A finales de abril este colectivo lanzó un vídeo para dar visibilidad a estos espacios de cultura imprescindibles en el mundo rural
María Jesús Juste, Ignacio Nicolau y Ana Isabel Arjol, representantes del colectivo de Bibliotecarios y Bibliotecarias de Aragón, intervinieron ayer en la Comisión de Comparecencias y Peticiones Ciudadanas de las Cortes para informar a los diputados sobre la situación de las bibliotecas municipales de la Comunidad así como de sus deficiencias más importantes.
Juste pidió “más recursos económicos y personal” para atender a sus usuarios, “pues en numerosos municipios somos las únicas plataformas culturales permanentes, mucho más que lugares llenos de libros, por eso les demandamos que nos prioricen en sus políticas y que se impliquen”. “Somos trabajadores de los respectivos ayuntamientos, de forma que nuestra situación depende de los presupuestos municipales, así que si un Consistorio no decide no tener biblioteca no la tiene”, ha indicado Juste, que ha expresado que considera necesario que las más de 250 bibliotecas municipales aragonesas “recuperen e incluso amplíen el peso que tenían antes en el Ejecutivo autonómico”.
Nicolau destacó que el proceso por el que la DGA impulsó la firma de convenios con diputaciones y comarcas para transferir las competencias de Cultura a este respecto ha sido un “rotundo fracaso”. “Aragón no ejerce cabalmente sus competencias en esta materia, pues destina una cantidad mínima (84.000 euros) dirigida solo al mantenimiento del programa informático de gestión bibliotecaria, las tasas fijadas por correos para el préstamo interbibliotecario y el libro digital”, ha apuntado el portavoz de la entidad, que ha revelado que de las 32 comarcas aragonesas, veintiuna “no destinan ni un euro a las bibliotecas públicas, lo que provoca la paradoja de que las administraciones con competencia, comarcas y Gobierno de Aragón, no intervienen o lo hacen escasamente, mientras que las que no la tienen sí lo hacen”.
Por su parte, Arjol alertó de que alrededor de un centenar de estos espacios municipales “podrían quedarse sin programa informático”. “Actualmente hay 87 bibliotecas aragonesas que están sin informatizar y que han tenido que optar por programas de software libre para seguir llevando a cabo sus actividades. Lo que aquí pedimos, por tanto, es para nuestros usuarios, para que podamos rentabilizar fondos y trabajar en condiciones propias del siglo XXI”, ha concluido la portavoz del colectivo.
En este enlace podéis ver el vídeo https://www.youtube.com/watch?v=4E0_LDbBza8</a></p>»