ja… fabulaciones. De hecho, lo último que oí es que estábamos en el desierto del Gobi recolectando coliflores para hacer la portada de un LP o no sé qué… Cada día se oyen cosas…
P —¿Qué diferencia hay entre vosotros y los Burros?
MG —¿Diferencias? Pues tres o cuatro años de tiempo, el cambio en el estilo, en las letras… Pero no hemos cambiado totalmente, yo creo que en esencia… la gente que oye los dos últimos elepés y oye los primeros discos nos identifica. Es decir, la gente que no nos había oído antes, si oye ahora nuestros discos primeros nos puede identificar.
P —Pero el tono irónico y así despendolado…
MG —Eso ahora no lo tenemos…
QP —… en esta temporada de otoño-invierno, no.
MG —… en estos dos últimos años, las letras son más serias…
P —Os habéis vuelto muy serios.
MG —Bueno, sí, pero es un poco lo que decía Quimi hace un momento, ahora hacemos lo que nos va apeteciendo. No intentamos hacer “a ver, ¿qué se lleva ahora? ¿Las letras de cachondeo? Pues nosotros también”. No. Hacemos lo que nos sale en ese momento.
P —Pero os salen muy bien. ¿A qué se debe que hagáis letras tan bonitas?
MG —Pues eso no lo sé. Lo que sí sé es que somos gente que hace letras con cariño y no por el mero hecho de que una canción tenga que llevar una letra y decir “bueno va, para que el cantante rebuzne un poco…”. No. Para nosotros la importancia de la letra es igual o superior a la de la música. La música tiene un valor para nosotros grande, y las letras también, e intentamos hacer una unidad… O sea… Hace poco lo decía por ahí no sé dónde, que somos, salvando las distancias, un poco cantautores. Quiero decir… Yo, por ejemplo, respeto mucho a un tío como Serrat, que aunque sus músicas me parecen espantosas, en cambio para mí es un poeta, porque es un tío que sabe decir las cosas con gracia, muy bien dichas, bien construidas… Entonces nosotros buscamos un poco eso, porque creo que se debe notar que somos amantes de la literatura. Tanto Quimi como yo leemos, escribimos… Pero escribimos por necesidad vital, no sólo porque… “vamos, que hay que hacer una canción, vamos a decir alguna tontería”. No, no. Yo tengo mi cajón lleno de letras porque me gusta escribir, porque me gusta la poesía, me gusta expresarme… Eso no quiere decir que yo sea un poeta, pero un poco… intento estar a gusto escribiendo. Y Quimi también. Y además se nota, creo.
P —¿Cuánto tiempo os cuesta escribir una canción?
MG —Ostias, hay días en que puede salirte una en tres segundos. De carrerilla te sale… Rasss… Y dices “joder qué bien”, que te quedas ahí como de parto, ¿no? Uau…
P —¿Cuál te ha salido así?
MG —Pues «Disneylandia» me salió así. «Navaja de papel» también me salió así.
P —¿Y «Volvamos a los árboles»? ¿Ya no la tocáis?
MG —Esa si os fijáis ya no está en el repertorio, ni la hemos grabado.
P —Qué nos podéis decir del caso de este chaval, Querido, que iba a Lleida a una tienda de discos y pedía el disco de los Burros, el Rebuznos de amor, y se le echaban las manos a la cabeza… que no había manera de encontrarlo…
QP —Es que Belter simplemente hizo una distribución nefasta…
P —¿Por qué? ¿Es que solo se dedicaban a Manolo Escobar y tal?
QP —No, aunque también. Pero es que Belter derritió a grupos… Trató muy mal a grupos como a PVP, como a Burning, como a tres o cuatro grupos muy decentes les dio morcilla. Y a nosotros también nos la dio, pero tiramos palante por nuestra cuenta. Nos buscamos la vida. Lo que hacían los de Belter era coger discos, editarlos, chupar toda la pasta que podían, no pagar a los autores, no pagar a nadie, piratear… Y les metieron un puro los de Hacienda y tal… Pero todavía están por ahí en activo… Es raro que no los hayan molido a palos…
P —Pero ahora ese disco [Rebuznos de amor] está muy buscado.
MG —Pues nosotros, como interesados que somos en la historia, vamos a intentar que se reedite. Porque las canciones son nuestras y nos las hemos currado. Entonces… ahora mismo no hay, porque se hizo una tirada muy corta y muy mal distribuida. Pero vamos a intentar hacer una nueva distribución por medio de una compañía nueva. Esperamos conseguirlo algún día.
