Nota de la redacción sobre el artículo «Impresionante despliegue policial en Tamarite»

El pasado día 5 publicamos el artículo «Impresionante despliegue policial en Tamarite». El día 7, un lector formuló una queja a nuestra Defensora de la comunidad por las valoraciones contenidas en el mismo.

Un dato nos ayudará a situar la polémica: a las 48 horas de su publicación, dicho artículo se había convertido en el más visto de la historia de este medio. Material inflamable, pues.

Argumenta el lector:

. . . [la redactora de la noticia] califica la actuación como desmesurada cuando es imposible que tenga o haya tenido acceso al expediente judicial o policial del caso para valorar de esa forma la presencia policial.

. . .

La redactora informa de la intimidación de la guardia civil a la gente del pueblo cuando eso no es cierto, ella misma informa que hay niños expectantes e incluso algún agente charlaba amigablemente con algún conocido sin más complicación . . .

Nuestra Defensora de la comunidad ha enviado al reclamante una respuesta pormenorizada. Extraemos los párrafos más significativos:

. . . efectivamente la redactora no se limitó a informar sobre el acontecimiento, sino que concluyó la breve pieza informativa con dos párrafos valorativos fuera de lugar. Por un lado, no resulta evidente cuál sería la cantidad de efectivos necesarios para la operación, por lo que dicha valoración no puede ser más que la expresión de una opinión subjetiva y poco fundamentada. Por otro lado, la redactora tiende a relacionar la presencia notoria de fuerzas del orden en el espacio público con una supuesta estrategia intimidatoria, lo cual también remite al ámbito de la opinión particular que casa mal con el género periodístico de la noticia.

La pieza en cuestión da cuenta de un tema de alto interés informativo, dada la elevada sensibilidad social que los desahucios generan en un contexto de crisis como el que vivimos. Sin embargo, aunque su redacción se inicia con una voluntad estricta de información, en su parte final acaba convertida en una pieza de opinión. Entiendo que la redactora expresa opiniones legítimas y perfectamente defendibles en un entorno democrático, pero constato que estas se han presentado en un formato que puede dar lugar a equívoco entre los lectores, mezclando información y opinión . . .

No sólo aceptamos el arbitraje de la Defensora de la comunidad, sino que nos alegra aprender de su profesionalidad. Como decía aquél, Errare humanum est, perseverare diabolicum.

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