La historia de L’ Arcada comienza a principios de los 80’, cuando Joaquín Monje, que, con 23 años ya era el dueño del imprescindible Novecento se enamoró de la casa colindante al pub, una casa en casi ruinas. Quería comprarla y montar un bar, pero no había manera de contactar con el dueño. Su entrañable vecino el carpintero, Saturnino, se lo consiguió, pero alguien se les había adelantado y tuvo que comprarsela a este “experto inmobiliario” de la época y pagar bastante más.
Se emociona Joaquín, cuando recuerda que en plenas obras los abuelos le decían: “¿ya sabes donde te metes zagal?”. “¡¡ Tiralá !!”. Pero no, la ilusión fue tozuda. Las piedras y los arcos se quedaron. Pudo abrir en las fiestas mayores de 1982 con una licencia provisional y en octubre abrió para siempre.
Mientras estaba gestándose L’ Arcada en la calle Industria de Binéfar; en España, ocho años después de la muerte del dictador, entrabamos en “la modernidad”. El 13 de junio de 1982, comenzaba el mundial de fútbol del “naranjito”, Felipe González ganaba las elecciones generales, los Rolling cantaron bajo la lluvia en el Vicente Calderón y se impuso la moda de las hombreras.
En Binéfar, el entonces alcalde Francisco Pina, del PSOE, se enfrentaba al asunto Bar España; el Ayuntamiento de Binéfar ordenó la demolición de dicho bar después de declararlo ruina y su propietario llevó el caso hasta el Tribunal Supremo y ganó.
https://elpais.com/diario/1984/06/28/espana/457221624_850215.html
L’ Arcada abrió como bar de frankfurts y bocadillos. Joaquín comenzó a poner música y poco a poco y a demanda de la clientela fue ampliando la carta y el repertorio musical de una época pródiga, convirtiéndose en algo parecido a un bar-restaurante y pub.
Teresa conoció a Joaquín el 14 de septiembre de 1984, después del concierto, el del otro Joaquín, el Sabina.https://laliterainformacion.com/joaquin-sabina-a-binefar/ Sentada no en la barra del bar sino en el branquil de enfrente con una amiga, Joaquín se fijó en aquella rubia de ojos claros y Teresa en él.
_ Nos sentamos en la barra del Novo y Joaquín nos sirvió en vaso de cristal y aquello me gustó.
Teresa era entonces socia de “La Aurora” otro de los bares legendarios de Monzón.
_ Me gustó mucho más el ambiente de Binéfar que no el de Monzón.
_“El año que viene para fiestas llámame que trabajaré contigo”- le dije -. Y si! vine para las fiestas y me quedé mil fiestas más.
_ Vendí mi parte de la Aurora a mi socia, remodelamos L’Arcada. Joaquín se fue al Novo y yo me quedé aquí. Estoy aquí por amor.
Juntos hicieron de este espacio una fusión de todo: cerveza antes de cenar, cena y después copas. A L’ Arcada llegas a media tarde y te vas a medianoche. Es el lugar ideal para conversar a gusto, para llegar a acuerdos y discutir bajito. Lugar de reunión de colectivos, asociaciones, cumpleaños encuentros entre amigos y amores.
_Si el rincón de la mesa de la cocina hubiera tenido un micro !!.
_ No digo que sea mejor o peor; solo digo que este bar es diferente, un bar en el que igual de bien puede estar una persona de setenta años tomándose un vino y un tapa, que una señora de cuarenta un gin tònic o un grupo de jóvenes tomando cervezas.
_ Hemos disfrutado adaptándonos a los tiempos. Nos emociona ver a padres y hijos, unos en una punta del bar y los otros en la otra.
_ L’ Arcada siempre ha sido un lugar de todo tipo de gente, gente joven, mayor y no tan mayor, de derechas y de izquierdas. Aquí siempre hemos tratado a todos por igual.
_ Hemos visto noviazgos, desengaños, hemos sufrido con la separación de las parejas viendo como los hijos venían a cenar con el padre y luego la madre con los hijos. La gente nos ha explicando su vida entera. En la pensión hemos tenido gente de muchos países e historias muy interesantes. Huéspedes que han estado mucho tiempo y se han convertido en familia. Les subes el caldo si están enfermos … Gente muy entrañable que han acabado convirtiéndose en amigos.
Teresa tiene escritas a mano en un hoja las anécdotas y personas que recuerda de estos cuarenta años.
Del concierto de El último de la fila del 11 de septiembre de 1988 recuerda la polémica que hubo con Tamarite porque el concierto coincidió con el último día de sus fiestas mayores.
_ Acabado el concierto, yo estaba en el almacén de enfrente y apareció J. Luis Jubero, el llorado “Pepe Furria” entonces concejal de fiestas. Vino hacia mi sofocado: Teresa prepárate, suben cuatro mil personas. Se habían vendido miles de entradas. Es la noche que más de trabajado de toda mi vida, no nos daba tiempo a cambiar los barriles de cerveza. No he visto nunca tanta gente en esta calle.
_ Recuerdo el concierto de Leonard Cohen. No pudimos ir, pero nos acordamos porque fue un concierto muy importante para Binéfar.