P —El de Los Rápidos sí que lo han reeditado, ¿no?
MG —Sí. Los avispados ejecutivos de EMI, después de pasar de nosotros hace cuatro o cinco años, ahora se han dado cuenta de que era interesante lo que hacíamos.
P —¿Qué grupos han influido más en vuestra música?
MG —Pues más o menos… desde Bob Dylan o Neil Young que le pueda gustar al Quimi, hasta… mmm…
P —¿Juanito Valderrama? (riure)
MG —No. Juanito Valderrama no me gusta. A mí me gustaba Antonio Molina cuando era pequeño. Ahora ya no tanto.
P —¿Y grupos españoles?
MG —Triana me ha gustado siempre. Alarma, su último LP me gusta. Algún tema de los Leño me gustaba mucho. De Radio Futura hay temas que me gustan cantidad, como «Han caído los dos», o «Interferencias», que es una canción muy bonita… No sé, yo siempre he seguido el rock que se hace en España porque a mí me gusta, creo que hay cosas de mucho interés.
P —Nos ha sorprendido el concierto de esta noche por lo austero, porque antes en directo hacíais más espectáculo, tirabais plumas, que si embudos, que si aparatos… Ahora solo habéis echado humo… Os habéis moderado mucho con este último disco, ¿no?
MG —No. Lo que pasa es que, si te fijas, con las letras que estamos cantando ahora, no tendría mucha razón de ser… O sea, si yo canto “Pégame puñetazos en la nariz” y me pongo un embudo pues tiene su sentido y es divertido, pero si estoy diciendo “Pierdo mis defensas en los recodos de la angustia” pues no voy a estar dándome garrotazos, porque sería bastante ridículo. Incluso habíamos llegado a un punto de ver que la gente no entendía nada. Mucha gente iba a escucharnos esperando ver una imagen nuestra y de repente veían a unos tíos locos… y al final era como contraproducente. Y por eso este año hemos intentado unir en un mismo concepto los textos, la música y lo que ofrecemos en directo.
P —¿Qué hay de la historia esta de un Maxi que habéis grabado en el extranjero? ¿O es mentira?
MG —Supongo que te refieres a lo del Marc Almond. No sé, es una canción mía que ha grabado Marc Almond en un Maxi suyo. Está bien.
P —Os oímos en la radio hace poco en un concierto que disteis en la playa de Castelldefels, donde al final hicisteis unas canciones en inglés… que la gente os escupía y tú te cagaste en todo…
MG —Eso fue muy fuerte, porque habíamos presentado el disco en Barcelona hacía dos semanas. Entonces nos invitaron a tocar en una fiesta allí con La Frontera, Loquillo, Gabinete… y no sé quién más. Había cuatro o cinco grupos. Y como habíamos tocado hacía poco por allí pensamos que podría ser divertido hacer alguna versión. Entonces tocamos el «You really got me» de los Kinks, el «All right now» de los Free, el «Paint it black» de los Rollings, el «Muchísimo amor»… Pero todo por la patilla, cantando yo así en vikingo… Y vaya, era todo muy raro, porque nosotros… bueno… nosotros intentamos siempre ofrecer una calidad en directo, cuidar el sonido, las luces, llevar una serie de cosas que… Y resulta que allí no pudimos, porque era un concierto de estos… un poco por la boina, de todo el mundo allí, “¡Venga…!”. Y como había un mosqueo bastante fuerte yo ya salí un poco enfadado y tal… Y no sé, de repente había un tío borracho que me escupía. Simplemente me cagué en sus muertos porque estaba hasta los cojones de que me escupiera, ¿no? Porque normalmente nadie me escupe, porque yo no doy motivo a nadie para que me escupa, y no me paso con nadie ni un gramo. Y si algún día me paso con alguien es que le doy un botellazo. Yo nunca he ido a pelearme con nadie. Y aquella noche había un tío pelma que no sé qué impertinencias me decía y me apeteció un poco decirle: “Mira, macho, escupes a tu madre”. Pero tampoco quise… o sea, la gente que había allí lo entendió perfectamente. Lo que pasa es que… luego me deprimo bastante porque… yo creo que nuestra línea de directo es una línea agradable, de tocar los temas, de que la gente se enrolle… y si ves a un tío berzas ahí dándote la bulla… al final es que te mosqueas. Esta noche con un chaval por poco nos quedamos pegados, porque me estaba tocando y nos ha dado un calambre a los dos, por eso al final he cogido un poco de miedo, porque estaba muy mojado… Pero son cosas del directo. Están bien.
