Uno de sus “yos” considera que la oligarquía promovió un golpe de estado que tras su parcial fracaso condujo a la guerra civil y, no muy lejos, otro mantiene . . . que “hubo al principio un entusiasmo por la República que va palideciendo a lo largo del tiempo y que acaba provocando la guerra”. El resultado de las elecciones de febrero de 1936 no parece indicar tal cosa. Conocemos bastante bien la movilización inmediata de las tramas golpistas para no dejar ni siquiera arrancar al Frente Popular . . . es lo que suele pasar en algunos países de escasa tradición democrática cuando llega al poder un gobierno con el proyecto de mejorar las condiciones de vida de la mayoría.
. . . aunque lo que se haya impuesto es que fueron el caos y la deriva revolucionaria los que condujeron al desastre, la realidad es que la II República tuvo que luchar desde el primer día contra el boicot permanente que le hicieron los sectores reaccionarios desde todos los ámbitos, boicot que a partir del resultado de las elecciones del 36 derivó en un plan de terror y exterminio para arrasar la República hasta la raíz. Ellos y quienes los apoyaron fueron los vencedores, por más que esté muy extendido el cuento de que en la guerra solo hubo perdedores. Por su parte . . . ha concluido que prefiere la transición por chapucera que fuera a “una guerra con 500.000 muertos como la que hicieron nuestros abuelos”. Así dicho parece que se hubieran puesto de acuerdo para hacerla.
Francisco Espinosa Maestre: «A vueltas con Javier Cercas», en eldiario.es ; Madrid : Diario de Prensa Digital, 2017-04-07 (extr. La Litera información)