_ De J. Antonio Labordeta, tengo los mejores recuerdos .Venía expresamente a comer bizcocho del que hacía Joaquín. Se lo servía yo: “Teresa ese bizcocho casero que tiene una pinta que para qué y un café con leche”
Rosendo, Los planetas, Aura Beltrán de los Tahures Zurdos, recuerdo que durmieron en la pensión, que eran mucha gente.
Durante años tuvieron una terraza en un solar al otro la calle, allí se hacía jazz en directo mientras cenabas o tomabas unas copas. De aquella época tienen unos recuerdos entrañables.
_En la terraza, entre otros, actuó Ximo Tebar cuando todavía no se había hecho famoso ha participado en la mayoría de los más importantes festivales de jazz del mundo. Ahora vive en Nueva York. Estos conciertos los mantuvimos dentro de L’Arcada hasta antes de la pandemia. Siempre «dejábamos pelo»…
Ambos recuerdan con emoción la noche del 24 de mayo de 2015. La coalición Cambiar Binéfar formada por Izquierda Unida y Podemos quedaron como tercera fuerza municipal. Con un pacto con el PSOE gobernaron Binéfar durante cuatro años.
_Tuvimos que abrir L’Arcada un domingo por la noche, nos lo pidieron por favor. El bar se llenó de gente con necesidad de celebrarlo. Creo que es el único domingo que abrimos. Guardamos muy buen recuerdo de esos años.
_ Cuando se hacían aquellas jornadas sobre agricultura y medio ambiente, siempre traían algún ponente a nuestra casa. Gente muy inteligente a la que les gustaba prodigarse poco.
L’Arcada ha sido todos estos años el local de encuentro de la izquierda?.
_ Aquí si no venían políticos de otras tendencias es porque no los traían. Siempre hemos tratado a todos los clientes por igual.
Teresa y Joaquín fueron unos de los impulsores de Doret y se sienten orgullosos de ello.
_Fue importante crearlo y desarrollarlo, queríamos que toda la hostelería estuviera unida. Nos sentimos orgulloso de ayudar a crearlo. Doret fue fundamental para dinamizar la restauración en Binéfar.
Son tantos los momentos vividos que a medida que se desarrolla la entrevista la emoción en la voz de Teresa y Joaquín va cambiando de intensidad. Cuando hablamos de las camareras y camareros que han pasado por L’Arcada se emocionan especialmente.
_Siempre hemos contratado gente joven, son rejuvenecedores. Ellos han formado parte del alma de L’Arcada. No podemos estar más que agradecidos con todos ellos. En estos tiempos de pandemia han sido fundamentales para seguir adelante y no rendirnos El día de la fiesta de despedida la mayoría se cercaron al bar a decirnos hasta siempre. Fue una noche de emociones a flor de piel.
De estos últimos años de pandemia, que tanto ha maltratado a la hostelería, Joaquín y Teresa agradecen a los jóvenes que “ hayan hecho de L’Arcada su casa.» «Estoy más satisfecha de lo que me podía imaginar». Las lágrimas recorren las mejillas de Teresa.
L’Arcada y el Novecento son los únicos que quedan de los veintitantos locales de aquellos años 80 ’en Binéfar.
Joaquín y Teresa se jubilan pero L’ Arcada sigue con Anita al frente. Para ambos era fundamental que quien se quedara el bar mantuviera su estilo y dejara todo como está; la decoración, el mobiliario, las fotos, las antigüedades. Su condición es que no pierda su esencia.
_ Hemos tenido muchas ofertas de fuera que ni siquiera sabían que existíamos y no hemos querido aceptar. Si quieren el local como bar nuestras condiciones son mantenerlo como está, es la principal condición que hemos impuesto. Aguantar la forma y aspecto del bar, hacerlas cosas desde el cariño y tratar a todos por igual.
_ Bares mejores y más bonitos hay, pero tan especial como este no !!.
Se jubilan y Joaquín se sumergirá de nuevo en su gran afición, la pintura. Estas paredes que han sido salas de exposición de muchos artista, entre otros de las obras de su hijo Guillermo, esos cuadros que ha llenado de azules y mar las paredes de L’Arcada. Una afición que ha retomado en las noches de confinamiento y que para él es fundamental y seguirá cultivando su propio huerto. Teresa seguirá cuidando a su madre de ciento un años, se entregará a leer, a coser, a ver series. Ambos están deseando viajar, ya tienen algún destino a la vista, a ir a conciertos, muchos conciertos, sobre todo a los de Sabina.
Muchos literanos deben sentir, al igual que yo, que con ellos se nos jubilan definitivamente cuarenta años de nuestra existencia. L’ Arcada para mi siempre ha sido un espacio refugio, un lugar donde me sentido segura, acogida, querida y del que nunca he tenido prisa por irme. Bajo la tenue luz y la solidez de esas piedras con cientos de ojos sin vida observando, he vivido grandes experiencias de juventud y madurez y como yo cientos de hombres y mujeres. L’ Arcada ya está entre los mejores bares de mi vida.
Seguiremos quedando en l’Arcada, como hemos hecho durante estos 40 años. Anita servirá las copas de una larga conversación sentados en el rincón de la cocina o en la mesa camilla con Joaquín y Teresa.