P —¿En qué medida El Último de la Fila puede ser una reencarnación de los grupos de los 70 como Triana, Alameda, Medina Azahara…?
MG —Uy, no, no. Rotundamente no. Creo que esos grupos, gozando de mis respetos, sobre todo Triana que eran los que más me gustaban, hacían una mezcla que era de algo andaluz con algo más pesadote, más…. ¿cómo se le llamaba? De rock tipo progresivo… En cambio, lo que hacemos nosotros es algo más directo, son canciones más cortas… más frescas…
P —¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
MG —Pues seguir presentando este disco, que parece que está arrancando bien. Oye, que me dicen que nos tenemos que ir, gracias por vuestro interés y a seguir bien.
P —Pero…
MG —¡Se acaban las pilas, se acaban las pilas…!
Així va acabar l’entrevista. Abans de marxar encara hi va haver temps per a l’intercanvi de samarretes. El nostre company Josep A. Capdevila (àlies Querido) portava una original samarreta dels quintos d’Alcampell amb un dibuix al·lusiu a Kortatu, el grup que havien portat aquell mateix juliol al poble (just la setmana anterior), que a Manolo García li va agradar molt i va intercanviar-li. Com a resultat de la permuta, Querido es va quedar amb la de ‘ANTE TODO MUCHA CALMA’, i amb unes baquetes de percussió que Manolo havia utilitzat durant el concert. Un parell de mesos després, amb la samarreta dels quintos d’Alcampell, Manolo pujaria a l’escenari de les Festes de la Mercè de Barcelona davant de més de cent mil persones a Montjuïc. Quimi Portet aquella nit no mos va poder intercanviar cap samarreta perquè no en portava!
Volem esmentar també la presència del nostre estimat i enyorat company Antonio Sánchez (que lamentablement mos va deixar el 2007), el fan número u que EUDLF tenia a la nostra comarca. Va ser la seua iniciativa i enginy i la seua facilitat de paraula la que mos va obrir les portes de moltes entrevistes, i molt especialment d’esta, que ell (amb son germà Manuel) esperava amb candeletes setmanes abans de celebrar-se el concert. Quan vam arribar al lloc de l’entrevista, el primer que va fer Antonio va ser donar dos petons ben donats a Manolo i a Quimi, i encara va aprofitar per cantar-los alguna tonada andalusa de les que coneixia de quan anava amb son iaio pels mercats del món avant. Els germans Sánchez, Antonio i Manuel, van insistir a convidar-los a sopar a casa seua, de fet sa mare ja tenia curiositat per saber qui eren aquells músics ambulants que havien abduït els seus fills d’aquella manera, però cal dir que Manolo i Quimi van refusar amb tacte i es van emplaçar per a un futur indeterminat.
Pel que fa a l’entrevista ací transcrita, en destacarem només quatre coses.
En primer lloc, es nota que aquell és el primer any que els hi va bé. Tot i que tant amb Los Rápidos (1981) com amb Los Burros (1983) havien rebut bones crítiques, mai van arribar a tenir gaire repercussió pública. En un altre lloc ja vam valorar el pes i influència del disc Rebuznos de amor i l’entrevista que els vam fer quan encara estaven orfes de discogràfica. El 1985, amb el primer disc com a El Último de la Fila (La pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana), van obtenir una major visibilitat i impacte, però encara insuficient per a permetre’ls viure de la música. En canvi, amb Enemigos de lo ajeno, aquell 1986 van fer el salt que els va permetre professionalitzar-se. A partir d’aquí van ser imparables, i l’entrevista ací presentada els mostra just en el moment en què començaven a agafar velocitat.
En segon lloc, ells mateixos atribueixen el seu incipient èxit a la constància i feina feta, i són conscients que estan aconseguint un estil propi. Un estil que han cuinat a foc lent, amb cura i detall, no només la música i les lletres, sinó també la seua posada en escena, més austera i dramàtica que en encarnacions anteriors. S’han posat seriosos (i cada vegada se’n posaran més!).
En tercer lloc, es mostren dolguts amb les experiències passades (porten ja molta mili) i no estalvien crítiques a les discogràfiques anteriors incapaces d’entendre el que tenien entre mans, sobretot a Belter (que els va deixar penjats), però també a EMI (que curiosament després tornaria a ser la seua distribuïdora, tot i que no editora perquè formarien la seua pròpia empresa, Perro Récords). De fet, tal com prometien a la nostra entrevista, el 1987 van aconseguir reeditar i de manera ampliada el seu disc Rebuznos de amor amb GASA, una independent de Madrid en alça en aquells moments.
