Texto: Elena Solano
Imagen: Raquel Blanch (Archivo)
En un primer momento, al conocer la noticia pensé: mi padre se ha equivocado. En política no hay amigos, ni siquiera los del propio partido.
Pero después, valorando los hechos ocurridos, pensé que no se ha equivocado en realidad, sino que ha actuado como deberían hacer los políticos con verdadera vocación de servicio público. Él comentó con un “adversario político” una “mala actuación”: la dejación, a su entender, que había cometido el gobierno de la comarca de La Litera al no gestionar adecuadamente el seguimiento de una subvención, lo cual perjudica en última instancia al ciudadano, que debería ser el eje de la política.
¿Y qué han hecho los partidos políticos? Y se supone que un “amigo” ¿preocuparse por el bien común?, ¿por la ciudadanía?. ¿Hablar con el equipo de gobierno para intentar solucionar este tema?…. No, claro, esto seria propio de un político “en el sentido estricto de la palabra”. Y con la clase política actual, esto es más o menos ciencia ficción.
El alcalde de Tamarite (PSOE), que no su grupo, convocó una “rueda de prensa” en la que aprovechó para atacar al equipo de gobierno de la comarca e intentar obtener réditos políticos, traicionando la confianza de un amigo y demostrando, obviamente, que lo que menos le preocupa es el interés de la ciudadanía.
Los suyos, el equipo de gobierno de la comarca de La Litera (PP-PAR) aprovechan el “error”, o mejor dicho, la “ingenuidad”, para dar rienda suelta a las batallas internas y luchas de poder y así cargar contra un miembro de su propio gobierno, obligándole a dimitir (a instancias de los del PP que amenazaban con romper el pacto en la comarca) y cuestionando su imagen pública delante de toda la ciudadanía.
Nada importa su ilusión y dedicación en detrimento de su vida personal (de la cual podemos dar fe toda la familia, se lo puedo asegurar) durante todo este tiempo. Si me permiten la expresión, “patada en el culo y apártate para ponerme yo”, vía libre a los buitres políticos. Vamos que les voy a explicar, un clásico en nuestro sistema político actual.
Pues miren, analizando los hechos, no sé porque los actuales dirigentes de los partidos políticos se extrañan del auge de otras formaciones que no entienden de derechas ni de izquierdas, que priorizan la mejora del bienestar de la ciudadanía con políticas públicas, que no anteponen sus intereses partidistas y personales a los de la ciudadanía, que entienden la política como algo transitorio no como una profesión. Todo ello está desembocando en una absoluta desconfianza de los ciudadanos de a pie respecto a nuestros representantes políticos y nuestras instituciones.
A la luz de estos hechos, está claro que necesitamos una regeneración democrática profunda con políticos como verdaderos servidores del ciudadano.
Gracias papa por todo el tiempo dedicado a los demás y aunque seguro te habrás equivocado en muchas ocasiones, no tengo ninguna duda de tus valores y tu vocación de servicio por encima de todo.