En quart lloc, l’afer de Marc Almond era veritat. Aquest havia tingut un èxit mundial amb el grup Soft Cell i el tema Tainted love, i aquell any va treure al mercat un Maxi amb cançons de Manolo García, alguna cantada en castellà (com «Cara a cara»). Llavors no mos ho vam creure, però era cert. En canvi, allò del desert del Gobi es veu que era fals.
Poques setmanes després de l’entrevista tornaríem a veure EUDLF a Vallfogona de Balaguer, en un altre concert èpic i memorable. Allà també vam anar a parlar amb ells en acabar l’actuació, i vam aprofitar per entrevistar el baixista, Antonio Fidel, que en aquells moments tenia un grup paral·lel anomenat The Natives, que només cantaven en anglès i seria precursor de l’estil de grups com Desperados i altres. Durant els anys següents vam tornar a veure moltes vegades EUDLF. Recordo perfectament els concerts de Binèfar, de Fraga, de Lleida, de Mollerussa, de Tarragona, de Saragossa, de Barcelona… i en alguns llocs unes quantes vegades! Però en les successives ocasions ja no mos vam poder apropar als músics. Les mesures de seguretat que els envoltaven es van tornar cada cop més sofisticades i estrictes, esdevenint una barrera difícil de superar. Era normal, no és el mateix enfrontar-se a quatre friquis que a quatre mil.
Aquell any 1986 va ser el de l’enlairament definitiu d’El Último de la Fila, que es va convertir en un dels grups més venedors i amb més poder d’atracció durant tota la dècada posterior. Quan van tocar a Binaced estaven agafant impuls però encara volaven arran de terra. Després pujarien a altures astronòmiques, tot firmant un cançoner envejable. L’any següent, el 1987, van editar un disc recopilatori (Nuevas mezclas) en el que van enregistrar de nou algunes de les cançons més emblemàtiques dels seus dos primers discos editats amb la discogràfica barcelonesa PDI. El 1988 van editar un nou disc, Como la cabeza al sombrero, que va tenir un èxit espatarrant. El 1990 van gravar el seu quart disc, Nuevo pequeño catálogo de seres y estares, ja distribuït per la multinacional EMI, que va suposar un cert estancament en la línia ascendent que havien portat fins aleshores, tot i incloure un bon sarpat de cançons notables. El 1993 editen Astronomia razonable, un treball en què recuperen el nervi i que suposa un pas endavant en el seu so, estil, textos i producció, un dels seus millors treballs. Finalment, el 1995 publiquen La rebelión de los hombres rana, un àlbum amb una producció molt acurada (potser massa), amb bons temes però amb una estranya homogeneïtat estilística que el feia més difícil de digerir que els anteriors (curiosament, molts discos de Manolo García en solitari s’hi assemblaran bastant). Aquest serà l’últim de l’Último.
Entre el 1986 i el 1996, l’edició de cada disc es traduïa en multitudinàries gires que recorrien durant mesos tota la geografia ibèrica, motiu pel qual deu haver-hi ben poca gent d’aquella època que no assistís a algun concert de EUDLF. A principis de 1998 van anunciar la seua dissolució, aparentment perquè Quimi Portet no va voler embarcar-se en l’aventura europea i internacional (segons afirmen ells mateixos en el llibre que van incloure a la capsa amb l’edició de les obres completes).
Després de la dissolució, tant Manolo García com Quimi Portet van iniciar sengles carreres en solitari amb força èxit relatiu, i avui dia encara estan en actiu, tot i que en dues escenes molt diferents. Però, sense entendre’n massa, jo diria que el que li sobra a un li falta a l’altre i viceversa, i la seua trajectòria posterior permet constatar que durant aquells temps van ser una parella totalment sinèrgica, amb un equilibri ideal entre surrealisme i sentit comú, força poètica urbana i pragmatisme rural. Curiosament, en els seus vint anys de carrera en solitari ni l’un ni l’altre han actuat mai a la nostra comarca. A veure si serà que durant aquest temps el món rural i el món urbà s’hauran distanciat més del compte… Tant han canviat els temps?
{eks}tag_id=697|ordering=publish_up|direction=ASC|num_type=1|num_from=0{/eks}